El PSOE da por hecho que Podemos eliminará el veto que ha impuesto a Ciudadanos en las conversaciones para el posible acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. Pablo Iglesias paralizó las negociaciones con los socialistas hasta que renuncien a tenerlas con Ciudadanos. Pero el PSOE ha seguido adelante “hablando con todos”, según fuentes de la dirección, y haciendo especial hincapié con el partido de Albert Rivera, con el que el equipo negociador de Sánchez se ha sentado ya dos veces. Sin embargo, los socialistas no dan por perdido siquiera el hipotético apoyo de Podemos y dan por hecho que acabará cediendo y sumándose al diálogo.
El encargado de pilotar a los negociadores socialistas, Antonio Hernando, ha sido quien más claro ha dejado que piensa que acabará negociando con la formación de Iglesias. Fue durante la entrevista en El Objetivo (La Sexta) en la que evitó polemizar por las palabras de Alfonso Guerra contra los de Iglesias por haber acusado al PSOE de ser “los del búnker”.
“Si yo, que soy el responsable de los negociadores, me pongo a decir esas cosas y mañana me quiero sentar, como sé que me voy a sentar, porque me voy a acabar sentando con Íñigo Errejón y con el equipo que él traiga estaría haciendo un flaco favor a la negociación”, zanjó el portavoz socialista.
Hernando ha llamado este lunes por la mañana a Errejón para avisarle de que le ha enviado el documento base para las negociaciones del posible acuerdo. La idea del PSOE es que el resto de grupos realicen aportaciones a ese texto para acabar fijando una postura que pueda servir como pacto programático para la investidura. “Veremos si contesta”, expresan fuentes parlamentarias socialistas, que admiten que “de momento” no han obtenido ninguna respuesta.
Pero en el PSOE hay cierto optimismo y más desde que Pablo Iglesias ha dado el visto bueno al documento publicado este lunes. “Les ha gustado. No veo motivos para no sentarse a hablar”, expresan las fuentes consultadas. “Es un documento que pueden aceptar”, agregan desde Ferraz: “Muchas de las medidas que contiene son propuestas que ellos también defienden”.
Esa es, en parte, la estrategia de Sánchez: hablar primero del pacto en términos programáticos y, una vez que se haya alcanzado, abordar “el de los sillones”. De esa forma, el PSOE intenta forzar a Podemos a retratarse más allá de la oferta que Iglesias hizo al candidato socialista de darle su apoyo a cambio de entrar en el Gobierno bajo unas premisas de contenido político.
No obstante, no es la única táctica de los socialistas, que emplazan a Podemos a apoyarles incidiendo en que lo contrario permite perpetuar el PP en el poder. En Ferraz creen que esa consigna les puede beneficiar en una posible repetición de los comicios ante los que han sido sus votantes y se han decantado esta vez por Podemos. “Los votantes de Podemos y del PSOE no entenderían que no nos entendiésemos”, reitera Sánchez.
Además de ese mensaje, en el PSOE lanzan otro hacia los votantes de Iglesias: están negociando con quien ha sido su socio (Compromís) y con Alberto Garzón, a quien intentaron integrar en sus listas. En esa línea, el partido de Sánchez intentó durante la semana pasada forzar una división en el seno del grupo parlamentario de Podemos-En Comú-En Marea para mermar las fuerzas de Pablo Iglesias de cara a la negociación que se abría.
Cambio de estrategia
La intención era convocar a las confluencias por separado a la mesa de negociación. Que Pablo Iglesias solo hablara en nombre de 47 diputados y no de 65. Durante los últimos días de la semana pasada se produjeron múltiples llamadas en este sentido, según diversas fuentes han relatado a eldiario.es.
Las confluencias, sin embargo, optaron por la unidad de acción. La disyuntiva quedó muy pronto superada ya que la ronda de Pedro Sánchez, pensada en un principio para contactar con todos los partidos del Congreso, pasó muy rápido a una serie de reuniones preparatorias solo con aquellos que podían alcanzar un acuerdo con el PSOE. Como explicó el portavoz de En Comú, Xavi Domènech, en el primer caso, ellos sí querían ser recibidos en solitario.
Si de lo que se trata es de negociar, sin embargo, Domènech y los representantes de En Marea quieren ir juntos con Podemos. No en vano, el equipo negociador del grupo incluirá representantes de ambas candidaturas.
La estrategia del PSOE sí ha tenido más éxito en el seno de IU. El coordinador federal de la coalición reveló este fin de semana que el PSOE y Ciudadanos les había ofrecido su apoyo en la Mesa del Congreso para lograr grupo propio si sumaban a los tres representantes logrados en las candidatura de confluencia, una por Galicia y dos por Cataluña.
La propuesta, que no contaba con el apoyo del PP ni de Podemos y que contraviene el reglamento del Congreso y los motivos alegados para negar los grupos a las confluencias, estuvo a punto de partir a la organización durante el Consejo Político del pasado sábado. Este lunes, tras la primera reunión de las comisiones negociadoras de IU y del PSOE, Alberto Garzón ha recordado que la oferta llegó fuera de plazo y sin ninguna seguridad jurídica de que pudiera llevarse a cabo.
La tercera confluencia en liza, Compromís, sí está negociando de forma independiente. Sus cuatro diputados optaron por irse al Grupo Mixto en lugar de integrarse en el de Podemos-En Comú-En Marea y su portavoz, Joan Baldoví, ha asegurado que su apoyo o no a la investidura de Sánchez dependerá únicamente de lo que decida Compromís. El viernes, tras verse con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias aseguró que había hablado con Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat y una de las principales dirigentes de la coalición valenciana, con quien había acordado unidad de acción a la hora de votar. Pero en el PSOE restan importancia a las declaraciones de Iglesias: “Compromís está sentado ahora mismo con el equipo negociador”, expresan fuentes parlamentarias consultadas por eldiario.es.