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Los dos bandos del PSOE esperan llegar a un entendimiento antes del sábado para evitar el choque total

El mismo día en que 17 miembros de la Ejecutiva Federal presentaban su dimisión para forzar la salida de Pedro Sánchez de la Secretaría General del PSOE, dos de los principales dirigentes del partido hablaron por teléfono y compartieron su “preocupación”: Javier Fernández y Patxi López. El partido estaba en “guerra total” después de que Sánchez rechazara que la renuncia masiva le obligara a abandonar la quinta planta de Ferraz y los dimisionarios dejaran de reconocer la legitimidad de la dirección socialista.

Desde entonces, la situación no ha mejorado. “Los puentes están rotos”, reconocen las fuentes consultadas. Sin embargo, en los dos bandos del PSOE son conscientes de que las próximas horas son vitales y confían en que se resuelva parte del conflicto de aquí al sábado. “Ahora mismo no hay nadie cosiendo. No ha habido ni una sola llamada más, pero la habrá. No podemos ir al Comité Federal en armas”, expresa una diputada alineada con los críticos.

El sábado todos los implicados están citados a dos reuniones del Comité Federal: uno convocado este jueves por lo que queda de la Ejecutiva Federal, que no existe para los críticos, para poner fecha a un congreso extraordinario en el que se elija una nueva dirección y otro para convocar el 39º Congreso del PSOE, que fue el que desencadenó el enfrentamiento. Los críticos sí admiten esa cita porque fue convocada cuando, a su juicio, la dirección aún existía y César Luena era el secretario de Organización.

“Confío en que todo el mundo se ponga a hablar y que haya un Comité Federal ordenado”, señalan desde el sector crítico. La presidenta andaluza, Susana Díaz, en su primera intervención tras el golpe contra Sánchez, ha asegurado que su potente federación va a “ayudar a coser” el partido en estos “momentos difíciles”. No obstante, ha cargado con dureza contra Sánchez y la dirección federal de la que ha hablado en pasado.

Los leales piden diálogo

Dirigentes leales a Sánchez le han dicho en persona que tiene que intentar una vía de diálogo para evitar el “choque total” el sábado. Así se han pronunciado en la reunión de la Ejecutiva Federal, en la que han participado 16 de los 18 miembros que aún permanecen en ella, Patxi López, Roberto Jiménez, Manuel de la Rocha y Antonio Hernando, entre otros, según fuentes presentes en ese encuentro.

“Hay que rebajar la tensión. No hablar como enemigos sino como compañeros –reflexiona uno de los intervinientes–. No podemos ir a una guerra total. Hay que buscar una solución”.

Una de las muestras de ese intento por llegar a un entendimiento la sitúan en la resolución que se ha aprobado para que el Comité Federal convoque un congreso extraordinario que elija a un nuevo secretario general y su equipo. Ese escrito dice que el calendario –unas primarias el 23 de octubre y el congreso a mediados de noviembre– es una “propuesta abierta al consenso”. Fuentes de la Ejecutiva sostienen que en la reunión del sábado se pueden acordar otros plazos. La idea que manejan es que pueda retrasarse ese cónclave -hasta que haya gobierno, como reclama Díaz-, pero con Sánchez al frente del partido.

Sánchez también ha reculado en su intención inicial de desbancar a la mano derecha de la dirigente andaluza, Verónica Pérez, de su puesto como presidenta de la Mesa del Comité Federal. Esa posición le ha servido para asegurar que, en este momento inédito, la “autoridad” del PSOE es ella.

Los estatutos señalan que ese cargo es rotatorio: se elige en las reuniones del Comité Federal por un periodo de un año. Pérez lo ha ocupado durante dos. Sánchez estaba dispuesto a plantear en esta reunión un cambio en ese asiento, pero ha dado marcha atrás.

Sin embargo, los críticos siguen pensando que en Ferraz no han cesado las “hostilidades” y la batalla legal continúa. Los dimisionarios sostienen que los acuerdos de la Ejecutiva Federal de este jueves “son nulos” porque no estaba “debidamente constituida” al faltar más de la mitad más uno de sus miembros.

Consideran que, si se ha aceptado que falta el 51% de la dirección y que eso empuja a celebrar un congreso, la Ejecutiva “está disuelta” y que lo que debe acordarse el sábado es la formación de una comisión que se encargue de pilotar el PSOE en el periodo de interinidad.

Comités federales paralelos

Los de Sánchez sostienen que el argumento de los críticos se basa en el reglamento de la Ejecutiva, pero que por encima están los estatutos que dejan un vacío legal sobre quién pilota el partido si no hay secretario general o las vacantes en la dirección superan a la mitad de sus miembros. Por tanto, consideran que prevalecen los estatutos e interpretan que estos ordenan la automática convocatoria del Comité Federal para la celebración de un congreso extraordinario.

Con este panorama, los dos bandos del PSOE consideran que están convocados a dos comités federales diferentes en el mismo lugar y la misma hora para asuntos distintos: la votación del 39º Congreso, que los barones están dispuestos a tumbar, o para convocar un cónclave extraordinario, que los críticos no pueden reconocer porque lo ha convocado un órgano que no existe para ellos.

La vía que defienden los críticos para salir del bloqueo es que el conflicto lo dirima la Comisión de Ética y Garantías del partido. Tras las 17 dimisiones, Verónica Pérez, invocó a ese órgano para que se reúna y resuelva el problema. La respuesta de la presidenta de esa comisión fue recordarle que es ella quien tiene la potestad de convocar una reunión. Nada decía la misiva sobre si lo hará.

Patxi López, el mediador

La presidenta de la Comisión de Ética y Garantías es María Isabel Celáa, de la confianza de Patxi López. Al exlehendakari se dirigen ahora todas las miradas como mediador en el conflicto: “Se reunirá Garantías si él quiere”, reconoce un dirigente alejado de la órbita de Ferraz.

Pero, como todo el PSOE, la comisión que vela por la democracia interna está dividida. De sus cinco miembros, dos son próximos a la dirección de Sánchez, la presidenta y Félix Bolaños, que jugó un papel importante en el lanzamiento de su candidatura al liderazgo del PSOE. Tres están del lado de los críticos: Inés Ayala, alineada con el presidente aragonés, Javier Lambán; María Jesús Montero Cuadrado, consejera del Gobierno de Susana Díaz; y Wilfredo Jurado, exconcejal de Parla con Tomás Gómez.

Esos tres miembros han dado un ultimátum de 24 horas: han registrado un escrito en el que reclaman la convocatoria urgente de este órgano y han avisado de que si ello no se produce emitirán una “opinión fundada en Derecho” sobre la situación del partido tras la dimisión de la mayoría de su Ejecutiva, según Europa Press. El equipo de Sánchez amenaza incluso con recurrir incluso a los tribunales.

La otra baza de los críticos para hacerse definitivamente con el control es plantear en el Comité Federal una moción de censura para retirar la confianza en el secretario general. La disputa normativa está también servida porque en ninguna de las convocatorias del Comité Federal prevén esa fórmula -que para presentarse requiere al 20% de los miembros y, para salir adelante, mayoría absoluta- en el orden del día. Los críticos tratarían de incluirla por la vía de la presidencia y los de Sánchez evitar que llegue a término.

Esas vías pueden marcar definitivamente el camino de salida de Ferraz a Sánchez, aunque no serán necesarias si antes de las 9 horas del sábado fructifican los primeros llamamientos al diálogo.