Joan Josep Nuet estaba sentado a la altura de Carme Forcadell, cuando la presidenta del Parlament dirigía las votaciones que buscaban la independencia de Catalunya. El diputado de Catalunya Sí Que es Pot votó en contra de esas propuestas, a pesar de lo cual está investigado por delitos de rebelión o malversación y ha tenido que declarar ante el Supremo.
Tras su declaración, Nuet encuentra motivos para el optimismo. El coordinador de EUiA –partido hermano de IU en Catalunya– e integrante de candidatura de los comunes para el 21D cree que Forcadell fue sincera cuando aseguró que acatará el 155 y ve en el juez intención de marcar un camino que acabe con la excarcelación para los impulsores de la DUI.
Recién llegado de Madrid en un vuelo de mediodía, el secretario tercero de la Mesa del Parlament atiende la llamada de eldiario.es.
¿Cómo acaba usted ante un juez del Supremo por delitos como rebelión, sedición o malversación?
He sido miembro de la Mesa en los últimos dos años y se han tomado una serie de decisiones que han motivado una situación política muy complicada. Esto es lo que me lleva, con el papel que he llevado yo en esa Mesa, defendiendo la democracia y la iniciativa política de los grupos parlamentarios.... Todo eso me lleva al Supremo.
¿Qué papel jugó usted en esa Mesa?
Yo no he actuado nunca solo. En mi grupo parlamentario hemos intentado facilitar el debate político, que es lo único que en una democracia parlamentaria nos permite resolver las pequeñas cuestiones que se atascan y son problemáticas. Sin debate político esto es imposible.
La oposición en el Parlament se quejó precisamente de que Forcadell les impidió participar en ese debate, que todo estaba ya cocinado...
Cuando he comprobado que se usaba un mecanismo de mayoría parlamentaria para ignorar los derechos de las minorías, he votado en contra y me he opuesto. No he avalado las tesis independentistas ni los métodos que la mayoría independentista ha llevado al Parlament, pero tampoco he avalado la posición del PP, que está en el Gobierno de España.
¿Cúal es su situación legal en estos momentos?
Yo me encuentro en libertad y estoy siendo investigado. Tengo otras querellas y han sido concentradas en el Tribunal Supremo y estoy siendo investigado. Se ha hecho una primera vista para ver cuál era nuestra situación. Estoy en libertad sin ningún tipo de medida cautelar y por tanto me puedo mover con total libertad. Puedo hacer lo que quiera pero sigo siendo investigado; acusado en teoría de cinco delitos: desobediencia, rebelión, sedición, prevaricación y malversación de fondos públicos.
La querella del fiscal Maza dice cosas de usted que no se corresponden con la realidad...
Esa querella está poco basada en hechos y muy basada en opiniones. En mi caso contiene errores de bulto: en tres votaciones parlamentarias, fundamentales para que se me pueda acusar de rebelión y sedición (de 25 a 30 años de cárcel), se dice que voté una cosa cuando voté lo contrario.
Es gravísimo que en una querella de la Fiscalía General del Estado se incurra en errores de este tamaño para acusaciones tan importantes. Yo voté en contra de la declaración de independencia y se afirma que lo hice a favor; yo voté en contra de la resolución de proceso constituyente y se dice que lo hice a favor y también se dice que voté a favor de la Ley de Transitoriedad Jurídica, cuando mi voto fue abstención en la Mesa y en contra, durante la votación en el pleno.
Hablamos de tres momentos parlamentarios en los que yo no di apoyo de ninguna de las maneras a la mayoría independentista, ni en el trámite ni en el contenido ni en el fondo.
Pues esas acusaciones le han llevado a usted al Supremo...
El Tribunal Supremo impone. Es la cúspide del poder judicial de nuestro país. Con entrar en ese edificio y saber que vas a estar en la sala segunda te sientes intimidado. Hay gente que por asesinato cumple 10 o 12 años y a mí me están acusando de delitos que pueden suponer 30 años de cárcel.
Tengo que decir también que fui con la cabeza alta; decidimos comparecer que es una actitud política: dar explicaciones, defendernos y contestar a todas las preguntas.
¿Se cree usted a la señora Forcadell cuando le dice al juez que se va a someter al marco constitucional y que acata el 155?
El juez creo que la creyó y yo también la creo.
Sé la experiencia que ella ha vivido en el último tramo del proceso; concretamente cuando se declara la independencia y se vota esa declaración. Al día siguiente se descubre que no hay nada, que no hay capacidad de efectividad de esa declaración, cuando lo que se había contado es que todo estaba organizado y preparado.
Creo que hay una parte de los independentistas que se han dado cuenta de que una parte de ese discurso estaba construido con cartón piedra.
¿Me está diciendo que esa reflexión sobre el cartón piedra ha podido echar raíces en la propia Forcadell?
Estaba hablando por mí, pero también lo digo por ella. Ella y más gente se han dado cuenta de que después de la declaración de independencia no había nada. Eso es un golpe psicológico. Por eso creo que cuando los miembros de la Mesa acuden al Supremo y dicen que la declaración de independencia fue un acto formal sin ninguna capacidad de ejecución, lo dicen con convencimiento.
Cuando los miembros de la Mesa dicen que se está aplicando el 155 en Catalunya y en ese marco se han convocado unas elecciones, lo dicen con convicción. Tal vez, siete meses atrás, no lo hubiesen afirmado.
Eso nos reafirma en que hay que dar tiempo a la política. En Catalunya se ha probado hacer la independencia unilateralmente y esa prueba ha dado fallo, no ha funcionado.
¿Cree que los que están en la cárcel son presos políticos?
Yo he utilizado en varias ocasiones el concepto de presos políticos pero no me gusta abusar de ese término. Conozco a presos políticos de otro momento y las circunstancias de su prisión fueron bien distintas.
He leído unas declaraciones suyas asegurando que el juez del Supremo les advirtió de que no debían preocuparse porque no estaban ustedes en la Audiencia Nacional.
No fue a mí. Él reunió a todos los letrados, en una fase preliminar para ordenar el debate y lanzó un mensaje sin ningún lugar a dudas. Les dijo: 'estén ustedes tranquilos, esto es el Supremo, esto no es la Audiencia Nacional y aquí no tienen por qué pasar las cosas que pasaron en la Audiencia'. Eso es toda una declaración de intenciones. La semana anterior ya dijo que no veía claro los delitos de rebelión y ahora sigue mandando mensajes.
Cuando un juez del Supremo manda mensajes constantemente, no es que esté hablando: está indicando un camino procesal. Como consecuencia de esto, la Mesa está en la calle y posiblemente el siguiente paso será que una parte del gobierno que está en prisión salga también a la calle y en libertad. El poder judicial, en este caso, está haciendo su propio proceso de desescalada del conflicto y creo que debe valorarse y medirse en sus justos términos.
No digo que la querella de la fiscalía sea proporcionada, pero es cierto que el comportamiento del juez indica una vía de salida. Como estamos en un momento complejo, hay que tomar nota de eso. Ahora hay que mirar cada gesto con lupa y hay que analizar con tranquilidad cada uno de los pasos que se toman.
¿Qué opina de la presencia de Puigdemont en Bélgica?
Es una estrategia judicial y política que yo no comparto. Creo que escala en el conflicto y sigue creando una virtualidad de que existe un gobierno en el exilio, que en España no hay justicia... Ese relato nos lleva a seguir hinchando el globo y a no asumir que hay que decirle a la gente la verdad.
En todo este proceso ha perdido usted a Albano Dante Fachin como compañero de bancada. ¿Qué opina de su decisión de abandonar Podemos?
Es un compañero. Lo respeto. Ha sido un dirigente de Podemos. Ahora lo ha dejado y voy a respetar sus decisiones y su trayectoria. Evidentemente en algunos momentos con sus decisiones y con sus opiniones no he estado de acuerdo y hemos tenidos nuestros rifirrafes pero es libre para tomar las decisiones que considere. Mi espacio político es el de Podemos, el de Izquierda Unida, el de los Comunes. Yo no me voy a mover de ahí.
Fachin sí se ha movido, lo que no sabemos es hacia dónde. ¿En qué lista se lo espera de cara al 21D?
No tengo ni idea, pero le vuelvo a repetir que donde está la serenidad que el momento necesita es en el espacio político de Unidos Podemos en España y de los Comunes en Catalunya. Yo voy a poner toda mi energía ahí. Siento que Dante Fachín no lo haga y escoja otros sitios. En otros sitios se hacen otras cosas.
Con respecto a Podemos hay quien se ha perdido y se ha criticado que faltaba un mensaje claro sobre Catalunya.
Tenemos un país plural y muchos lo quieren pintar en blanco o en negro. Nos gusta un país de colores y nos gusta estar en medio y tenemos las mismas contradicciones que tiene la gente en los bares o en las conversaciones familiares con cuñado. Tenemos esas contradicciones porque tenemos gente de unos y de otros. Y los unos y los otros son los nuestros. La gente que cuelga una bandera de España en Barcelona es mi gente y al mismo tiempo a la gente que cuelga una estelada también la entiendo. Esas dos Catalunyas son Catalunya. No una más que otra. No puede ser que una de estas venza a la otra.
Ya se ha dicho que ustedes van a plantear en el programa electoral la posibilidad de impulsar un debate político sobre la amnistía para los responsables del procés...procés...
Aún estamos en una fase previa a eso; primero que la gente salga de la cárcel. Después de las sentencias habrá que ver si tiene que haber amnistías, indultos, en el caso de que consideremos que hay sentencias injustas. Estamos hablando de hacer política y con gente en la cárcel, la política será más difícil. Tiene que haber medidas para que la política vuelva a fluir y para que los tribunales y las cárceles no se coman la política.
¿Qué pasa si el 21 de diciembre vuelve a ganar un bloque claramente independentista?
Puede ganar porque esas ideas no están prohibidas. Pero la sociedad catalana es sabia y la gente sabe lo que ha pasado. Recordemos que hemos tenido una experiencia; una prueba de hacer la independencia de forma unilateral. Esa experiencia se ha comprobado que ha sido fallida. Habrá que buscar otros caminos. Que nadie crea que esto va a estar chupado.