Aunque el PP se mostró escandalizado por los ataques de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez en el debate de investidura, la esperanza de los conservadores es ahora que la distancia entre ambos les permita intentar un acercamiento al líder del PSOE en los próximos días. No lo ven a corto plazo, pero sí dan por hecha una “ruptura” que podrán aprovechar cuando se hayan apagado los ecos del segundo intento de investidura del próximo viernes. A la vez, ha quedado pendiente una reunión de Mariano Rajoy con Albert Rivera que no será inmediata.
Que “Iglesias ha quemado todos los puentes” con el PSOE es una de las conclusiones a las que han llegado muchos en el PP, tanto en el Gobierno como en el partido. También, que será “muy complicado” que puedan reconstruirlos, sobre todo después de las alusiones a Felipe González y a la “cal viva” de la época del GAL. En las filas del PP, la invectiva del líder de Podemos ha sido calificada de “guerracivilista” y de intento logrado de “embarrar” el debate.
Pero buscan la parte que les beneficia a ellos, es decir, que el socialista esté lo suficientemente ofendido como para no perdonárselo al líder de Podemos, a pesar de que la apelación al diálogo haya sido repetida. Como resumía un miembro del Gobierno, “Pablo Iglesias no es el coco, pero lo que ha dicho sí lo es”.
En el PP entienden que Rajoy no renunciará después del viernes a seguir insistiendo en que la suma de PP, PSOE y Ciudadanos es “lo mejor para España y la única fórmula posible”. Lo que no saben es si esa voluntad se traducirá en una nueva oferta para acercarse al PSOE. “El no es no sigue pesando, pero es que no hay otra salida si no es ir a elecciones”, explica un miembro de Moncloa.
Lo que ha sorprendido en las filas conservadoras es el papel jugado por Albert Rivera a la hora de denunciar una corrupción por la que el socialista pasó casi de puntillas, obligado por su voluntad de ofrecer un discurso propio de candidato a la investidura: “Esperábamos más detalle de Sánchez en ese aspecto, esa es la verdad, pero ha estado manso”. Esa especie de cambio de papeles entre Rivera y Sánchez es lo que llevaba a uno de los miembros del PP más cercano a Rajoy a concluir que Rivera y su partido “se han ganado la portavocía del PSOE”.
Para la reunión aplazada a después del día 5 sigue sin haber fecha concreta. “Dijimos a partir del viernes y eso no quiere decir que sea el lunes”, aclaran en la dirección del PP. Así, es probable que no se produzca ningún movimiento para acercar posturas en los próximos días. En palabras de un colaborador de Rajoy, la semana próxima toca “tranquilidad mariana”.