La elección de Alberto Núñez Feijóo como presidente del PP en abril de 2022 supuso un revulsivo para un partido alicaído, sumido en una guerra fratricida, con un liderazgo que, según propios y extraños, se mostraba incapaz de imponerse al Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Llegó Feijóo a la planta noble del número 13 de la madrileña calle de Génova e insufló moral a la tropa. Tanto, que el PP sumó 16.373 “afiliados”, según sus propios datos. Y aún así, ingresó menos por las cuotas obligatorias de que pagan los militantes. Solo las aportaciones de los grupos parlamentarios permitieron al partido cuadrar su presupuesto.
Los datos están recogidos en las Cuentas Anuales de 2022 que el PP publicó el pasado mes de julio, aunque no informó al respecto. El partido de Feijóo declara unos ingresos ordinarios de algo menos de 37,4 millones de euros, casi tres millones y medio más que en 2021 (cuando fueron 33,9). Los gastos ascendieron a 35,10 millones, también tres más que un año antes, siempre según el documento elaborado por el departamento de Finanzas y Organización que dirige Carmen Navarro.
El aumento de los ingresos no se asienta en los de origen privado, donde se incluyen las cuotas de afiliados. El PP se anota en 2022 en este epígrafe 3,23 millones de euros, mientras en 2021 le supuso 3,32 millones. 100.000 euros menos, pese a declarar que tiene 16.373 afiliados más.
El PP cerró 2020 con 778.046 afiliados, 2021 con 777.971 y remontó con Feijóo en Génova: cerró 2022 con 794.344, según sus propios datos. El desajuste entre número de militantes declarados y cuotas abonadas abunda en las históricas dudas sobre el número real de afiliados que tiene el PP. Con Mariano Rajoy al frente, el partido llegó a informar de más de 800.000 militantes. La cifra fue cayendo después.
¿Y a cuánto asciende la cuota que pagan los afiliados? Pues el PP tampoco informa al respecto. La contribución mínima es fijada por el Comité Ejecutivo Nacional y, según han publicado diferentes medios en los últimos años, salvo que Feijóo la haya cambiado en algún momento y no se haya informado, ese mínimo es de 20 euros.
Pero en 2022 los militantes aportaron de media cuatro euros a las arcas del PP, lo que implica que no todos los afiliados que declara el partido están al corriente de pago. Los vigentes Estatutos del partido, aprobados en 2017 aún con Rajoy al frente, establecen una única figura, la del afiliado, con dos modalidades: el “militante”, que tiene obligación de pagar una cuota so pena de perder sus derechos si no lo hace, y el “simpatizante”, que no tiene esta obligación. El PP no ofrece un desglose en sus cuentas.
La elección de Feijóo como presidente puso de relieve esa notable diferencia entre los afiliados declarados y los militantes reales. Al por entonces presidente de la Xunta le avalaron para el proceso interno algo más de 50.000 personas. Apenas 41.681 se inscribieron para votar en el proceso congresual para el que era el único candidato. Solo los militantes al corriente de pago pueden participar en estas votaciones, lo que suele ser punto de partida de casos de financiación irregular, tal y como investigan los jueces por ejemplo en Salamanca y León.
elDiario.es se ha puesto en contacto con el PP para preguntar por estas diferencias, así como por otras cuestiones relacionadas con las cuentas del partido, sin obtener ninguna respuesta en dos días.
Las subvenciones a los grupos, primera fuente de ingresos
Las cuentas de 2022 publicadas por el PP muestran también que, con Feijóo al frente, el PP ha convertido en su primera fuente de ingresos las “aportaciones de grupos institucionales”. Es decir, lo que los grupos parlamentarios (Congreso, Senado, comunidades autónomas, ayuntamientos,...) ceden a las arcas del partido, y que el año pasado se situó muy por encima de las “subvenciones anuales para gastos de funcionamiento”.
Según los datos aportados por el PP, las aportaciones de los grupos aumentaron en 3,1 millones de euros: de los 13,46 de 2021 a los 16,58 de 2022. Las subvenciones para gastos de funcionamiento cayeron poco más de 100.000 euros.
Precisamente el Tribunal de Cuentas (TdC), órgano encargado de velar por la salud de las finanzas públicas, denunció en un reciente informe que seis de cada diez euros del dinero público que reciben los partidos para financiar su presencia en el Congreso, el Senado o los parlamentos autonómicos acaban engrosando las arcas de esos mismos partidos.
El TdC considera esta práctica una “sobrefinanciación” de las formaciones políticas, una vía legal de aumentar sus recursos pero a la que el órgano fiscalizador lleva años pidiendo poner límites con reformas reglamentarias y de la ley del régimen local que establezcan las “condiciones y requisitos” en las que se pueden hacer unas aportaciones que, a menudo, se utilizan para sufragar gastos ordinarios de los partidos o contratar personal.
Este incremento (superior al 20%) de las aportaciones de los grupos institucionales a las arcas nacionales del PP no se debe a un aumento generalizado de su representación, ya que en 2022 se produjeron elecciones en Castilla y León, en febrero, donde Alfonso Fernández Mañueco solo sumó dos diputados a su grupo. En junio fue Andalucía la llamada a las urnas. Ahí sí, Juan Manuel Moreno más que duplicó su representación, al pasar de 26 a 58 diputados.
El grupo del PP en el Parlamento de Andalucía es, precisamente, el que más aporta a la caja del partido: 3,12 millones de euros en 2022. Le siguen el grupo en el Congreso (1,11 millones), en la Asamblea de Madrid (950.000 euros), en Castilla y León (876.000) el Senado (850.000), el de Extremadura (521.500), y los de Galicia y Murcia (500.000 cada uno).
A nivel municipal, el grupo municipal en Málaga se lleva la palma, con una aportación de 594.974 euros. Le siguen Cádiz (453.661), Sevilla (206.063), Almería (186.500), Las Palmas (185.272) o Zaragoza, con 173.887 euros.
Las cuentas del PP constatan que en 2022 la financiación pública quintuplicó a la privada. 30,82 millones de la primera, frente a 6,51 de la segunda.
elDiario.es ha intentado, sin éxito, que el PP explique el aumento de las aportaciones de los grupos parlamentarios y cómo se decide cuánto debe contribuir cada uno a la caja de la dirección nacional.
Tres millones para cuadrar las cuentas
En cuanto a los gastos, el grueso se reparte en dos partidas: los sueldos que paga el PP a sus trabajadores y los llamados “servicios exteriores”, es decir, tareas contratadas fuera del partido.
Ambas partidas estaban parejas en 2021: 14,7 millones de euros para “gastos de personal”, y 15,8 para la segunda. Pero en 2022 el gasto en “servicios exteriores” aumentó considerablemente hasta los 18,6 millones de euros, 2,7 más.
En el capítulo de gastos destaca también el epígrafe de “gastos excepcionales”, que pasa de poco más de 80.000 euros en 2021 a 426.398 en 2022. El PP tampoco ha respondido a elDiario.es qué se incluye bajo estas categorías.
Ambas cantidades suman esos tres millones extra que el PP reclamó a los grupos institucionales. Y son, también, la diferencia entre el total de ingresos declarados por el partido entre 2021 y 2022.
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