El PP aún no tiene candidato formal a presidir el partido los próximos cuatro años. Pero los conservadores ya saben que será el mismo, Mariano Rajoy. Tampoco se conoce quiénes serán la treintena de escogidos para componer el próximo comité ejecutivo porque los presentará él. Sin embargo, María Dolores de Cospedal ya se ha adelantado para señalar que la número dos volverá a ser ella.
“No hay discusión de liderazgo. Aunque no existe candidato, aquí ese debate no se produce”. Con estas palabras, el vicesecretario de organización del PP, Fernando Martínez Maillo, trataba de aparcar la discusión sobre si la secretaria general podrá seguir siéndolo a la vez que gestiona un ministerio como Defensa. Ante la seguridad con la que ella lo anunció a los periodistas en su toma de posesión, se presupone que así lo ha acordado con Rajoy aunque solo ellos saben en qué términos y si todo está condicionado a cómo sea su gestión como ministra de aquí a entonces.
Su número dos, entre la espada y la pared, procuraba no incidir en la polémica de forma que desautorizara a su jefa. Aún así, concedía la razón a voces como la de Alfonso Alonso que indicaba que no conviene anticipar nombres y que esa decisión “ya se verá”.
Desde que los conservadores introdujeron formalmente el debate sobre las primarias en una conferencia política ha pasado ya un año y cuatro meses. Fue Juanma Moreno, presidente del partido en Andalucía, quien introdujo la idea de que en un futuro congreso, el PP diera más voz a los militantes. La palabra “primarias” quedó completamente vetada porque se huyó de cualquier parecido con los sistemas que ponían en marcha la mayoría de partidos.
Voto de militantes, si faltan compromisarios
El PP se prepara para abrir la puerta tímidamente a una mayor apertura, que deberá quedar consagrada en los estatutos que se aprueben en febrero y que servirán para los siguientes cónclaves. Aunque el andaluz llegó a hablar de “congreso asambleario”, la mayor parte de los dirigentes reaccionaron con escepticismo y algunos, hasta con indignación.
De momento, el vicesecretario de organización ya ha avanzado que si hay “más solicitudes de los que ya existen, se someterá a votación”. Maillo prosiguió con que ésa será la prueba de que las urnas “en el PP, valen para votar”.
Con esa comparación, el conservador aludía así al incidente en el comité federal del PSOE en el que Ferraz escondió una urna tras una cortina para decidir si se votaba un congreso exprés.