El PP no quiere quedarse solo en su empeño de aprobar la reforma electoral encaminada a que en mayo, tras las elecciones municipales, gobierne la lista más votada y asegurarse así el poder en numerosas alcaldías que puede perder. Ya saben que cuentan con el no rotundo de la mayoría de los grupos parlamentarios. De modo que su única esperanza para no dar esa imagen de soledad es atraer a CiU para que apoye el proyecto que el Gobierno presentará en septiembre en el Congreso, tal como han confirmado este martes los conservadores durante la reunión de la Diputación Permanente.
“CiU ha dicho que está dispuesto a negociar y que estudiará la reforma. Si la apoya ya no estaremos tan solos ¿no?”, aseguraba en los pasillos del Congreso a eldiario.es un veterano diputado del PP después de escuchar la intervención de Josep Sánchez Llibre, portavoz de la formación nacionalista catalana. Sánchez Llibre, efectivamente, había dejado la puerta abierta a esta posibilidad recordando que su formación siempre ha sido partidaria de una reforma de las corporaciones locales encaminada a impulsar las listas abiertas y asegurar que gobierne el candidato de la lista más votada.
“Nosotros no vamos a hacer como el PSOE. Vamos a ver los contenidos, qué propuesta nos traen. Y vamos a estudiarla y a negociarla. Lo que no nos ha gustado son las formas, eso de anunciar la reforma a golpe de titulares”, reconocen en CiU. Sin embargo - matizan- eso no significa que ya tengan decidido apoyar la reforma. Las tensiones con el Gobierno de Rajoy se mantienen y van a pesar mucho a la hora de tomar una decisión en un asunto que políticamente les podría reportan más perjuicios que beneficios.
En las filas socialistas están convencidos de que al final CiU no entrará al acuerdo. “Tienen demasiados frentes abiertos con el Gobierno”, sostienen. Pero hay quien también cree que los convergentes podrían haber sellado un pacto con Rajoy para no hacer demasiada “sangre” con el escándalo de Pujol y su familia y la ocultación al fisco de su fortuna. Sobre todo después de ver que Artur Mas ahora parece “recular” con lo de la consulta.
De hecho, el PP ha rechazado la petición del PSOE, la Izquierda Plural y el Grupo Mixto para que Montoro venga a hablar del caso al Congreso de manera “urgente”. A cambio, y ante la presión que hay en Cataluña en su propio partido, el propio PP ha cerrado la comparecencia del ministro de Hacienda para el próximo 2 de septiembre pero para dar cuenta de los “avances en la lucha contra el fraude fiscal”. En principio Montoro eludirá hablar de Pujol aunque los grupos parlamentarios, lógicamente, centrarán el debate en su caso. Esta comparecencia del ministro se realizará antes que el propio expresident acuda al Parlament regional para dar por primera vez su propia versión del escándalo.
Por si había dudas, el diputado de CiU Pere Macias ha dejado claro que Montoro no puede dar explicaciones en el Congreso sobre la situación financiera de Pujol y su familia porque sería “ilegal” ya que “debe respetar la confidencialidad de las investigaciones”.
Sea como sea, la controvertida reforma municipal de Rajoy, de la que se sabe poco, por no decir nada, llegará a primeros de septiembre a la Cámara y ya cuenta con el no rotundo de la oposición. Empezando por el PSOE. Soraya Rodríguez confirmaba a este diario que su grupo no va a pactar “nada” que cambie las reglas de juego antes de mayo, fecha de los comicios municipales y autonómicos. “Después que traigan lo que quieran”, añadió.
Los socialistas, al igual que los de Cayo Lara, han adelantado que llevarán al Tribunal Constitucional la reforma, si es que llega a consumarse, como parece. También impulsarán mociones en los Ayuntamientos como rechazo a lo que califican de “pucherazo electoral” en toda la regla.
De todas formas, cuando llegue la propuesta en septiembre Soraya Rodríguez ya no será la portavoz del Grupo Socialista y todo quedará en manos de la persona que ocupe su cargo, previsiblemente, Antonio Hernando. El nuevo líder del PSOE anunciará en breve estos cambios. Sánchez quiere que los ciudadanos visualicen que son un PSOE “diferente” que no va a ser “cómplice” del PP a la hora de imponer su rodillo parlamentario en una reforma de una ley orgánica tan importante como es la LOREG.