La dirección actual del PSOE no quiere sumar más preocupaciones a la muy atribulada Monarquía española. Rubalcaba ha decidido que el debate sobre el futuro de la Corona no figurará en el documento marco que la cúpula del PSOE llevará a la Conferencia Política de otoño, en la que los socialistas quieren dibujar las líneas maestras de un programa ideológico con el que volver a entusiasmar a los electores perdidos.
Ni la imputación de la infanta Cristina en el caso Nóos, ni el descubrimiento de la herencia suiza y la amiga alemana del rey, ni la precaria salud del monarca parecen argumentos suficientes para que la cúpula socialista se decida a mirar de frente un asunto del que muchos están empeñados en hablar. Por eso la discusión Monarquía / República se producirá pese al cortafuego de la dirección. Tanto Juventudes Socialistas como Izquierda Socialista han anunciado que provocarán el debate vía enmiendas.
Pero eso no será hasta el próximo otoño. Entretanto, la Ejecutiva socialista conocerá el lunes la propuesta de modelo federal que Rubalcaba ha diseñado en acuerdo con el PSC y en la que no figurará el derecho a decidir que reclamaba la formación catalana prima hermana del PSOE.
El documento será consultado después con los barones socialistas --aunque algunas fuentes apuntan a que Griñán ya lo conoce-- y aprobado formalmente en el Consejo Territorial de Sevilla el 12 de julio y en el posterior Comité Federal de finales del mismo mes.
La idea que propondrá el PSOE para deshacer el entuerto catalán pasa por redactar una nueva Constitución federalista en la que se reconozca y refleje explícitamente la singularidad de Cataluña, como lo está actualmente la insularidad o la foralidad de otras autonomías. Ese reconocimiento y su imprescindible aprobación en referendum serviría como nuevo pacto de convivencia entre Cataluña y el resto de España. Según fuentes conocedoras de la negociación, el PSC está dispuesto a aceptar este documento, que ha sido consultado con Miquel Iceta y Antoni Ballmon, mano derecha del líder del PSC, Pere Navarro.
El PSOE pretende que ese texto delimite claramente las competencias del Estado y, en consecuencia, deje manos libres a las autonomías para ejercer el resto de las competencias, evitando el actual tira y afoja permanente sobre la invasión competencial de unos y otros.
La lengua se perfila como uno de los hechos diferenciales propios de Cataluña. Una vez constitucionalizado, impediría al Estado intervenir en la política lingüística catalana, incluida la enseñanza del idioma, que ha sido uno de los puntos de fricción habituales estos últimos años.
Esta es la salida que Rubalcaba propuso a Artur Mas en la reunión secreta que ambos mantuvieron hace unos días en Ferraz. Los socialistas son conscientes de que no se podrá llevar a cabo con éxito sin la aquiescencia de los nacionalistas y del PP. En los primeros observan una ligera relajación de sus pretensiones soberanistas o al menos la búsqueda de una salida digna para aparcar su consulta unilateral. De la mayoría gobernante quieren creer que se avendrá a un acercamiento al PSOE al final de la legislatura para pactar una salida nacional al sempiterno problema del encaje catalán.