El PSOE fía la estrategia en Madrid a una moción de censura que dé la presidencia a un Gabilondo que estaba de salida

Irene Castro

10 de marzo de 2021 23:01 h

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El PSOE movió la primera ficha del dominó al registrar con Ciudadanos dos mociones de censura para desbancar al PP de los gobiernos regional y municipal de Murcia. Pero lo que vino después, la convocatoria electoral en la Comunidad de Madrid, pilló con el pie cambiado a los socialistas. Tras los primeros momentos de incertidumbre y con temor en las filas socialistas a unas elecciones con un candidato, Ángel Gabilondo, que ya estaba de salida, en la cúpula del PSOE evitan situarse en un escenario electoral y se muestran convencidos de que la estrategia de Isabel Díaz Ayuso de ir a las urnas no tendrá éxito. Con esos mimbres, Pedro Sánchez fía su estrategia en Madrid a que prospere la moción de censura que lleve a Gabilondo a la Puerta del Sol sin que se celebren unos comicios en mayo, aunque la última palabra la tendrán previsiblemente los tribunales.

En Ferraz no esperaban la maniobra de Isabel Díaz Ayuso. Fue Más Madrid el que reaccionó más rápido al registrar una moción de censura en la Asamblea autonómica para intentar evitar la disolución de la Cámara y el consiguiente adelanto electoral. El PSOE lo hizo minutos después. Ahí empezó el debate sobre si prima la decisión de Ayuso –la convocatoria no se había publicado en el boletín oficial– o las mociones de censura, registradas después de que la presidenta madrileña firmara el decreto de disolución. “Ayuso y su equipo son impredecibles”, admitía un destacado dirigente. Sin embargo, fuentes socialistas apuntan que Ayuso no registró ese decreto a tiempo y que, por tanto, la tramitación de las mociones de censura será validada por la Justicia. No obstante, presidencia de la Asamblea asegura que recibió el escrito de la Puerta del Sol a las 16:10 horas y el registro de la admisión a trámite de las mociones de censura en la Mesa –que se reunió a las 14:30– es de las 16:12 horas.

Para ese momento Pedro Sánchez ya se había desplazado de Moncloa a Ferraz para reunirse con su núcleo duro para analizar la situación en la Comunidad de Madrid y ya había llamado al líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, para que presentara otra moción de censura para cortocircuitar cualquier posibilidad de que Alfonso Fernández Mañueco siguiera la estela de su homóloga madrileña. Además de Adriana Lastra, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, en el encuentro estaban el secretario general del PSOE–M, José Manuel Franco, y el jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo. La dirección socialista, que había retrasado la comparecencia del secretario de Organización, optó por cancelarla y dejar todo el protagonismo a Gabilondo.

La cúpula socialista evita pronunciarse sobre un escenario que no sea el de la moción de censura. “Creo que no vamos a elecciones. No hemos contemplado ese escenario”, expresa uno de los asistentes a esa reunión del cónclave socialista. “No hay elecciones”, sentencia otro, que considera que Ayuso no ha medido su maniobra y que la batalla jurídica la ganarán PSOE y Más Madrid, cuyas mociones de censura se han admitido a trámite en una reunión exprés de la Mesa de la Asamblea en la que han contado con el apoyo de Ciudadanos. No obstante, dentro del partido también hay quienes no tienen tan claro que la maniobra fructifique y se ven de campaña electoral los próximos 54 días.

Pero la dirección del PSOE apuesta, al menos por ahora, por que Gabilondo se haga con la presidencia de la Comunidad con el apoyo de Más Madrid y de Ciudadanos, al que desde hace tiempo cortejan con esa idea. Iñigo Errejón ha dicho que la participación de Más Madrid en un Ejecutivo no será una condición que impida el cambio en la región. El portavoz socialista se coloca así en el centro de la política madrileña después de haber sido cuestionado durante toda la legislatura por su tibia labor de oposición a Ayuso. En las filas socialistas se daba por hecho que Gabilondo no repetiría como cabeza de cartel en 2023 tras dos intentos fallidos por llegar a la Puerta del Sol en 2015 y 2019. En la segunda ocasión se impuso en las urnas pero la suma de PP, Ciudadanos y Vox le situó de nuevo en la oposición. El exministro era, además, la propuesta del PSOE para el Defensor del Pueblo en las negociaciones con el PP para la renovación de los órganos constitucionales que volaron por los aires hace dos semanas ante el veto de Pablo Casado a los vocales propuestos por Unidas Podemos para el Poder Judicial.

En una comparecencia a última hora del miércoles tras la reunión extraordinaria de la Junta de Portavoces, Gabilondo evitaba pronunciarse sobre una hipotética candidatura a las elecciones del 4 de mayo bajo el argumento de que está “centrado” en la moción de censura contra Ayuso. “Cuando haya elecciones generales o en la Comunidad de Madrid, dentro de dos años, el PSOE tiene un sistema de gran participación, de primarias, que determinará qué candidato o candidata deba ser”, expresó dejando muy claro que ese momento llegará “en un par de años”. “Ya veremos”, reiteró.

Dirigentes socialistas consultados por elDiario.es admiten su preocupación ante una convocatoria anticipada de las elecciones que les pille con el pie cambiado y un candidato cuestionado que ya tenía un pie fuera. Algunas fuentes consultadas consideran que Gabilondo será el candidato en caso de que los comicios se celebren en mayo, aunque en las filas del PSOE madrileño ya se hacían cábalas con el posible sucesor en la Asamblea de Madrid. Uno de los nombres que estaba en liza es el de la presidenta del Senado, Pilar Llop, que es diputada autonómica. Sus partidarios sostenían que, con la marcha de Gabilondo al Defensor del Pueblo, podría volver a la Cámara autonómica y brearse contra Ayuso durante dos años antes de ir a las elecciones. La ministras de Defensa, Margarita Robles, y de Industria, Reyes Maroto, son otras de las fijas en las quinielas como posibles cabezas de cartel. Sin embargo, en el partido también asumen que el secretario general es impredecible. “Decidirá Pedro”, sentencia un dirigente madrileño.