Del PSC a la extrema derecha: a Girauta solo le quedaba Vox

Carmen Moraga

Madrid —
24 de marzo de 2024 22:04 h

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Juan Carlos Girauta (Barcelona, marzo de 1961) lo ha vuelto a hacer. Después de varios años aparentemente retirado de la política, acaba de dar un 'sí, quiero' a Santiago Abascal para concurrir como número tres en la candidatura de Vox al Parlamento Europeo. Con este nuevo paso, el abogado, escritor, tertuliano y exdiputado, de 63 años, engrosa su amplio y singular currículo político que inició muy joven en la ultraizquierda e izquierda como militante del PSC, para recalar luego en el PP y posteriormente en Ciudadanos, partido en el que participó en su fundación junto a Albert Rivera.

Su salto ahora a la extrema derecha no ha extrañado a nadie ya que hace tiempo que Girauta no ocultaba sus simpatías y afinidades ideológicas con Vox. Con ello, no obstante, se desmiente a sí mismo y entierra algunas de sus recientes declaraciones en las que aseguró que su retiro era definitivo. Pero a la vez también entierra las duras críticas que en su día lanzó a Vox, que este viernes recordaba el periodista Jesús Cintora en X, a través de un vídeo en el que se evidencia el travestismo político del versátil Girauta.

En enero de 2021, cuando se conoció que iba a participar en unas conferencias sobre “la libertad de expresión” impulsadas por Denaes, la fundación que patrocina Santiago Abascal, aseguró, contundente: “No tengo la menor intención de hacer política. En ningún partido”. Dos años antes, en 2019, el exportavoz parlamentario de Ciudadanos también anunció que dejaba la política. Lo hizo pocos días después de la dimisión del propio Albert Rivera, que se fue como consecuencia de la debacle electoral sufrida por Ciudadanos en las elecciones generales de noviembre de aquel mismo año, en las que su partido pasó de golpe de 57 a 10 diputados y en las que Girauta no logró revalidar su escaño por Toledo.

Entonces, el abogado y escritor también afirmó que “ya no quería estar en política” sin el que hasta ese momento había sido su amigo y todopoderoso líder de un partido que vio frustrados sus deseos de llegar a gobernar España. “Se ha aplastado a un hombre bueno y yo no quiero estar ahí después de eso”, confesó en una entrevista en esRadio, la emisora de Federico Jiménez Losantos en la que durante muchos años ha ejercido como tertuliano pero con el que terminó finiquitando. “Estás paranoico”, le llegó a acusar el comunicador en uno de sus programas, tras recriminarle sus deseos de querer acabar con Alberto Núñez Feijóo.

No obstante, el portazo oficial a Ciudadanos lo materializó en mayo de 2020, fecha en la que se dio definitivamente de baja como militante de aquella formación, hoy en peligro de extinción. Para entonces Girauta ya llevaba acumuladas una ristra de feroces críticas contra su nueva líder, Inés Arrimadas, y la nueva cúpula del partido a la que acusó de “traicionar” a sus votantes por apoyar la prórroga del decreto de estado de alarma del Gobierno de Sánchez durante la pandemia.

Su malestar lo plasmaba un día sí y otro también en su cuenta personal de Twitter –ahora X–, donde Girauta llegó a retar a varios de sus antiguos compañeros: “Vosotros, traidores, me vais a comer la polla por tiempos”, dejó escrito para estupor de muchos. Ahora, todos aquellos abruptos comentarios han desaparecido de la red, en donde su primitivo perfil, @GirautaOficial, ha mutado en una cuenta nutrida por sus fans, denominada @Girauters, que ensalza sus 'hazañas'.

En busca de regresar a Bruselas

El viernes El Confidencial adelantaba que Girauta irá “como independiente” en el número tres en la lista de Vox al Parlamento Europeo, detrás de otros dos hombres, Jorge Buxadé y Hermann Tertsch, como ha ratificado este domingo el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) reunido en Vitoria. Su fichaje, según ha reconocido a esta redacción el exportavoz parlamentario de Ciudadanos, viene avalado directamente por el mismísimo Santiago Abascal, que es quien se lo propuso, al parecer después de tantear otros perfiles como el de otro periodista afín a su causa, Luis del Pino, ofrecimiento que Girauta dice “desconocer”. Las encuestas dan a Vox posibilidades de mejorar sustancialmente los cuatro diputados que tiene ahora en Bruselas.

En realidad, en su caso se trata de un regreso al Parlamento Europeo dado que ya ocupó un escaño entre julio de 2014 y enero de 2016, pero bajo el paraguas de Ciudadanos. Después dejó el acta para hacer carrera en Madrid.

Aunque Girauta decía que estaba “retirado”, sus buenas relaciones con el líder de Vox no eran ni son ningún secreto. De hecho, es normal verle como invitado en algunos de sus actos y mítines electorales. Una de sus apariciones más recientes tuvo lugar en octubre de 2023 en la presentación del cartel de la concentración contra la ley de amnistía y “contra el golpe de Estado de Sánchez” celebrada en la Plaza de Colón, organizada por Denaes, una de las dos fundaciones patrocinadas por Vox.

Girauta fue uno de sus copresentadores, junto con otros dirigentes de la extrema derecha, y de renegados de otros partido que ya no están en activo, incluidos algunos del ala crítica del PP, como Esperanza Aguirre. En aquel acto también estuvo su amigo Marcos de Quinto, el empresario exdirectivo de Coca-Cola y otro de los fichajes estrellas de Rivera, con el que Girauta, como adelantó esta redacción, ha impulsado la asociación Pie en Pared, un think tank contra la denominada 'izquierda woke'. Cuando llegó el turno de preguntas, el exdirigente de Ciudadanos aseguró que en el caso de que se consumara “el autogolpe” en Catalunya [en referencia a la ley de amnistía o a un referéndum de autodeterminación], habría “que proceder a la detención del presidente del Gobierno”, como se hizo con el expresidente de Perú Pedro Castillo en 2022. El día de la manifestación compartió escenario con Abascal, el director de la Fundación, Iván Vélez , y el periodista Luis del Pino.

Una trayectoria política difícil de superar

Con su aterrizaje en Vox el abogado, periodista, escritor y tertuliano completa toda una trayectoria política difícil de superar dado que se puede decir que no hay prácticamente partido por el que no haya transitado. Su carrera política, según él mismo ha relatado en diversas ocasiones, la comenzó siendo muy joven, primero en partidos “de ultraizquierda” y después en el PSC, la facción catalana del PSOE, donde militó hasta 1986. Pero sus recuerdos de aquella etapa no deben de ser nada agradables porque en 2019 se lanzó –de nuevo en Twitter– contra esa formación a cuyos miembros les llamó “lameculos”, entre otras lindezas. “El PSC ha decepcionado hoy a muchos. A mí ya no podía: lo abandoné hace 33 años sabiendo lo que era: un partido de lameculos paniaguados mezclados con ladrones pijos. Traidores, acomplejados, inmorales y nacionalistas dedicados a servirle a Pujol la cabeza del área metropolitana”. El tuit ahora tampoco se puede ver en la red.

Ya en una entrevista concedida en 2018 a El Mundo, Girauta confesó que con 15 años decía que era “maoísta” porque “era la única forma posible de ligar” y “divertirse”. “El que no fuera un 'progre' en la Barcelona de 1976 era un capullo”, sentenció. Según su relato, cuando murió Franco, siendo él un quinceañero, “estaba en partidos de ultraizquierda”, como la Joven Guardia Roja. “Si yo estaba en la Joven Guardia Roja era porque miré todas las posibilidades que había y me dije: 'Esto, que es lo más bestia que hay'”. “Era maoísta, en teoría. Pero yo no había leído a Mao. ¿Cómo iba a leer a Mao a los 15 años? Había leído a Nietzsche, pero no a Mao. Era una estética. De chaval, la política te entra como una estética”, reflexionaba. En otro momento, añadía: “Yo me marché del PSOE con 25 años porque leía libros de los disidentes soviéticos, de Kundera. Los comentaba con mis compañeros y me decían que qué facha era”.

Posteriormente a aquel tránsito por la izquierda, Girauta recaló en el PP sin éxito: se presentó a las elecciones municipales de 2003 en Castelló d'Empúries. No salió elegido concejal. Volvió a intentarlo poco después, ese mismo año 2003, como candidato a diputado del Parlamento de Catalunya por la circunscripción de Girona. Tampoco salió electo. La tercera intentona fue en 2004 como candidato por Girona, otra vez del PP, pero esta vez al Congreso de los Diputados, de nuevo sin éxito. Al final, también se desvinculó del partido conservador.

Su suerte le llegó por fin de la mano de Albert Rivera y un grupo de 'intelectuales' con los que impulsó en Barcelona Movimiento Ciudadano, Ciutadans, y finalmente Ciudadanos (Cs). Girauta optó por concurrir a las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 y consiguió un escaño junto al cabeza de lista, Javier Nart, que tampoco está ahora en Ciudadanos.

Su ascenso en el partido de Rivera ya es una historia conocida. En las elecciones generales de 2015 y 2016 resultó elegido diputado por Barcelona y se convirtió en el portavoz parlamentario del partido, siendo el encargado de negociar los pactos de investidura frustrados, tanto con Pedro Sánchez como con Mariano Rajoy.

En las elecciones de abril de 2019 se vio obligado a concurrir por Toledo y a ceder la cabecera de la candidatura por Barcelona a Inés Arrimadas, cuando la exdirigente decidió abandonar Catalunya para hacer política nacional y descabalgarle también de su cargo de portavoz en el Congreso. Girauta logró el acta por la provincia castellano manchega pero la perdió unos meses después en la repetición electoral de noviembre. Ahí puso punto y final a su paso por el partido que ahora se hace llamar “liberal”.

Cinco años en Bruselas muy bien remunerados

Este jueves, Girauta confesaba a la agencia Europa Press que estaba “encantado” con la proposición del líder de Vox. “Es un honor”, aseguraba, ante una oferta que no le hizo dudar mucho. A sus 63 años recién cumplidos la posibilidad de ocupar durante los próximos cinco años un asiento en Bruselas le supone todo un broche de oro de cara a su jubilación.

Según establece el Estatuto único de los eurodiputados, aprobado en 2009, el sueldo bruto está establecido en 9.975,42 euros, que tras los descuentos se queda en 7.776,06 euros netos mensuales. En España, este salario está sujeto también al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Pero, además, los eurodiputados cobran otros 4.778 euros mensuales en dietas a las que pueden sumar hasta 4.716 euros anuales para realizar viajes, que deben justificar. Por si fuera poco, cada parlamentario tiene a su disposición otros 28.412 euros mensuales para contratar asistentes, aunque esta partida extra no la perciben directamente en sus nóminas.