En su particular batalla por lograr el apoyo del electorado más escorado a la derecha, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, se ha lanzado a proponer medidas recentralizadoras que cuestionan el actual Estado de las autonomías para competir con Vox, formación que directamente pide la supresión de las comunidades autónomas.
La postura del líder del PP choca, sin embargo, con los intereses territoriales de su propio partido ya que varios barones populares se han apresurado a dejar claro que están en contra de tocar las competencias autonómicas. Ciudadanos, entretanto, el tercer partido que pugna por esa porción de la tarta rehuye esos planteamientos. Lo ha rechazado este miércoles durante una entrevista en la Cadena Ser su candidato a la Junta de Andalucía, Juan Marín, con quien los populares cuentan para conformar un Gobierno alternativo al del PSOE si dan los números el 2 de diciembre.En contra de la recentralización se ha mostrado, asimismo, la ministra de Educación, Isabel Celáa.
Aunque tanto el líder del PP como Vox enmarcan sus propuestas recentralizadoras dentro de la campaña andaluza, ambos dirigen sus mensajes al 10,9% de los españoles que según el último Barómetro del CIS quieren un Estado en el que las comunidades autónomas tengan una menor autonomía que la actual y al 19,9% de los ciudadanos que directamente abogan por un único Gobierno central sin autonomías.
En el programa de 100 medidas urgentes que Vox aprobó el 7 de octubre en su reunión en el Palacio de Vistalegre de Madrid la formación ultraderechista plantea “transformar el Estado autonómico en un Estado de Derecho unitario que promueva la igualdad y la solidaridad en vez de los privilegios y la división”. Tal y como reclaman una y otra vez en la campaña andaluza, el partido que preside Santiago Abascal reivindica “un solo gobierno y un solo parlamento para toda España”.
“Como paso previo”, apunta Vox en su listado de propuestas, el partido de extrema derecha prioriza la “devolución inmediata al Estado de las competencias de Educación, Sanidad, Seguridad y Justicia limitando en todo lo posible la capacidad legislativa autonómica”.
“No estamos a favor de recentralizar”
La novedad es el posicionamiento del Partido Popular. Desde que Casado llegó a la presidencia el pasado julio, el nuevo líder coquetea también con la idea de recentralizar competencias. Este sábado Casado anunciaba que su partido presentará en los próximos días una Proposición de Ley para “que las competencias educativas sean de ámbito nacional”. “Vamos a presentar una propuesta en educación de ámbito nacional, porque la educación tiene que ser competencia del Estado y que las autonomías administren esas competencias”, matizaba el líder de los populares.
La iniciativa del presidente popular se topa, en cambio, con el rechazo de parte de su propio partido que se ha manifestado públicamente a favor del actual marco competencial de las comunidades autónomas.
“Nosotros no abogamos por recentralizar, sino porque la Inspección sea fuerte e intervenga en el caso de que no lo haga la Inspección autonómica”, argumentaba este miércoles la presidenta del PP en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig. A pesar de la clara afirmación de Casado, que el sábado pidió literalmente que las competencias de educación las recupere el Estado, Bonig señalaba que el PP “no está diciendo ni está a favor de la recentralización de las competencias en materia educativa”, informa Europa Press.
“Hay que darle una pensada a lo que supuso el proceso de transferencia a las comunidades de tantas competencias para, sin quitarle a nadie nada, ver si cada uno ejerce el papel que le corresponde o si ha habido por el Estado una dejación al aprobar normativa básica que debe cumplirse en todos los territorios”, añadía el presidente de La Rioja, Pedro Sanz.
Un día antes el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, se mostraba más contundente tras su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa: “Soy un perro viejo, llevo 27 años en la política autonómica y aunque me tenga que ir con cierta desazón, no seré yo quien predique en mi organización política la recentralización de España”.
Aunque en las últimas horas han evitado criticar abiertamente la propuesta de Casado, otros barones como el gallego Alberto Núñez Feijóo o el madrileño Ángel Garrido también se han erigido en defensores del Estado de las autonomías siempre que ha surgido el debate de la recentralización. “Hay que cerrar el modelo de Estado después de estos años, y garantizar mejor su presencia en las comunidades, pero no planteamos una enmienda en su totalidad a la Constitución ni al Estado de las Autonomías. Ni tampoco una recentralización de las competencias autonómicas”, aseguraba Feijóo en octubre en una entrevista en La Razón.
En septiembre, el presidente madrileño se pronunciaba en los mismos términos en otra entrevista, en este caso al diario El Español: “Consideramos que la gestión autónoma de la educación es buena y positiva siempre que exista un principio de lealtad. De momento, lo que creo que se debe hacer es controlar aquellos lugares donde no se está cumpliendo ese respeto institucional”.
La “libertad de elección”
Consciente de la repercusión de sus palabras, Casado daba nuevas explicaciones sobre su iniciativa este miércoles durante un desayuno informativo en Cádiz. “La competencia educativa es estatal, como dice la propia Constitución”, apuntaba el líder del PP. La Carta Magna, sin embargo, se limita a recoger en su artículo 27 que “los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes”, sin especificar si la administración encargada de velar por ese derecho debe ser la estatal o cualquier otra.
El presidente popular indicaba que la reforma que pretende el PP busca establecer una “ley clara” en materias troncales, con un mismo currículo, “potenciando la alta inspección estatal para evitar los abusos en estas materias” e impulsando materias como las matemáticas, informática y tecnología,“el bilingüismo real”, así como respetando “la libertad de elección de centro”, la educación concertada, la evaluación pública de conocimientos, la selección del profesorado con un DIR educativo “que permita profesores bien remunerados y prestigiados” y una FP Dual.
El PP pretende luchar contra los que “se creen que la educación es su cortijo” y pese a que él mismo ha situado en el debate público la aprobación de una nueva reforma educativa, el grito de Casado de los últimos días es: “¡Ya está bien de contrarreformas educativas!”