Los resultados cosechados por las candidaturas unitarias en las elecciones municipales del 24 de mayo han elevado el tono de un debate que llevaba tiempo abierto de forma más o menos soterrada en los partidos y movimientos rupturistas. La proximidad de las catalanas y las generales, que cerrarán el intenso ciclo electoral abierto con las europeas de 2014, conmina a los actores a tomar una decisión en las próximas semanas. ¿Es trasladable el modelo de Ahora Madrid, Barcelona en Comú o las mareas gallegas a las generales? ¿Tendrá respuesta el llamamiento de Alberto Garzón en favor de una candidatura de unidad popular amplia? ¿Impondrá Podemos su marca como paraguas bajo el que concurrir a las generales?
“Estamos reflexionando y las reflexiones durarán hasta el otoño”, reconocen fuentes de Podemos a eldiario.es: “No siempre 1+1+1 suman 3, a veces suman 2; y Podemos es, en todo caso, el actor fundamental. Pero hay que pensar cuál es la mejor herramienta. Lo que sí sabemos es que falta mucha gente y que nos gustaría que se sumaran lo que representan Ada Colau y la PAH; Xosé Manuel Beiras en Galicia; Mónica Oltra y Compromís en el País Valencià; o el Més en Baleares, y hay que ver cómo”.
Navarra o Euskadi son otros territorios donde Podemos asume que las posibilidades de articular confluencias de cara a las generales son mayores. Igual que en Cataluña. La secretaria general de Podem, Gemma Ubasart, aseguró en público tras el 24M que el partido que lidera está abierto a una alianza de cara a las elecciones catalanas, cuyo adelanto al próximo 27 de septiembre se ha anunciado, aunque de momento no se han convocado oficialmente. Ubasart aseguró que la confluencia está abierta no solo a movimientos sociales, sino a otros partidos como ICV, socia de IU en la comunidad. El pasado mes de enero, rechazaba esta opción.
Eso sí. El partido no abre la mano a concurrir a los procesos electorales bajo otra marca que no sea la de Podemos. La versión oficial, remarcada por la propia Ubasart así como por todos los portavoces desde el 24M, es que la hoja de ruta de la asamblea fundacional de Vistalegre es inamovible. Allí, los inscritos en Podemos apostaron por ir a autonómicas y generales con sus siglas.
El desborde de Podemos
El modelo defendido por el partido es el puesto en práctica en Andalucía en marzo y en Madrid el pasado 24M. En ambas comunidades, Podemos concurrió con su nombre, pero incluyó en las listas a personas de otros partidos como Equo o Convocatoria por Madrid. Estos candidatos se diferenciaban del resto en que en la papeleta se añadió al lado de su nombre la palabra “independiente”.
Podemos se ha abierto a la confluencia allí donde se puede ver desbordado. Es lo que ocurrió con Ganemos Madrid, génesis de Ahora Madrid. El trabajo previo del movimiento municipalista impidió al partido de Iglesias imponer sus criterios y se tuvo que avenir a una negociación que posibilitó una candidatura amplia. Este desborde se ha visto también en territorios con fuerzas de izquierdas pujantes y con acento nacionalista. El propio Iglesias ha reconocido en múltiples ocasiones la casuística de las naciones históricas. Es el caso de Galicia, con las mareas, de Cataluña o de Baleares. Hasta ahora, no había ocurrido en el País Valencià, donde Podemos compitió con Compromís por la alcaldía de Valencia –a través de Valencia en Comú– y por la presidencia de la Generalitat. En ambos casos, el partido de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón ha sido superado por el de Mónica Oltra. Salvo con una excepción: Alicante. Allí, la candidatura unitaria Guanyar Alacant superó a Compromís.
Diez días después de las elecciones, Iglesias y Oltra se reunieron en Madrid discretamente. La cita solo se confirmó cuando informó de ella la Cadena Ser. Fuentes de Podemos aseguran a eldiario.es que “simplemente comieron” y que no mantuvieron una “reunión formal”. Tampoco ha trascendido el contenido de la conversación que ambos pudieron mantener; las mismas fuentes explican que al no tratarse de una reunión oficial Iglesias “no ha informado” a su equipo.
Podemos ha logrado una media del 14% en las últimas autonómicas, donde no ha conseguido pasar de la tercera posición, mientras que candidaturas unitarias como las mareas gallegas, Ahora Madrid, Zaragoza en Común o Barcelona en Común están en puertas de gobernar importantes capitales. En Podemos asumen en público que “esos éxitos tienen más que ver con los perfiles de los candidatos, como Manuela o Ada, que con el tipo de candidatura”, si bien buscan acuerdos para sumar.
Beiras, uno de los referentes de Pablo Iglesias, aseguró en una entrevista en eldiario.es que “no hay ninguna fuerza política que pueda ser el gallo del gallinero” .
El llamamiento de Alberto Garzón
El desborde de Podemos que se ha producido en las comunidades históricas y en otros procesos municipalistas se ha visto como una oportunidad de que Podemos acepte una candidatura de unidad popular de cara a las generales sin el paraguas de su propia marca. Y la Izquierda Unida que lidera Alberto Garzón quiere aprovecharla.
IU oficializó el pasado viernes el llamamiento por la unidad popular lanzado por su candidato a las generales. Garzón apeló por la mañana en una concurrida rueda de prensa al partido de Pablo Iglesias para unir fuerzas con todas las formaciones y movimientos que quieren romper con el bipartidismo. El candidato de IU pone una sola condición: no ir bajo la marca Podemos. Pero acepta que el proceso de primarias podría relegarle y no encabezar la lista. Por la tarde, el diputado malagueño defendió la idea ante la Presidencia federal de la coalición, que la aprobó con más del 90% de los votos.
El partido que dirige Cayo Lara ha concurrido con Podemos en las muncipales en las capitales gallegas, Zaragoza y Barcelona. Además, una parte de su militancia, la más próxima a las tesis de Garzón, forma parte activa de Ahora Madrid. Sus rivales internos en la capital, IUCM, están camino de ser expulsados.
Podemos no contempla esta opción. Pero IU como otros agentes, entre ellos Convocatoria por Madrid o Equo, defienden que las posibilidades son mayores de lo que aparentan. Así lo cree, por ejemplo, Ramón Luque, secretario de Política Electoral de IU y una de las personas que mejor conoce a Pablo Iglesias. No en vano, el hoy secretario general de Podemos formó parte, cuando todavía asesoraba a la coalición de izquierdas, del equipo que dirigía Luque. El pasado viernes, en un receso de la Presidencia federal de IU, Luque compartió con los periodistas su optimismo.
Uno de los principales éxitos de aquel equipo fue la campaña de las elecciones gallegas de 2012, cuando se constituyó Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), integrado por IU y Anova, una escisión del BNG liderada por Xosé Manuel Beiras y Martiño Noriega, probable futuro alcalde de la capital gallega. AGE ha sido el actor principal en las mareas que han logrado tumbar la hegemonía del PP no solo en A Coruña y Santiago, sino en las todopoderosas diputaciones provinciales, auténtico nido de poder del partido de Alberto Núñez Feijóo.
El partido de Iglesias no ha querido aún responder al llamamiento de Garzón. De momento, sus portavoces se remiten a las declaraciones previas, en las que los dirigentes de la formación aluden a lo acordado en Vistalegre. Pero el 'runrún' parece haber salido de las calles y las plazas de Barcelona. Los sectores de Podemos más próximos a Anticapitalistas apuestan claramente por la unidad popular. Aunque su ascendente sobre la dirección del partido es pequeño, su mensaje cala. Fuera del mensaje oficial, algunos cuadros de Podemos y otras personas que circulan por sus márgenes advierten de que las posibilidades hoy no son las de hace unas semanas. Y piden tiempo para que el debate interno se produzca antes de anticipar su resolución.