“Error terrible”. Es la definición que hizo la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de las cargas policiales durante el referéndum de Catalunya, unas declaraciones que encendieron un grupo de WhatsApp integrado por más de un centenar de policías municipales. Las respuestas a las palabras de la alcaldesa por parte de media docena de agentes van desde llamarle “vejestorio despreciable” a desearle directamente la muerte. Un juzgado de instrucción ya está investigando el chat, en el que hubo amenazas de muerte a otros policías.
La conversación se produce en un chat de WhatsApp integrado por policías municipales de Madrid que hacen el turno de noche en la capital. Se creó, hace casi dos años, para tratar asuntos laborales. En la actualidad está formado por 115 agentes, todos de la policía local de Madrid. El grupo llegó a tener más de 200, aunque en las últimas semanas muchos se han dado de baja.
A raíz de los atentados de Cambrils y Barcelona y el proceso independentista, el chat se ha calentado y ha aparcado las reivindicaciones laborales y algunos de sus integrantes lo usan para cargar contra Carmena y otros políticos de izquierdas, periodistas, inmigrantes y hasta contra algunos de sus compañeros policías.
Los mensajes, a los que ha tenido acceso eldiario.es, forman parte de una denuncia presentada por uno de los agentes en una comisaría de la policía municipal. Acusa a otros integrantes del grupo de un delito de amenazas. Este policía explica en su denuncia que comenzó a recibir constantes intimidaciones que se incrementaron cuando reprochó a sus compañeros que, siendo policías, estuviesen vertiendo en un chat para reivindicaciones laborales estos gravísimos mensajes.
“Vejestorio despreciable”
El inicio de la conversación sobre la alcaldesa es una noticia publicada en El País que recoge las declaraciones de Carmena sobre la actuación de Policía y Guardia Civil durante el 1-O, cuando se produjeron cargas en varios centros de votación. La Generalitat computó más de mil heridos. La alcaldesa calificó las cargas como un “error terrible” y dijo sentir una “tristeza enorme” por las imágenes de violencia.
Esa opinión indignó a varios de los integrantes del grupo. Uno de los agentes llega a lamentar que Carmena no fuese asesinada en el bufete de Atocha en 1977, en un atentado de extrema derecha que acabó con la vida de cinco abogados laboralistas. “Lo que es terrible es que ella no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros”, escribe el policía municipal que remata su mensaje: “qué vejestorio más despreciable”.
La conversación se anima entre la media docena de policías locales más activos en el chat, los que lanzan las acusaciones más graves. Un segundo agente responde: “Que se muera la zorra vieja ya”. A partir de ahí se sucede una retahíla de descalificaciones contra el independentismo. Algunos celebran la violencia de las imágenes de las cargas en Barcelona y piden un atentado como el de La Rambla. Otros ironizan con que a los que heridos no les hubiese pasado nada si “se hubieran quedado en casa jugando a los tazos”.
Los mensajes contra la alcaldesa de Madrid se repiten a lo largo de la conversación y se agravan durante las semanas más calientes del conflicto catalán. Otro pantallazo de una noticia sobre la cesión de un espacio municipal para un acto “contra el día de la Hispanidad” desata nuevos comentarios. “Para eso si para poner la bandera no pedazo de vieja hija de la grandisima”, se queja un agente. Un compañero completa: “Hija de la grandisima puta roja de mierda mal parida”.
En la sucesión de mensajes contra la alcaldesa, uno de los policías expresa su deseo de que tenga un accidente y “una muerte lenta y agónica”. “No creo que merezca otra cosa ella y su equipo de gobierno”, añade.
Quienes vierten las frases son media docena de agentes muy activos, mientras que otros se limitan a darles la razón. Dos o tres les recriminan sus mensajes, mientras que el resto se mantiene en silencio. Todos forman parte del turno de noche y varios patrullan armados por el centro de Madrid.
“Ojalá explote La Sexta”
Los hiperactivos del chat también lanzan mensajes contra los periodistas Ana Pastor y Antonio García Ferreras y contra políticos como el líder de Podemos, Pablo Iglesias o el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya Gabriel Rufián. En esta ocasión, los insultos se desatan después de que un integrante del grupo envíe unas declaraciones falsas de la periodista de La Sexta sobre los atentados de Barcelona. A pesar de que otro compañero advierte de que es un montaje, se suceden las descalificaciones de los periodistas de La Sexta, algunas de muy mal gusto que este diario ha decidido no publicar.
Otras son deseos de que el próximo atentado se lleve por delante a Ana Pastor y hay mensajes que anhelan también la muerte de Iglesias y Rufián. “Ojalá explote la sexta con todos ellos dentro y que ese día esté también Pablo Iglesias y Rufián”, un comentario al que otro participante responde con la petición de que esa muerte sea “lenta y agónica”.
Denuncia por amenazas
Estos y otros comentarios figuran en una denuncia presentada el pasado 13 de noviembre por uno de los integrantes del grupo de WhatsApp que decidió acudir a una comisaría tras recibir amenazas en el chat desde el mes de agosto, cuando la conversación subió de tono tras los atentados terroristas en Catalunya.
En la denuncia, el agente señala que considera que se está produciendo un delito de amenazas con componente de odio y que los ataques que recibe guardan relación con su papel como delegado sindical de Comisiones Obreras. Durante su comparecencia en la comisaría, dio veracidad a esas amenazas, que llegaron a ser de muerte en algunas ocasiones. De hecho, el agente manifiesta que ha reforzado su seguridad y la de su familia por miedo a represalias.
Este policía denunció ya ante el departamento de Asuntos Internos de la Policía las amenazas, sin que de momento haya noticias de esa investigación. El caso lo ha asumido el Juzgado de Instrucción Número 49 de Madrid que citó el pasado viernes al denunciante para que ratificase lo que contó en comisaría.
eldiario.es se ha puesto en contacto con los agentes de policía que han vertido los insultos más graves en el chat. Ninguno de ellos ha querido hacer declaraciones pero el sentir general es que se trata de una “charla divertida” en un grupo privado de agentes.