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El protagonismo de Aznar arruina a Rajoy otra precampaña

“A este paso, esto va a acabar en tiempo récord”, se lamentó el encargado de moderar el coloquio posterior al discurso de Mariano Rajoy en el Foro ABC. El periodista Ángel Expósito lo comprobó nada más empezar su turno. Los periodistas que seguían la intervención desde las salas contiguas a la del presidente en el Casino de Madrid habían hecho llegar sus preguntas. El nombre de José María Aznar salía en una gran parte de ellas. En segundo grupo más numeroso es el que incluía el de Rodrigo Rato.

Desde el primer minuto, el presidente del Gobierno había expresado su deseo de que se le preguntara sobre todo por su intervención inicial: once folios dedicados a celebrar que ya nadie habla del rescate y sí de la incipiente recuperación económica que solo puede consolidarse si él vuelve a ser el presidente cuatro años más. Expósito dijo que sí, que le preguntaría de eso y de otras cosas. Antes de seguir, Rajoy se permitió avisar de que él había hablado de “cosas importantes” y que sobre ello esperaba las cuestiones. 

“¿Ha dado el electorado cinco avisos al PP?” fue la primera. La referencia al comunicado con el que el expresidente ensombreció aún más el resultado de las elecciones catalanas le hizo poca gracia y se le notó. A pesar de que la irrupción de Aznar había vuelto a sentar como una bomba en el PP, ocurrió lo de siempre. Que pocos se atrevieron a escandalizarse en público y a hablar de “deslealtad” como si hicieron en privado. La única respuesta más o menos directa de Rajoy se produjo en una entrevista en Antena 3. Y a todo lo que llegó es a presumir de que él nunca se había dirigido a nadie mediante comunicados porque él es partidario de hablar “a la cara”.

Rajoy no contestó a la pregunta. Se limitó a decir: “No voy a polemizar con Aznar porque yo me dedico a decir a los españoles por qué es bueno que gane el PP y continúe en el Gobierno”. “¿Pero contará con él para la campaña de las generales?”, trató de avanzar Expósito. “La respuesta vale para la primera pregunta, para la segunda y para las siguientes”, trató de escurrirse el jefe del Ejecutivo. “Le advierto que los periodistas son inasequibles al desaliento”, terció de nuevo Expósito. “Yo también”, zanjó el protagonista.

A partir de ese momento, el coloquio se convirtió en un tira y afloja en el que Rajoy demostró que una cosa es hacer más declaraciones y exponerse ante los medios y otra muy distinta es responder con claridad. Algunos de los momentos dieron lugar a risas nerviosas por parte del auditorio en los que se recordó la pifia de otra entrevista anterior en la que el presidente solo acertó a preguntar “¿y la europea?” sobre la supuesta pérdida de nacionalidad en una Cataluña independiente.

El interés sobre los perjuicios que puede causar al PP el caso Rato tampoco encontró respuesta más allá de “cualquier decisión del Gobierno puede perjudicar: la reforma laboral, la reducción del déficit, la corrupción ...”. “¿La del caso Rato o en general?”, trató de concretar el moderador. “En su conjunto”, contestó el jefe del Ejecutivo que evita pronunciar el nombre del exvicepresidente como antes hacía con el de Luis Bárcenas.

El consabido ataque a Ciudadanos, “mi partido no es un invento de antesdeayer ni ha nacido en una tertulia”; la dosis mínima de autocrítica, “hay quien dice que no reaccionamos rápidamente ante la corrupción, que fuimos timoratos o lentos, probablemente tengan razón pero los tribunales actúan”; la promesa de un diálogo con Cataluña que no se sabe en qué consiste y la desconfianza hacia Pedro Sánchez centraron el resto de la charla.