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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Las pruebas con las que la defensa de los jóvenes de Alsasua pretende demostrar su inocencia

Las últimas jornadas del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra los ocho jóvenes de Alsasua acusados de agredir a dos guardias civiles y sus parejas en octubre de 2016 están resultando claves para la estrategia de la defensa, que sigue confiando en que el tribunal juzgue lo sucedido como una “pelea de bar” y no como una paliza dirigida con fines terroristas como sostiene la Fiscalía, que pide para los encausados penas que suman 375 años de cárcel.

Especialmente importante ha sido la jornada de este miércoles en la que han declarado dos médicos que, en calidad de peritos, han cuestionado la versión de la agresión múltiple premeditada que defienden tanto la Fiscalía como la acusación. Además, se han exhibido dos vídeos incorporados a la causa durante el juicio –antes había sido rechazada su inclusión por parte del tribunal– a petición de la defensa y que demuestran, según estos abogados, que los hechos no se produjeron tal y como relataron las víctimas con crudeza la pasada semana. 

Las doctoras Mar Rodríguez y Sara Moreno, llamadas a declarar por la defensa de Oihan Arnanz –para quien la Fiscalía pide 62 años de cárcel–, han asegurado que las heridas que presentaron tanto los guardias civiles como sus parejas son “coherentes” con las infringidas por “un único agresor” pero no por “múltiples agresores”. Su valoración choca con lo señalado por los agentes y sus novias, que explicaron haber sufrido “golpes, patadas y empujones” de un importante grupo de personas –entre 15 y 20, dijeron–. También contradice lo expresado el martes por médicos forenses del Instituto de Medicina Legal que confirmaron que las heridas eran “compatibles” con esa agresión múltiple. 

Respecto al teniente, que sufrió una rotura del tobillo, estas profesionales han negado que, según sus características, la misma pueda producirse únicamente por un golpe, como sostuvieron las médicos forenses. “Es la típica torcedura de tobillo con caída”, han apuntado, antes de insistir en que ese tipo de dolencias se ven “con frecuencia” por parte de los médicos. También han indicado que las contracturas vertebrales que presentaban tanto el sargento como su pareja podrían tener su origen en “gestos de la vida cotidiana” o en la “actividad laboral”, e incluso que pudieran ser causadas por “el estrés”. 

Sobre las lesiones que presentó María José, pareja del teniente y única víctima que identificó como autores de la agresión a todos los jóvenes que se sientan en el banquillo de los acusados, las doctoras consideran que de haberse producido un ataque múltiple “cabían esperar más lesiones, más severas y en diferentes territorios”. Sobre la tendinitis que ella presentó tras el suceso, han señalado que puede deberse a un “sobresfuerzo” o a haber levantado a una persona que estaba en el suelo.

Todas estas apreciaciones de las peritos que han declarado este miércoles en la Audiencia Nacional dejarían sin efecto, según la defensa, la teoría de que las dolencias que refirieron las víctimas en los exámenes médicos posteriores a la madrugada del 15 de octubre de 2016 cuando se produjeron los hechos fueron necesariamente causadas por la agresión. 

En un partido de pelota

La abogada que defiende a Adur Ramírez de Alda consiguió que el tribunal incorporara a la causa un vídeo de la televisión pública vasca ETB que probaría que su defendido no participó en el ataque en el bar Koxka de Alsasua. En la grabación, que ha sido reproducida en la sala, se ve a Ramírez de Alda entre el público de un partido de pelota vasca celebrado el mismo día de los hechos en la localidad navarra. Se aprecia que va vestido con una camiseta negra y no roja, como sostienen las víctimas que era su prenda cuando se produjo la agresión. Así, siempre según la defensa, este vídeo refrendaría su versión: que se marchó a casa mucho antes de que tuviera lugar la trifulca. 

El segundo vídeo reproducido durante la octava sesión del juicio que se sigue en las dependencias de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid) es una grabación realizada por uno de los acusados, Iñaki Abad, la misma noche de los hechos. En las imágenes se ven los momentos posteriores al suceso, cuando los antidisturbios de la Policía Foral navarra ya habían llegado a Alsasua. Entre ellos se percibe claramente al sargento de la Guardia Civil agredido con una camisa blanca sin ninguna mancha. Según la defensa, el hecho de que la prenda aparezca impoluta contradice la declaración del guardia civil, que aseguró que tras la agresión tenía múltiples pisotones en la citada camisa.

Se ve también cómo éste pasa por delante de algunos de los acusados. Inmediatamente después se dirige a un bar a tratar de identificar a otros jóvenes como autores del ataque. Y les levanta sus sudaderas, como buscando camisetas que le resultaran familiares. Según la defensa, esto probaría que a pesar de haber visto a los hoy encausados el sargento no los identificó en ese momento como autores de la agresión, porque no participaron en ella. En el vídeo se observa, además, cómo el agente pega un manotazo al móvil de Abad mientras éste le estaba grabando.

“Una creación artificial”

A juicio de Amaia Izko, una de las letradas de la defensa, la pericial de las dos médicos y los vídeos presentados “hablan de unos hechos que se han magnificado”. “Se ha hablado de que había un ambiente hostil y violento cuando en el vídeo se ve que en realidad había un barullo de borrachos”, explica, en declaraciones a este diario. Añade que estas y otras pruebas presentadas por la defensa, como las facturas de los teléfonos móviles de los acusados –en las que según ella no se percibe una actividad inusual entre ellos que pudiera hacer pensar que se comunicaron para planear la agresión–, demuestran que la versión de la acusación es “una creación artificial para vincular lo ocurrido con el terrorismo”.