El escenario de comicios autonómicos podría aumentar de dos a tres si se cumple la hoja de ruta en la que los principales partidos políticos dibujan un escenario de convocatoria electoral para noviembre en Cataluña. Antes de que nada de eso suceda, Artur Mas deberá pasarse por Moncloa. Allí, tras reunirse con Rajoy este jueves, Mas escribirá otro capítulo de su estrategia de distanciamiento del PP e impulso a las demandas independentistas.
E presidente catalán ha dado este miércoles un paso más en ese guión preelectoral. Mas se ha citado con sus presidentes provinciales para poner los cimientos de una Hacienda propia para Cataluña ante las cámaras. Todo ello, a un día de reunirse con Rajoy para plantearle un pacto fiscal que --todos lo saben en Cataluña-- Rajoy no podrá aceptar. Sin embargo, Mas en clave conciliadora ha dicho que “esto no es un acto contra nadie. No consideramos a nadie enemigo ni adversario sino que queremos construir un proyecto de país” para advertir que Cataluña “hará su camino”.
Las declaraciones públicas que cargos del PP han realizado en los últimos días sobre el Gobierno de CiU y sus pretensiones dan buena idea de la distancia que habrá de ser escenificada en Moncloa con Rajoy desempeñando el papel de actor secundario. Según fuentes del PSC, “Mas viene a Madrid a dar el pistoletazo de salida de la campaña electoral catalana”.
Esa separación de socios tradicionales resquebraja las relaciones de CiU y PP en Cataluña y ofrece al presidente catalán la excusa perfecta de que, no pudiendo aprobar sus cuentas y teniendo en consideración la actual situación económica, el adelanto electoral es un ejemplo de responsabilidad a pesar de estar muy lejos de agotar el mandato actual.
En ERC tambien dan por hecho el escenario electoral. Fuentes de esta formación sostienen que sus encuestas internas dicen que son ellos los que mejor están rentabilizando el descontento con Rajoy en Cataluña.