El juez progresista José Ricardo de Prada volverá a formar parte del tribunal que juzgará el caso Bárcenas sobre la caja B del PP y también del que enjuiciará la pieza de Gürtel sobre irregularidades en Boadilla del Monte (Madrid), una vez ha reingresado en la Audiencia Nacional tras su marcha a La Haya. En sendas providencias, la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia notifica la reincorporación del magistrado a los dos tribunales.
De Prada, que ya formó parte del tribunal que juzgó la primera época del caso Gürtel, ha reingresado esta semana en la Audiencia Nacional tras su paso por el tribunal de La Haya que resolvió la apelación del exlíder serbobosnio Radovan Karadzic.
Concretamente, el magistrado ha estado durante un año en el Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI), corte que sucede al extinto Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) a la que se incorporó en marzo de 2018.
Cuando se marchó a La Haya, su plaza en el tribunal que juzgará la caja B del PP, reflejada en los papeles del extesorero del PP Luis Bárcenas, fue ocupada por María José Rodríguez Duplá, pero ahora esta sustitución se revierte.
Así, De Prada vuelve a formar parte de nuevo de la terna de jueces que juzgará esta pieza del caso Gürtel, junto a los magistrados María Riera y Ángel Hurtado, que será el ponente, como ya lo fue de la sentencia del caso Gürtel.
Lo mismo ocurre en el tribunal que enjuiciará la pieza de Gürtel sobre Boadilla del Monte, localidad en la que el PP está acusado de lucrarse con los beneficios de la trama, al igual que en la primera época de Gürtel, en la que el partido resultó condenado.
De Prada intentó ser apartado sin éxito del tribunal del caso Gürtel por el considerado número dos de la trama, Pablo Crespo, quien adujo amistad con el primer instructor del caso, el exjuez Baltasar Garzón. Bárcenas también pidió su recusación en el tribunal de la caja B, rechazada por el pleno de la Audiencia Nacional.
Posteriormente, De Prada fue duramente cuestionado por el PP cuando aspiró a ser vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en el último proceso de renovación de ese órgano de finales de 2018, que acabó fracasando por la falta de acuerdo entre el PP y el PSOE. En un primer momento su nombre quedó excluido por que no se hallaba en servicio activo en la carrera judicial.
Al no poder hacerlo como juez, aspiró finalmente a una vocalía como jurista, con el apoyo del PSOE y de Podemos y, en su comparecencia en el Congreso, fueron evidentes las tensiones del PP con el magistrado que motivó la declaración como testigo en el juicio del caso Gürtel del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy,
Fue el ponente de la sentencia que condenó al exmilitar argentino Adolfo Scilingo por crímenes de lesa humanidad y estuvo ya destinado en servicios especiales en el tribunal de Bosnia-Herzegovina para crímenes de guerra.
Es conocido también por sus declaraciones sobre el terrorismo de ETA. Durante un encuentro sobre terrorismo, dijo que en España se han producido “de una manera clara muchos casos de tortura”, lo que le valió sendas recusaciones en dos causas relacionadas con ETA que finalmente fueron rechazadas.
Fueron sonados algunos votos particulares que adjuntó para discrepar de la opinión mayoritaria de sus compañeros de tribunal, como el que emitió en abril de 2011 justificando el denominado “chivatazo” con el que se habría alertado a ETA sobre una operación contra su red de extorsión en 2006 en el bar Faisán de Irún como parte “de un proceso de negociación política”.