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La princesa Leonor cumple con los ritos previos a su partida para pasar meses en el mar

Cádiz —

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Cádiz, 10 ene (EFE).- La princesa Leonor cumple este viernes con todas las tradiciones previas a su partida, mañana sábado, a bordo del buque escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano, en el 97 crucero de instrucción con el que completará su formación naval y pasará meses en el mar.

Minutos antes de las 9:00 de este viernes, la princesa entraba, con los 75 guardiamarinas que realizarán este crucero, en el Ayuntamiento de Cádiz para la tradicional recepción que ofrece el consistorio a los futuros oficiales de la Armada que se embarcan en esta travesía, que tiene como base de salida y llegada el muelle de la capital gaditana.

En formación de tres, y con sus uniformes de siete botones, los guardiamarinas, entre ellos la princesa Leonor, han entrado en el Ayuntamiento rodeados de un fuerte dispositivo de seguridad y de un gran despliegue de medios de comunicación.

Y también de la niebla que a esas horas cubría la ciudad. “Va a llegar como Harry Potter, rodeada de niebla”, bromeaba Patricia, una estudiante de Grado de Educación Infantil que esta mañana ha acudido con otras dos compañeras a la plaza de San Juan de Dios para ver a Leonor de Borbón.

Cuenta que la buscan desde el pasado miércoles, cuando llegó a la ciudad para prepararse con sus compañeros para el crucero, y que ayer tuvieron suerte y la vieron tomando algo en una terraza de un bar frente al muelle.

Ellas y algunos trabajadores del Ayuntamiento y otros curiosos que esperaban la entrada han guardado el silencio que se ha hecho en la plaza cuando la princesa y sus compañeros han entrado en el edificio, salvo cuando alguien ha gritado “¡Ole!, qué guapa va!.

El alcalde de Cádiz, Bruno García, el resto de representantes de la corporación y de autoridades de la provincia, como la delegada del Gobierno, Blanca Flores, y la delegada de la Junta de Andalucía, Mercedes Colombo, han recibido a la promoción en el salón de plenos, en un acto con el que la ciudad tiene por tradición desear buen viaje a los participantes en este crucero de instrucción a bordo de este casi centenario bergantín-goleta en el que atravesarán el Atlántico para realizar una travesía por el continente americano.

“Yo ni muerta iría a ese viaje, soy de Cádiz pero no me gusta el mar, me da miedo. Y dormir tanto tiempo en ese espacio tan pequeño, eso debe ser peor que el confinamiento. Aunque si me gustaría ir a Nueva York”, comentaba la estudiante, de 22 años, en referencia a la última parada que hará el crucero antes de volver a atravesar el Atlántico, en su navegación de regreso.

En este puerto, Leonor de Borbón desembarcará para volar a España, y permanecer un mes a bordo de una fragata, antes de volver a unirse a sus compañeros, en el último tramo del crucero, en Gijón, el 7 de julio.

Tras una recepción en el consistorio que ha durado unos diez minutos, los guardiamarinas se han dirigido en autobús a San Fernando, para cumplir con otros ritos previos al viaje.

Allí realizan una ofrenda floral en el Panteón de Marinos Ilustres, ubicado en la Escuela de Suboficiales de la Armada y han vertido en el cenotafio agua de los océanos que fueron recogidas el año pasado, en el anterior crucero de instrucción y que los guardiamarinas suelen recoger en ánforas para cumplir esta tradición.

También realizan una ofrenda floral a la Virgen del Carmen, patrona de la Armada, en la iglesia de San Fernando dedicada a esta virgen.

Los guardiamarinas se preparan así para despedirse mañana en el muelle de Cádiz de sus familias y embarcarse defintivamente en el Juan Sebastián de Elcano. Entre ellos estarán los reyes, para desear buena suerte a su hija y sus 75 compañeros en esta aventura que les valdrá “para toda la vida”, según dijo el rey Felipe VI, que realizó esta misma singladura en 1987, casi 30 años después de que lo hiciera su padre.