El líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha decidido modificar drásticamente su discurso hacia Vox a raíz de la publicación de las últimas encuestas que auguran que la suma de PP, Ciudadanos y la extrema derecha no podría lograr mayoría para formar gobierno tras el 28A y que Pedro Sánchez se mantendría en la Moncloa en el caso de lograr el apoyo de los partidos que le respaldaron en mayo en la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Hasta ahora la consigna de la dirección de los populares era “no polemizar” con sus posibles socios evitando también darles protagonismo. Esta semana Casado ha pasado, sin embargo, al ataque culpando al partido de extrema derecha de ese posible triunfo de la izquierda en las urnas e incrementando la presión para lograr acuerdos incluso antes de los comicios: una de las peticiones lanzadas desde el PP a Vox es que no presente candidaturas al Senado para no dividir el voto de la derecha y poder controlar la Cámara Alta con una nueva mayoría absoluta.
“Llevo sin ver al líder de Vox en un medio de comunicación un mes. No aparece y cuando ha aparecido le preguntas cuatro cosas y si no sabe contestarlas dice que tiene a España en el corazón y no en la cabeza”, denunciaba a última del lunes el propio líder del PP durante una entrevista en Trece.
Este martes, durante un acto en Logroño, Casado añadía: “Yo no he vuelto a ver al líder de Vox. No sale. Dicen que están en la táctica de Trump, solo en las redes sociales. ¿Por qué?, porque no tienen ningún proyecto que ofrecer a los españoles. Y porque en cuanto debates se da cuenta la gente que no saben ni de economía, ni de sanidad, ni de educación, ni de política internacional, ni de educación, ni de política presupuestaria”.
La obsesión del Senado
Una de las obsesiones de Casado ante las elecciones generales del 28 de abril es poder mantener el control del Senado –donde obtuvo mayoría absoluta en los comicios de 2016– para tener las manos libres ante una hipotética nueva aplicación del artículo 155 en Catalunya, a pesar de que la activación de la intervención de una autonomía la debe proponer el Gobierno.
Además, ese resultado le permitiría utilizar de nuevo el rodillo parlamentario contra el Ejecutivo convirtiendo la Cámara Alta –al igual que en la XII Legislatura– en un instrumento de control en el caso de que los populares no logren el apoyo suficiente para recuperar la Moncloa.
Con ese objetivo, prácticamente desde el mismo día en el que Pedro Sánchez anunció el adelanto electoral, Casado y su equipo se lanzaron a reclamar a Ciudadanos –su principal rival político, con el que pugna por electorado de derechas, pero que, a la vez, es socio necesario ante un ciclo electoral que las encuestas dibujan sin mayorías claras– que evitara “dividir el voto” conservador presentando listas conjuntas para el Senado o, directamente, renunciando a sus candidaturas en favor de los senadores del PP.
Ante el 'no' rotundo del partido de Albert Rivera –con el que sí han logrado un acuerdo para concurrir juntos en Navarra, sumando también a UPN–, el PP centra ahora su presión en Vox, otro rival político pero socio necesario a quien también reclama que por el bien “de la unidad de España” eviten presentar sus propios candidatos al Senado y sumen esfuerzos a los de los senadores populares.
Aunque los principales dirigentes del PP ya han insinuado esa petición al partido de Santiago Abascal en los últimos días, el más claro exigiendo a Vox un paso atrás de cara al 28A era este martes el aún portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando. “Vox cometería un gran error si presenta listas al Senado porque no tienen candidatos y porque lo único que harían sería fragmentar el voto de centro-derecha”, apuntaba en una entrevista en Telecinco.
“Cada partido debe ser responsable en su estrategia porque puede que los electores vean que si hacen una campaña muy agresiva contra quien puede aglutinar el esfuerzo para mantener los escaños, al final quienes salen beneficiados son los partidos de la izquierda”, insistía Casado apelando una y otra vez al voto útil para su partido y presentando al PP como “la única alternativa” a Pedro Sánchez.
“Aunar esfuerzos”
Antes de centrar su estrategia en forzar a Vox a arrimarse al PP de cara al ciclo electoral, previamente, el pasado 18 de febrero, la Junta Directiva Nacional de los populares acordaba dirigir sus esfuerzos en convencer al partido que preside Albert Rivera de esa necesidad de “aunar esfuerzos” para controlar la Cámara Alta.
Fuentes de la dirección del PP explicaron entonces que consideraban que “no tiene sentido” que se divida el voto en el organismo encargado de aplicar el 155 cuando ambas fuerzas –apuntaron fuentes del equipo de Casado– comparten los mismos objetivos de intervención de la autonomía catalana. Dirigentes populares sugirieron directamente que PP y Ciudadanos concurrieran en coalición al Senado.
“No nos planteamos ese tipo de posibilidades de acuerdo”, zanjó, en cambio, el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ese mismo 18 de febrero. En rueda de prensa, el número dos de Rivera recordaba que su partido apuesta por “superar la etapa del sanchismo”, pero también la del bipartidismo, “la etapa en la que el PP y el PSOE se han tapado mutuamente los trapos sucios”. A su juicio, un acuerdo preelectoral con el PP “generaría confusión” en sus votantes.
Aplicar el artículo 155
“En la última Junta Directiva Nacional dijimos que pensábamos que en el Senado había que aglutinar esfuerzos para aplicar el artículo 155, y dejamos la puerta abierta a Ciudadanos, porque si nosotros sumáramos con Ciudadanos llegaríamos a una mayoría absoluta”, recordaba el lunes Casado. “Hay muchas modalidades, en el fondo se trata de aunar esfuerzos, pero el secretario general de Ciudadanos tardó media hora en contestar que ni hablar”, lamentaba.
Aunque Vox aún no se ha pronunciado sobre la oferta lanzada por el PP, el líder de los populares ya tiene preparado su mensaje por si los de Abascal mantienen la intención de presentar sus propias listas a la Cámara Alta: “Los senadores del PP serán los que aplicarán el artículo 155 en Catalunya”.