Un proyecto financiado por la Unión Europea (UE) y desarrollado por el consorcio Tabula Rasa perfecciona los sistemas de seguridad contra el “spoofing” o suplantación de identidad, informó hoy la Comisión Europea (CE) en un comunicado.
Con este proyecto, y gracias a la detección de signos de vida como el parpadeo o la transpiración, se mejorará el actual software de reconocimiento facial, de voz o de huellas dactilares.
La investigación desarrollada por Tabula Rasa demostró que con maquillaje, fotografías, máscaras, grabaciones de voz o huellas dactilares falsas creadas con dedos de goma, era posible atacar o engañar a los sistemas actuales.
“Además de hacer la información y los dispositivos más seguros, este software mejorado permitirá iniciar sesión más rápido en los equipos informáticos y permitirá realizar los controles de aduanas y las verificaciones de pasaporte de forma más rápida y precisa”, indicó el doctor Sébastien Marcel, coordinador del proyecto.
Doce investigadores de cinco Estados de la UE, -además de Suiza y China- entre ellos, España, han colaborado en el proyecto.
“Gracias a la exhaustiva investigación financiada por la CE hemos podido contar con una gran cantidad de variables para ir más allá del patrón clásico de autenticación, buscando la presencia de señales de vida que confirmen que la señal que se está registrando por los sensores biométricos proviene de una persona real”, dijo Javier Acedo, investigador de Starlab.
La UE ha invertido 4,4 millones de euros en este proyecto, los cuales se suman a los 1,6 millones aportados por el Consorcio.
En palabras de Ryan Heath, portavoz de la Comisión Europea (CE) responsable de la Agenda Digital, “la CE está satisfecha con el éxito de Tabula Rasa. Ningún otro grupo de investigación ha conseguido hasta ahora unos resultados tan avanzados en el sector de la biométrica”.
Está previsto que este proyecto cree puestos de trabajo en pymes europeas, ya que los resultados están integrados en soluciones comerciales.
“Creemos que muchas y muy diferentes organizaciones estarán interesadas en nuestra investigación, incluyendo compañías tecnológicas, oficinas de correos, bancos, fabricantes de teléfonos móviles o proveedores de servicios online”, comentó el doctor Marcel.
De hecho, empresas como la suiza KeyLemon o Morpho, de la multinacional francesa Safrán, ya utilizan la tecnología desarrollada por Tabula Rasa.