Fue una de las apuestas del PSOE en la campaña electoral: pedir a Bruselas que retrasara el ajuste del déficit al año 2015. El socialista Alfredo Pérez Rubalcaba quería que la Unión Europea concediera a España un cierto margen de maniobra para recuperar el crecimiento porque, a su juicio, el déficit llevaría a una situación “muy difícil”.
El Partido Popular ni contempló esa posibilidad. Durante la campaña electoral, Mariano Rajoy defendió a ultranza la austeridad y la necesidad de controlar el gasto de las administraciones, al que definió como “el origen de muchos males” de la economía. Entonces para el PP, los recortes para reducir el déficit eran la fórmula para recuperar el crecimiento y ayudar a empresas y familias.
Desde que ganó las elecciones y durante sus casi dieciséis meses de Gobierno, tanto el PP como el Ejecutivo han mantenido fuera de sus planes flexibilizar el calendario fijado desde Bruselas para que España cumpla los objetivos de déficit. De hecho, los conservadores han insistido en que cumplirían los plazos marcados. Aquí algunos ejemplos:
- Nueve días después de que el PP ganara las elecciones, la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, aseguraba que, con el nuevo presidente, se cumpliría la promesa “por encima de todo”: “Rajoy ya ha hecho llegar a todos sus interlocutores que va a cumplir con el objetivo del déficit por encima de todo. Nos jugamos la credibilidad de España. Está fuera de toda duda”, afirmaba con rotundidad la secretaria general del PP.
- Pocos días después de su investidura, en una comparecencia tras una audiencia con el rey, Mariano Rajoy lanzó un mensaje contundente: España no superaría el 4,4% de deuda pública en 2012. Tras la ampliación del objetivo al 5,8%, Rajoy insistió en que estaba cumpliendo sus compromisos de austeridad. Finalmente, esa cifra ha sido bastante superior al situarse en el 6,98%.
- El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aseguró en abril de 2012 que “lo prioritario para España es acabar con el déficit”. En esa misma intervención, Montoro justificaba que “esa reducción no nos la tiene que imponer nadie”. Además, para el titular de Hacienda, la subida de impuestos aprobada para precisamente reducir la deuda pública era solo “un cambio en su ponderación”.
- Solo tres meses más tarde, el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, defendía al Ejecutivo de Mariano Rajoy por “estar decidido a acabar con el déficit público”. El dirigente popular recordaba que ya por entonces se pagaba un interés cada vez más cerca del 7% para refinanciar la deuda de 800 millones de euros del conjunto de las Administraciones Públicas, por lo que era prioritario que el Estado redujera esa cifra.
- El propio presidente del Gobierno aseguraba en una entrevista en TVE concedida en septiembre que su “obligación más importante es reducir el déficit para crecer y crear empleo, por encima de cualquier otra cosa”. Rajoy insistió en que no se puede gastar más de lo que se ingresa y recordó que el Gobierno había “comprometido ajustes presupuestarios por valor de más de 90.000 millones de euros hasta 2014 para situar en el 2,8% el déficit público” en ese año.
Sin embargo, el presidente del Gobierno parece haber cambiado sus prioridades y ahora sí va a pelear con Bruselas para que España tenga un mayor margen para cumplir el déficit que le ha sido impuesto.