El giro político de Pedro Sánchez ante la ratificación del tratado de libre comercio firmado entre la UE y Canadá (el CETA, por sus siglas en inglés) ha cogido por sorpresa a quienes hasta ahora habían compartido posición en este asunto con el PSOE: el PP, Gobierno incluido, y Ciudadanos. Incluso algunas voces socialistas se han alzado, en público y en privado, para criticar un cambio de criterio que enmienda no solo a la gestora, sino años de apoyo de los socialdemócratas europeos a los acuerdos de libre comercio europea. Unidos Podemos celebra el cambio, aunque considera que “llega tarde” porque no impedirá su ratificación en el Congreso la semana que viene ni en el Senado, ya en julio.
El Ejecutivo español y el europeo han levantado la voz esta misma mañana. El comisario de Asuntos Económicos de la UE, Pierre Moscovici, ha defendido esta mañana que el CETA “es es el mejor tratado posible con las mejores condiciones posibles” y ha puesto como ejemplo contrario el TTIP, el acuerdo de libre comercio de la UE con EE UU. El comisario ha asegurado que él habría votado en contra del TTIP, pero no del CETA.
Moscovici, destacada figura del socialismo francés, ha asegurado que “como socialista” su “deseo es que el socialismo sea creíble con un marco común que es Europa”. Y ha asegurado que intentará que Pedro Sánchez modifique su posición en la reunión que ambos mantendrán a lo largo de esta mañana.
El Gobierno de Mariano Rajoy también se ha pronunciado este jueves. Fuentes del Ejecutivo enmarcan el cambio de posición de los socialistas en el proceso de “podemización” que, en su opinión, se ha iniciado en la formación tras el acceso a la secretaría general de Pedro Sánchez.
Desde La Moncloa se espera que el PSOE recupere el sentido común y cunda la responsabilidad y se recuerda que “los partidos deben tener personalidad propia”.
El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha señalado desde Bruselas, donde acudía a la reunión de líderes del Partido Popular Europeo (PPE), que la posibilidad de que España no apruebe el CETA sería “un error. Canadá tiene unos estándares muy similares a los de la UE. Si no aprobamos un tratado con Canadá, no sé qué tratado vamos a aprobar. Si en España no sale adelante haríamos el ridículo. Sería tremendo porque desde el punto de vista de fondo no hay ninguna razón. No puede ser que España lo vete. Esperemos que se abstenga o buscaremos otros votos”.
“Autarquía” y Bildu
El exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que ocupó la cartera durante la negociación, ha declarado en el Congreso que “es bastante incomprensible” el cambio de posición del PSOE, que “se lo tendrán que explicar sobre todo a sus correligionarios en Europa”.
Margallo ha explicado que “el CETA es un tratado que ha sido negociado por la Unión Europea, es decir, por los 28 países de la UE en su conjunto, supone un tratado de segunda generación y era uno de los precedentes más importantes para saber cuál va a ser la relación entre el Reino Unido y la UE”.
Ciudadanos también ha calificado de “podemización” el anuncio de Sánchez de que no apoyará el CETA en en Congreso. “Claramente, es una podemización, como venimos viendo desde hace mucho tiempo en este viejo PSOE. Me da la sensación de que quieren competir en un espacio que es el de la extrema izquierda, cada vez más radical”, ha declarado el secretario general del grupo de Ciudadanos en el Congreso, Miguel Gutiérrez, ante el cambio del posición del PSOE respecto al CETA.
Gutiérrez ha calificado como una vuelta a la “autarquía” el giro del “PSOE podemizado” con “su defensa porque los países no comercien”.
El PP se ha acogido al mismo argumentario. “Es evidente que el PSOE cada vez copia más a Podemos en todo. El tratado de libre comercio con Canadá es un ejemplo clarísimo. Ya hay dos Podemos: uno rojo y otro morado”, ha añadido el vicesecretario general de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo.
En el mismo sentido, Javier Maroto, vicesecretario de Política Social del PP, ha apuntado que fueron “Bildu y el partido de Le Pen los que se posicionaron en contra del CETA en el Parlamento europeo, si el PSOE está cómodo votando con ellos es que tienen un problema grave”.
Diferencias en el PSOE
El cambio de posición de Sánchez, abanderada por la nueva presidenta socialista, Cristina Narbona, no solo ha cogido por sorpresa a otros partidos. Dentro del propio PSOE son muchos quienes no entienden a su nuevo secretario general y recuerdan que los socialistas españoles, y europeos, han defendido el CETA, lo han votado en el Parlamento Europeo y lo están ratificando en los parlamentos nacionales.
La vicepresidenta del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, Elena Valenciano, ha defendido esta mañana en una entrevista el tratado de libre comercio con Canadá como un buen ejemplo de cómo “hacer las cosas”. La eurodiputada ha afirmado que tendrían que convencerla de que está “equivocada” para no volver a votar a favor, como ya hizo a principios de año.
En opinión de Valenciano, “Canadá es un país con el que conviene estar a bien” y ha defendido que el CETA inaugura “un nuevo modelo de acuerdos comerciales donde se introducen muchísimos elementos de garantías de derechos sociales y medioambientales”.
En el Congreso también se han mostrado en contra varios diputados, aunque desde el anonimato. “Es poner como marco de referencia Canadá, no el de Burkina Faso; no lo veo para tanto”, dice un diputado sobre el apoyo al CETA. “Supongo que habrán hecho una consulta a los militantes”, ironiza otro.
Aunque nadie como el diputado socialista Pedro Saura para demostrar la confusión en las filas del PSOE ante el cambio de postura. “La decisión forma parte de la normalidad dentro del debate que hay entre una globalización sin reglas, los que quieren volver a la autarquía y la socialdemocracia, que aspira a una globalización con reglas. Lo que propone la socialdemocracia es lo mejor”, ha tratado de explicar sin llegar a responder sobre los motivos de que voataran en la Eurocámara a favor y ahora opten por la abstención“.
“La dirección del partido ha planteado un debate que exige una reflexión. Tras la votación en el Parlamento europeo cada Estado miembro tiene que dar su propia opinión”, ha apuntado Saura.
El PSOE sigue así con su estrategia de redefinir su posición y de intentar recuperar espacio en la izquierda. El documento con el que Pedro Sánchez concurrió a las primarias apenas aludía a la necesidad de una“ vigilancia especial del cumplimiento de las salvaguardas sociales y ambientales del CETA, así como de cualquier otro tratado comercial futuro”. Esa fue la enmienda que presentaron para modificar la ponencia. En Jaén se aprobó una enmienda que hacía una referencia a “una Europa en la que no tengan cabida tratados como el TTIP o el CETA, profundamente lesivos para los intereses de la sociedad europea y beneficiosos para las grandes corporaciones de ambos lados del Atlántico”.
El texto final aprobado por el PSOE en su 39º Congreso no hace una alusión concreta al CETA y queda redactado de forma muy similar al texto inicial de Madina. Aboga por el comercio internacional “condiciones y regulaciones”. Para Ferraz, eso implica que ahora tiene que estudiar la “coherencia” entre esa propuesta y las “posiciones anteriormente adoptadas respecto al CETA”.
Unidos Podemos: bien, pero “tarde”
En defensa del cambio de postura ha salido la diputada Zaida Cantera. En el Congreso, ha asegurado que “ha ganado una candidatura en el PSOE, con unas ideas de izquierdas y con posiciones diferentes a las que había”, ha subrayado Cantera, quien sí ha reconocido que ese debate interno podía haberse zanjado antes para evitar que su grupo apoyara el tratado el pasado martes en la Comisión de Exteriores del Congreso.
Cantera ha arremetido contra el PP por acusarles de “podemizarse”: “Que dejen de hacer el sinvergüenza, de robar y de levantar el brazo Cara al Sol, no nos estamos podemizando para nada”.
La nueva posición del PSOE no impedirá la ratificación del CETA por las Cortes generales. La semana que viene será votado a favor con toda probabilidad en el Pleno ya que PNV y PDeCAT mantienen el sí que expresaron cuando Unidos Podemos presentó una enmienda a la totalidad y una petición de recurso previo de constitucionalidad. Entonces, el Pleno lo rechazó con el voto del PSOE.
Aquella votación fue rechaza ampliamente por el Congreso. Y con el voto favorable del PSOE. El portavoz de Exteriores de Unidos Podemos, Pablo Bustinduy, lo ha recordado este jueves. El grupo confederal celebra el cambio de política del PSOE aunque lamenta que haya llegado “algo tarde”.
Bustinduy ha recordado que el Gobierno ha obviado el preceptivo informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y ha reiterado la intención de su grupo de acudir al Tribunal Constitucional una vez que el Senado, donde el PP tiene mayoría, también ratifique el tratado.
El portavoz de Unidos Podemos ha pedido al PSOE que ayude a su grupo en ambas tareas y ha descartado que el cambio de Pedro Sánchez se deba a una exigencia suya. “Lo importante no son las relaciones entre partidos o líderes”, ha dicho. Y ha zanjado: “Lo importante es parar el tratado, que es otro artículo 135 que ataca la soberanía popular y los derechos sociales”.