Los cerca de 15.000 militantes del PSOE de Madrid (PSM) eligen este domingo a un nuevo líder. Sara Hernández, alcaldesa de Getafe, cuenta con el apoyo de la mayoría de los 'aparatos' locales y el visto bueno de Ferraz. El diputado Juan Segovia es el aspirante alternativo, avalado por los críticos con Pedro Sánchez. El resultado tendrá una lectura en clave nacional: si gana Hernández se entenderá que una mayoría de afiliados madrileños avala las maniobras del secretario general para asegurarse la federación socialista más convulsa.
El primer golpe de mano de la dirección del PSOE en el socialismo madrileño fue la destitución de Tomás Gómez como líder y candidato del PSM a tres meses de las elecciones autonómicas. El pronóstico de los malos resultados en los comicios y el proceso judicial que acorralaba a miembros de su equipo en Parla por la adjudicación del tranvía impulsaron la decisión de Ferraz. La votación de este domingo pretende ser el cierre definitivo de esa etapa, aunque es difícil garantizar periodos de calma en la federación madrileña.
Tras el positivo acogimiento a Ángel Gabilondo como candidato a la presidencia y la mejora en número de escaños del PSOE en la Asamblea de Madrid, la siguiente fase de la maniobra impulsada desde Ferraz fue la convocatoria de un congreso extraordinario para elegir a una nueva dirección. En la organización se daba por hecho que ese momento se retrasaría hasta el congreso ordinario, que se celebrará tras el federal de principios de 2016, es decir, que se esperaría a que pasaran las generales.
No fue así. La Gestora presidida por Rafael Simancas anunció un sábado que la elección del nuevo líder sería en pleno verano y con menos de un mes para hacer campaña. Fue una decisión que no sentó bien en numerosos sectores del socialismo madrileño, que interpretaron el adelanto como un intento de Sánchez de afianzar su poder en el PSM ante la posibilidad de un varapalo electoral en las generales.
Otro de los reproches fue la fecha elegida para la votación interna: el 26 de julio, en pleno periodo vacacional. La dirección provisional del PSM planteó realizar un día extra de votación para aquellos que no pudieran ejercer su derecho este domingo. Sin embargo, esa propuesta se descartó por los recelos que levantó en algunos sectores que aseguraban que no garantizaba la limpieza del proceso por la posibilidad de que se pudiera votar dos veces. Desde Ferraz se defendió el día extra de votación recordando que en las primarias que ganó Pedro Sánchez frente a Eduardo Madina el verano pasado se permitió votar en agrupaciones distintas.
A pesar de esas discrepancias, la campaña ha sido tranquila en términos generales. La mayor tensión surgió durante el debate que Hernández y Segovia mantuvieron en la Cadena SER. El diputado acusó a Hernández de ser la candidata oficial. “Dicen que mi candidatura se ha creado en los despachos, pues será un despacho muy grande”, fue la respuesta de Hernández un día después. La alcaldesa de Getafe criticó que Segovia plantee un modelo “asambleario” de partido imitando “a otros”, en una clara referencia a Podemos. Tras la contienda, Hernández aseguró estar sorprendida por la “virulencia” de su oponente.
Otro de los principales enfrentamientos es la crítica de Segovia a que su oponente se haga cargo del partido en un momento en el que el PSOE debe centrarse en ayudar a Pedro Sánchez a ganar las elecciones generales. A su juicio, el gobierno en minoría de una de las principales ciudades madrileñas complica esa labor. Hernández se defiende insinuando que desde el escaño se pueden “hacer discursos” o propuestas que ella implanta como alcaldesa. Además, sostiene que un secretario general en la Asamblea de Madrid puede hacer sombra a Gabilondo.
La propuesta de Segovia de eliminar la fase de los avales -es necesario alcanzar el 10% de las firmas de los militantes para concurrir oficialmente a los procesos internos- también choca con el planteamiento de Hernández, que apuesta por mantenerlos aunque se pueda reducir su número. Para el diputado, dar el apoyo público a un candidato u otro puede “violentar” a los afiliados. En el debate, Hernández salió al paso criticando la “carrera por los avales” que se daba en esos procesos, insinuando una critica a que Segovia presumiera de los apoyos de la 'vieja guardia', como Felipe González o Javier Solana.
Hernández tiene de su parte a Ferraz y a la mayoría de los aparatos locales mientras que a Segovia, que fue uno de los coordinadores de la campaña de Eduardo Madina en la competición por el liderazgo federal, le apoyan los críticos con Sánchez, entre ellos José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente no participa en esta votación porque milita en León, pero aprovechó para hacer público su respaldo al diputado en un acto en Madrid. El sector próximo a Tomás Gómez también se ha postulado del lado de Segovia en gran medida.
Por primera vez los socialistas madrileños no pueden pronosticar a ciencia cierta quién ganará esta batalla. Hasta ahora, la elección de los secretarios generales se realizaba mediante delegados que acudían a los congresos. Este domingo están llamados a las urnas los 15.000 militantes madrileños. La incógnita es el porcentaje de participación, según un dirigente consultado. De ella dependerá en gran parte el resultado.
Por el momento, casi la mitad de la militancia ha opinado a través del apoyo público mediante el sistema de avales. Esa primera ronda la ganó Hernández con 4.473 firmas frente a las 2.775 recogidas por la candidatura de Segovia. A partir de ese resultado se dio por hecho que habría competición. En el entorno de Hernández, aunque la dan por favorita, no quieren dar la victoria por sentada y en el de Segovia esperan haber movilizado votos anónimos: “Esto será como los avales de Pedro Sánchez y Eduardo Madina: en el primer caso pocos votos más que avales, en el segundo más votos que avales”, auguraba un miembro del ala izquierda del partido.