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El PSOE certifica en su congreso la resurrección de Pedro Sánchez

Solo podía quedar uno y fue Pedro Sánchez. El PSOE certifica este fin de semana su resurrección. La victoria a la que Susana Díaz no dio ningún crédito en la campaña le sorprendió la noche de las primarias obligando a la presidenta andaluza a dar un paso atrás recluyéndose en Andalucía. No dará la batalla. Ha dado vía libre al secretario general para configurar un equipo a su medida en el que apenas ha habido hasta ahora integración, aunque sí gestos de los perdedores para el acercamiento.

Sánchez quiere que el PSOE “se resitúe en la izquierda”, aunque pretende conseguir una cierta reconciliación con el otro bando, al que acusaba hace escasas semanas de ir de la mano del PP.

Sánchez ha tenido casi un mes para formar su nueva dirección. Están confirmados ya 19 nombres con la gran mayoría de dirigentes que le han sido fieles en su carrera por recuperar el PSOE. Serán las caras del “nuevo PSOE” que se impuso al pasado. El secretario general llega al 39º Congreso Federal con una Ejecutiva más cerrada que en otros cónclaves. Ha tenido las manos libres gracias a la amplia ventaja con la que venció a la presidenta andaluza, apoyada por los principales aparatos y la vieja guardia.

Los 'susanistas' reiteran que acuden al cónclave con buena predisposición “para que salga un buen congreso y un PSOE reforzado”, según fuentes próximas a la presidenta andaluza.

El último encaje de Sánchez ha sido el de Adriana Lastra, a quien ha convertido en su número dos recuperando el puesto de la Vicesecretaría General. José Luis Ábalos será el secretario de Organización.

Ese reparto de papeles mantiene la incógnita sobre quién será la voz de Sánchez en el Congreso. Inicialmente había pensado en la diputada asturiana, pero su nombramiento levanta muchas suspicacias en el difícil grupo parlamentario socialista. Ábalos ha hecho, para muchos, un buen trabajo.

Sánchez tiene que hacer el equilibrio para que quienes coordinaron su campaña tengan una cuota de poder similar. Una de las opciones que manejaban en Ferraz era darle la portavocía a Lastra y la presidencia del grupo a Ábalos. Los papeles se pueden intercambiar. No obstante, Sánchez se mostró en desacuerdo con la acumulación de cargos, aunque la que será su número dos ha dejado claro este viernes que se pueden compatibilizar responsabilidades institucionales y orgánicas. Lastra ha insinuado que Ábalos no será finalmente el portavoz, porque va a tener mucha tarea en el área de Organización.

Fuentes socialistas no descartan que Sánchez se decante por una tercera vía: uno de los nombres que suena en las filas socialistas es el de Meritxell Batet. En el entorno de Sánchez ni confirman ni desmienten que la que fue su número dos en la lista electoral de Madrid sea la elegida para sustituir a Antonio Hernando. En el PSC no tienen constancia de que vaya a ser así. El nuevo organigrama del grupo parlamentario lo aprobará la Ejecutiva en su primera reunión el próximo lunes.

Sánchez apenas ha hecho gestos de integración, pese a que aseguró inicialmente que los habría y que en su equipo sostienen que aspiran a que “todo el partido se sienta reconocido” en la dirección y el proyecto. El futuro secretario de Organización ha admitido que no se ha configurado la dirección desde “la perspectiva de la integración”, sino que la aspiración de Sánchez es formar un “equipo en quien confiar y que le resulte efectivo”.

En lo que habrá más negociación es en la composición del Comité Federal (el máximo órgano entre congresos). Fuentes socialistas apuntan a que Josep Borrell podría ocupar de forma simbólica el primer puesto de la lista que se votará el domingo.

Por el momento, todos los miembros de la Ejecutiva elegidos por Sánchez le apoyaron en las primarias, excepto Patxi López que trató de cortarle (sin éxito) el paso. Sánchez ha dado un paso al colocar al presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, al frente del Consejo de Política Federal. La presidencia de ese órgano le permite asistir a las reuniones de la dirección.

José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, que apoyaron a Susana Díaz en lo que Sánchez denominaba el PSOE de “los notables” también han dado un paso para el acercamiento y acudirán a la sesión de apertura del congreso –no a la clausura, en la que Sánchez espera congregar a 8.000 militantes–. Felipe González ha enviado un vídeo que se proyectará en el acto de apertura.

Sánchez, que fue beligerante contra la gestora y la candidatura de Susana Díaz, a quien acusaba de su “derrocamiento” y de haber situado al PSOE “en tierra de nadie” con la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, quiere hacer algunos gestos de reconciliación.

A pesar de que las enmiendas que presentó su candidatura al texto de la ponencia que coordinaron Eduardo Madina y José Carlos Díez criticaban con dureza la “extralimitación” de la gestora en sus funciones o dejar “el camino expedito al PP”, el borrador del dictamen que se presentará este sábado rebaja el tono.