Cuando Mariano Rajoy quiere despreciar a Ciudadanos, recuerda el pasado de tertuliano de algunos de sus candidatos. La alusión displicente hacia el partido que más votos le ha quitado desde que gobierna es un clásico de sus discursos. Sin mencionar el nombre, un recurso habitual de Rajoy ante el adversario, y con leves variaciones, el líder del PP presume de estar al frente de un partido que no necesita “buscar candidatos en las tertulias o en los bares” porque ya tiene “políticos con experiencia”.
En Ciudadanos desprecian a su vez esos ataques y recuerdan que un plató de televisión o las páginas de un diario son un sitio “tan bueno como cualquier otro” para hacer fichajes e “infinitamente mejor para bregarse y darse a conocer”. También descalifican las habilidades del PP en materia de comunicación. Lo que Rajoy olvida es que el PP en los dos últimos años se ha visto obligado a llevar a los suyos a las mismas tertulias ante el avance de Ciudadanos o Podemos. Uno de los más ubicuos por parte de Génova, el portavoz Pablo Casado, se ríe de sí mismo al recordar con sonrojo algunos “momentos bizarros” vividos junto a Begoña Villacís –candidata a la alcadía de Madrid– en tertulias de cadenas de derechas.
En Ciudadanos los hay que ya eran habituales de la pantalla antes de que el partido existiese en Cataluña. Otros, como Villacís, empezaron por las tertulias de la conocida como TDT Party y ahí han visto realizadas sus ambiciones políticas. El candidato de Rivera para la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, también se ha fogueado en tertulias como El gato al agua, de Intereconomía. Comparte con su jefe su afición al waterpolo y haber participado antes en “algún debate universitario”.
Fichaje en el plató
Cruzarse con Albert Rivera en un plató de televisión es una oportunidad de trabajo a corto plazo siempre que se superen después unas primarias. Villacís confiesa con naturalidad que así entró en Ciudadanos, después de coincidir con Rivera, decirle que le admiraba y probárselo: “Que sepas que os he votado”. Hace poco le pasó a Jesús Cintora, apartado de la presentación de Las mañanas de Cuatro, que ha contado que Rivera también le tiró el anzuelo al terminar una tertulia.
En Ciudadanos presumen de “ser gente y no políticos”. Villacís incluso repite que “no habla politiqués” y que en su partido son “auténticos”. Recita su currículum y el de sus compañeros de lista. Recuerda que uno es economista, otro abogado como ella y una es politóloga que “habla cinco idiomas, incluido chino”. La profesión y la formación son claves en personas sin trayectoria en la política de primera fila y que se venden como “muy profesionales” en sus campos.
Villacís es un ejemplo claro. Cómoda en materia de tasas e impuestos por su experiencia en una división de Legalitas, repite hasta la saciedad cómo se pueden bajar y ahorrar también en gastos superfluos, la promesa estrella de Ciudadanos. En otras competencias propias de una alcaldesa deja ver su falta de experiencia.
La imagen cuenta
En el partido de Rivera la imagen pesa más que en los demás y ella, como Rivera y Aguado, también cuida mucho su aspecto y hace deporte. En su caso, corre. Si Ciudadanos ha intentado venderse como un partido “cool” y formado por “gente joven, preparada y que se cuida”, los cabezas de cartel en Madrid se ajustan a la perfección.
A los eurodiputados Javier Nart y Juan Carlos Girauta, la fama les venía de antes y se pasearon por platós con naturalidad durante años. Nart simulaba ser el fiscal de un juicio televisivo en programas como Tribunal Popular (TVE) en los 80, ya que es abogado. También fue tertuliano encendido en Moros y cristianos o en Crónicas Marcianas (Tele 5) y en numerosas emisoras durante años. Su participación en política no es reciente, ya que militó en el PSOE hasta los 90, cuando se dio de baja por los escándalos de corrupción del Gobierno de Felipe González.
Otro azote de la corrupción del resto de partidos, Jordi Cañas, tuvo que dejar el puesto de portavoz y diputado en el Parlament de Catalunya tras ser imputado por fraude fiscal de medio millón de euros aunque se le recuperó al poco para el puesto como asesor del grupo en Bruselas. El de Cañas ha sido el escándalo más sonado de corrupción dentro de Ciudadanos. Nart justificó su cuenta en Suiza como una herencia puesta a salvo allí del impuesto revolucionario de ETA y recibió una transferencia, por error según él, del principal protagonista del caso Palau de la Música, Félix Millet.
El número dos de la lista europea, Juan Carlos Girauta, es abogado y periodista. Ha escrito en ABC y Libertad Digital y participado en programas y tertulias de COPE y Onda Cero, entre otros medios. Su apoyo al partido de Rivera en Cataluña data de 2009, aunque en los 90 militó en el PSOE y después en el PP.