Que el 80% de sus votantes estén convencidos de que Luis Bárcenas chantajea al PP ha obligado al partido a reaccionar. Que todos hablen de división entre la cúpula sobre cómo defenderse de él en los tribunales, también. Rebajar la presión antes del lunes, cuando Mariano Rajoy respalde a Mª Dolores de Cospedal en un desayuno informativo, era otra necesidad acuciante.
La reacción de la secretaria general para solucionar estos problemas ha sido idear “los debates abiertos del PP” con el lema de “Juntos salimos”. El acto de esta mañana no ha mostrado ningún debate ni ha sido en abierto porque sólo se trataba de presentar una iniciativa para superar la crisis de confianza interna y externa que ha provocado el extesorero. A partir del próximo día 22, se sucederán las reuniones entre ellos, pero el interés del PP es verse también con colectivos sociales y ciudadanos interesados porque el objetivo es intentar acortar las distancias con los votantes. Cospedal no tuvo problema en reconocerlo: “Nos hemos quedado muy lejos de la gente”. Hecha la cura de humildad, tocó el momento de la terapia de autoayuda. La responsable del PP llamó a los suyos a la unidad, a recuperar la política “con mayúsculas” y hacerlo “con la cabeza muy alta”.
No es nada habitual que toda la organización del partido se reúna un sábado por la mañana en la sede de la calle Génova. Lo que sí empieza a ser costumbre es invitar a los periodistas a que sigan la retransmisión del acto desde dos plantas más abajo y ante una pantalla de plasma, o desde sus casas, a través de la web del PP. La pantalla, fuese de tele o de ordenador, mostró a la secretaria general rodeada de sus tres vicesecretarios, todos sentados en taburetes para dar sensación de acto informal. Antes de empezar, se aplaudieron. Sólo Javier Arenas se quedó sin tomar la palabra aunque parecía escuchar atentamente. Cospedal explicó la ausencia de Mariano Rajoy: “Tiene que gobernar”.
Análisis del “grado de cumplimiento” del programa electoral
En palabras de Esteban González Pons, el plan es “pegar la oreja al asfalto” porque un partido no puede elaborar nuevos programas electorales “si no se entera de lo que pasa en la calle”. En un ejercicio de riesgo, el responsable de estudios y programas prometió que el PP también va a analizar “el grado de cumplimiento” de las propuestas con las que Mariano Rajoy ganó las elecciones. Sus siguientes palabras consistieron en una referencia a la polémica que azota al PSOE por tratar de llegar a la alcaldía de Ponferrada gracias a un condenado por acoso sexual.
Un vídeo mostró a varios miembros de la misma familia preocupados por la falta de empleo y que reprochaban a los políticos que no estén a la altura de la crisis por la que atraviesa el país. “Es la calle, a veces nos gusta oír lo que dicen y, otras veces, no”, resumió Cospedal. Pero su mejor resumen fue el que hizo del caso Bárcenas sin pronunciar el nombre. Habló de “comportamientos reprochables y que repugnan”, de “dimes y diretes” como hizo Rajoy, y de hechos “que la mayoría de ocasiones no son ni medio verdad”. La secretaria general afirmó que lo importante es demostrar que el PP sabe cómo salir de la crisis y “todo lo demás son tonterías que no tienen importancia”.