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El PSOE y Unidas Podemos dan por rotas las negociaciones y se acusan mutuamente de la repetición electoral

PSOE y Unidas Podemos anunciaron este martes el fracaso de sus negociaciones menos de una semana después de retomar las conversaciones para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez tras el parón de agosto. Fue tras la segunda reunión entre los equipos mandatados por el presidente en funciones y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Tras cuatro horas de reunión, y pese a que los interlocutores reconocieron un clima de “cordialidad” que no se vivió el pasado jueves en la primera cita, el resultado fue el mismo: ningún avance. Ambas formaciones dan por rotas las negociaciones a 13 días de la disolución de las Cortes y no prevén que haya nuevos encuentros. Los socialistas han dado a Unidas Podemos un ultimátum para que renuncie a la fórmula de la coalición mientras que los de Pablo Iglesias no pretenden rebajar esa petición. Solo un movimiento de alguna de las partes puede recomponer la situación.

“Nos han planteado que si no aceptamos que haya un Gobierno formado únicamente por miembros del PSOE se levantan de la mesa de negociación. Esto nos parece un error”, dijo ante los medios el secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, tras la reunión. “Constatamos que no hay una vía para alcanzar un acuerdo. Unidas Podemos se ha negado a alcanzar un acuerdo programático, hoy por hoy no vemos una salida a esa situación por esa negación de Unidas Podemos a eso que proponíamos”, sentenció la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra.

A partir de ahí, ambos se reprocharon el fracaso y se culparon mutuamente de la consecuente repetición electoral del próximo 10 de noviembre. “El PSOE haciendo esto nos lleva a una repetición electoral que hace sospechar que era su intención desde el principio de las negociaciones y desde aquí esperamos que rectifique”, dijo Echenique. “Lo que tiene que decidir Unidas Podemos en esa reflexión es qué quieren para este país en las próximas horas. Si quieren un gobierno progresista con un acuerdo programático y también con esos espacios de poder [...] o si lo que van a hacer es impedir de nuevo un gobierno progresista y abocarnos a unas elecciones que este partido no quiere”, fue la expresión de Lastra.

En privado, los dirigentes de ambas formaciones se señalan de la misma manera. “Tienen una posición inflexible”, señalan fuentes socialistas después del encuentro. “No es posible y ya está”, señalan desde el núcleo duro de Sánchez dando por zanjada cualquier posibilidad de llegar a un entendimiento. Desde el grupo confederal también creen que la posición del PSOE es inamovible y que la decisión de ir a elecciones la tomó Pedro Sánchez hace mucho tiempo, por lo que todo el proceso negociador de este mes de septiembre no sería más que una escenificación, según esta tesis.

Fuentes oficiales del PSOE aseguran que por su parte no habrá más llamadas ni invitaciones a reuniones de los equipos negociadores si Unidas Podemos no renuncia a la coalición que, a juicio de los socialistas, caducó. La dirección socialista sostiene que fue el grupo confederal el que rechazó esa oferta en julio. “Si te parecía humillante, ¿por qué la quieres ahora?”, dice un dirigente socialista. Públicamente los de Sánchez argumentan que esa negativa supuso, además, una quiebra de la confianza entre las dos organizaciones. Lo que Lastra descartó completamente es que el presidente en funciones vaya a llamar a Iglesias, pero fuentes socialistas no aclaran qué pasará si es el líder de Unidas Podemos quien levanta el teléfono. “Ya se verá”, responden.

En Unidas Podemos sostienen que la reunión de este martes fue relativamente bien en sus inicios, hasta que la delegación socialista cerró cualquier opción de un Gobierno de coalición y planteó su ultimátum.

La decisión final sobre la posición del grupo confederal no está tomada y será fruto de un debate en la dirección del espacio que aglutina a Podemos, IU, Equo, Catalunya en Comú y Galicia en Común. Pese a las diferentes sensibilidades que existen en el heterogéneo grupo, lo que sí está garantizado es la unidad de acción. En caso de que haya un nuevo debate de investidura, los 42 votos de Unidas Podemos tendrán el mismo sentido.

En el grupo confederal no descartan que se produzca un movimiento que desbloquee la situación antes de que el jefe del Estado llame a la preceptiva ronda de contactos con los diferentes líderes parlamentarios para sondear los hipotéticos apoyos y designar un candidato para una nueva sesión de investidura. “Mientras hay vida, hay esperanza”, zanjaba un dirigente de Podemos este martes durante la celebración del primer Pleno ordinario de la presente legislatura. Los socialistas sostienen que Sánchez solo aceptará el encargo del rey si cuenta con un acuerdo programático que le dé estabilidad para la legislatura.