El PP calificó de “rosario de ilegalidades” al banco de la familia política de Posada

¿Se imagina que Madoff, alguno de los miembros de su consejo de administración, o un socio hubiera sido el marido o un familiar cercano de la gobernadora del estado de Texas? ¿El escándalo político? Pues algo así sucedió en España a principios de los noventa sin que se levantara el más mínimo ruido. La sociedad de inversión Eurocapital y su filial, el Banco Europeo de Finanzas, suspendieron pagos en uno de los mayores escándalos financieros de la época. En el banco se descubrió una caja negra con doble contabilidad y un esquema de inversiones piramidales: una estafa. En el consejo de administración se sentaba José Manuel de la Mata, el cuñado del entonces presidente de la Junta de Castilla y León, Jesús Posada, actual presidente del Congreso. La mujer de Posada, Blanca de la Mata, era también accionista de la entidad a través de Varma, la empresa de su familia.

La mujer, la suegra y los cuñados del presidente eran propietarios de una quinta parte del banco, aunque su negocio reconocido era la importación y exportación de bebidas, Varma. La aventura financiera, que pilotó el actual vicepresidente de Varma, envolvió a toda la familia, hasta el punto de que todos utilizaban los servicios de Eurocapital para gestionar sus inversiones en Pagarés del Tesoro –instrumentos financieros para no tributar a Hacienda en la época–, tal y como ha desvelado en exclusiva ediario.es esta misma semana.

Eurocapital y el Banco Europeo de Finanzas acabaron quebrados y bajo la intervención del Banco de España, que obligó a Unicaja a quedárselo. El escándalo llegó a la Audiencia Nacional y también al Congreso de los Diputados, la cámara que hoy preside Jesús Posada. Mariano Rubio, entonces gobernador del Banco de España, tuvo que comparecer ante el Parlamento para dar explicaciones. Los diputados que más duramente se mostraron con Rubio fueron los del Partido Popular, especialmente Luisa Fernanda Rudi, actual presidenta de la comunidad de Aragón. Rudi, sabiendo o sin saber de las conexiones de su compañero de partido en el banco, calificó esta quiebra de “rosario, cúmulo de incidencias e ilegalidades”.

La conservadora se mostró en sus numerosas intervenciones para pedir aclaraciones sobre este desastre financiero, visiblemente molesta por el hecho de que el Banco de España hubiera dado ficha bancaria a un grupo de empresarios que, en su opinión, no reunían los requisitos mínimos exigibles para montar un banco. “¿Qué criterios siguió el Banco de España para conceder la ficha?”, exige saber en varias ocasiones la diputada tanto en su primera intervención como en su réplica y contrarréplica, según recoge el diario de sesiones del 3 de diciembre de 1991. Rudi dice que en su opinión “y la de su grupo” no se reunían, “las condiciones necesarias” para conceder este permiso bancario.

La política hace especial hincapié en la falta de experiencia financiera de los consejeros de la entidad. Además del cuñado de Posada, entre los consejeros de la época aparecen Álvaro García Lomas, que fue presidente de la cadena COPE y que murió pocas semanas después de la intervención del banco y otros altos directivos de Seat (que poco antes era empresa pública). Además, califica de “huida hacia adelante” la gestión de la entidad financiera por parte de estos consejeros.

El propio Rubio intentó explicar el desaguisado financiero que provocó la entidad sin mucho éxito porque, como él mismo reconocía, lo que ocurría en el seno de la entidad eran “delitos económicos”, algo que los inspectores del Banco de España, en su opinión, no estaban preparados para detectar. La Audiencia Nacional juzgo el casó y condenó al presidente de Eurocapital, Francisco Peiró, a ocho años de cárcel por apropiación indebida.

Y, es que, el problema de Eurocapital y del Banco Europeo de Finanzas, entidad que aún sigue existiendo bajo el paraguas de las cajas andaluzas, no fue tanto una mala gestión de los recursos como una auténtico esquema ponzi destinado a favorecer las empresas de los socios que lo habían creado.

Uno de los problemas más difíciles de detectar para los inspectores fue que una de las bases operativas de la entidad era su trabajo con dinero negro. Así, Eurocapital cogía grandes sumas de dinero negro de sus clientes a los que aseguraba que ingresaba los importes en Pagarés del Tesoro, de forma que su inversión estaba a buen recaudo y lejos de la vista de Hacienda. Sin embargo, el banco cogía este dinero y lo desviaba a créditos preferentes para las empresas del consejo de administración, encadenando así una irregularidad detrás de otra.

La caja negra se detectó cuando uno de los clientes pidió al banco que le diera el dinero invertido en los pagarés para acogerse a la amnistía fiscal promulgada por Solchaga y que, precisamente, canjeaba estos pagarés por Deuda Especial que sí era ya dinero A con su correspondiente retención. Según explicó Rubio en sede parlamentaria, fue entonces cuando se dieron cuenta del problema de doble contabilidad del banco, que se sumaba a su desfase patrimonial.

El problema de la concesión de créditos a estas empresas cercanas al banco fue otro de los elementos más polémicos de la época. Según publicó ABC, se concedieron créditos millonarios a familias de tres de los consejeros. Uno de estos créditos superó los 1.400 millones de pesetas. Aunque ABC aseguraba tener la documentación con estos movimientos en su poder, los nombres de las personas implicadas nunca vieron en su momento la luz.

El apellido de De la Mata y su relación con Jesús Posada nunca se publicó durante todo el escándalo, a pesar de José Manuel de la Mata fue uno de los cargos inhabilitados por el Banco de España por su papel en la mala administración de la entidad. El cuñado de Posada compatibilizaba el cargo con la dirección comercial de la distribuidora de bebidas. En el registro mercantil, De la Mata aparece relacionado con 25 sociedades, aunque muchas ya no están operativas o han sido liquidadas.

Llama la atención que el cuñado de Posada sigue dado de alta como consejero en Ecofinance, una empresa de leasing que según Mariano Rubio fue prácticamente la que llevó a la quiebra, o la precipitó, de la entidad financiera. El Banco Europeo de Finanzas compró esta financiera sin saber, al parecer, que tenía un agujero de 500 millones de pesetas la época: una bola que engordó aún más el débil estado del banco. En el registro mercantil, la sociedad aparece como activa, pero con una mínima facturación. En su día, el Banco Europeo de Finanzas pagó 800 millones de pesetas por la entidad que pagó, según dice Rudi, a tocateja.

Eurocapital pidió ficha bancaria para el Banco Europeo de Finanzas en 1989 y la suspensión de pagos llegó en septiembre de 1991. En estos pocos años todo fueron escándalos. La Comisión Nacional del Mercado de Valores sancionó a la sociedad de inversión por irregularidades en la colacación de unas acciones de Repsol.

Pero la guinda que remató el tumulto de ilegalidades de la sociedad fue la repentina desapareción de las carpetas con los datos de los clientes y dos ordenadores Toshiba que contenían información de los movimientos de dinero negro en su interior. El último día hábil antes de su intervención, el 27 de septiembre, se produjeron masivas retiradas de fondos por parte de los socios. Junto con el dinero, la documentación más delicada se volatilizó.

Meses más tarde, la policía encontró uno de los ordenadores Toshiba en una consigna de la madrileña estación de tren de Chamartín. Las carpetas aparecieron con 11.000 folios de documentación. Pero no todos los papeles estaban allí.