La pugna entre PSOE y Sumar por la reducción de la jornada laboral sube de tono
La reducción de la jornada laboral sin rebaja de salario fue la medida estrella de la campaña electoral de Sumar y el pilar con el que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, quiere construir el legado político de su cartera en esta segunda legislatura. Eso explica en parte la dureza con la que este viernes arremetió contra el ministro de Asuntos Económicos, Carlos Cuerpo, en quien personifica la batalla con el PSOE para sacar adelante esta medida.
La ministra de Trabajo ha aparcado su estrategia de no hacer ruido dentro de la coalición del Gobierno ante los movimientos que le llegan desde Economía para frenar la velocidad que le quiere imprimir a la tramitación de la reducción de la jornada a 37 horas y media, una vez acordada en el seno del diálogo social con los sindicatos.
Las negociaciones entre las dos partes del Gobierno se han tensado en las últimas semanas por dos asuntos principales, según contó elDiario.es a finales de diciembre. Por un lado, la fecha de entrada en vigor de la aplicación de la medida y, por otro, cómo afecta el recorte de la jornada de trabajo a los contratos a tiempo parcial.
Yolanda Díaz insiste en que el acuerdo de gobierno se tiene que cumplir. Es decir, que la ley tiene que estar aprobada antes de que termine 2025, tal y como firmaron ambas fuerzas en el acuerdo de legislatura que posibilitó la investidura de Pedro Sánchez y la formación del nuevo gobierno de coalición.
Para poder lograrlo en tiempo y forma, la tramitación de la ley no debería tardar en ponerse en marcha. Por eso desde Trabajo están presionando al PSOE para poder aprobar el texto en Consejo de Ministros cuanto antes. Si el Gobierno pretende cumplir los términos del acuerdo, la norma deberá aprobarse por la vía de urgencia en las próximas semanas para que pueda quedar convalidada por las Cortes antes de que termine el año.
Pero Economía maneja otros tiempos y plantea que la aplicación pueda retrasarse más allá de 2025, por ejemplo en los casos de convenios colectivos ya firmados, hasta el final de su vigencia, como reclamaba la patronal, lo que podría demorar el recorte de jornada varios años más, algo a lo que se resisten en Trabajo.
Aunque las negociaciones se desarrollan de manera más o menos discreta, unas declaraciones de Cuerpo esta semana en la Cadena Ser enfadaron a la ministra de Trabajo. El titular de Economía pidió “seguir trabajando para encontrar un texto equilibrado” y elaborar “un plan de acompañamiento para que las empresas sean capaces de digerir este cambio y de hacerlo de forma sostenida”. Un plan, dijo, con medidas que ayuden a las empresas a aumentar su productividad.
“El ministro Cuerpo lo que está diciendo y lo ha puesto por escrito es primero que se posiciona del lado de la patronal y quiere retrasar la entrada en vigor y no cumplir el acuerdo y segundo [...] que el elemento de parcialidad sea eliminado de ese acuerdo, es decir golpear a las trabajadoras españolas”, lamentó la vicepresidenta segunda en una entrevista en RNE este viernes. “Tengo por escrito lo que quiere el PSOE: atacar los derechos de las mujeres en nuestro país. Cuestionar hoy la parcialidad en España es golpear a las mujeres trabajadoras. Que las mujeres que son dependientas, reponedoras o que trabajan en la hostelería no puedan tener los mismos derechos que tiene el resto de trabajadores”, redundó.
En esa misma conversación, casi monográfica sobre la reducción de la jornada, Díaz dijo en varias ocasiones no entender por qué un ministro socialista, elegido por un partido que acaba de aprobar en sus bases ideológicas una reducción de la jornada más ambiciosa que la que se está trabajando, se opone a una medida como esta. La ministra elevó tanto el tono que estuvo a punto de calificar de “mala persona” al ministro. “Estamos hablando de reducir la jornada laboral media hora al día, es casi de mala persona decirle a los trabajadores que no a reducir la jornada media hora al día”, señaló.
Tras estas palabras, la parte socialista del Gobierno, a través del Ministerio de Economía, trasladó que la medida es “una prioridad” y afirmó que trabajará para que sea una realidad “lo antes posible”. El departamento de Carlos Cuerpo, añadió: “Teniendo en cuenta la realidad parlamentaria y el éxito de reformas pasadas, como la laboral, ambiciosas en sus objetivos y equilibradas en su diseño”.
La apostilla va dirigida a uno de los grandes problemas que está teniendo el Gobierno para sacar medidas adelante en esta legislatura, la complejidad parlamentaria que deja pocas alternativas si Junts, por ejemplo, se sale de la ecuación. Díaz, de hecho, suele apelar al PP cuando habla de esta medida que, según recuerda, cuenta con gran aceptación dentro del electorado de la derecha.
En el entorno de Díaz no entienden por qué el PSOE posterga una medida como esta bajo el argumento de que necesita apoyos parlamentarios cuando la mayoría de las normas que han salido del Gobierno se han aprobado en Consejo de Ministros antes de tener atados los apoyos en el Congreso. Por eso que están pidiendo a su socio enviarla cuanto antes a Las Cortes.
Yolanda Díaz defendió este viernes que la norma cuenta con amplio apoyo parlamentario, toda vez que es una medida que apoyan “tres de cada cuatro” españoles, sin importar el partido al que voten. De hecho, la ministra está ya hablando directamente con Carles Puigdemont para tratar de atar el apoyo de sus siete diputados a la reforma, que no da en absoluto por perdida.
Vuelve la pelea entre Economía y Trabajo
Este nuevo enfrentamiento entre ministerios trae reminiscencias de las grandes batallas entre socios de la pasada legislatura. Yolanda Díaz solía chocar con Nadia Calviño cuando la actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones se sentaba al frente de la cartera de Economía con rango de vicepresidenta primera. Hace justo un año, ambas ministras acababan de cerrar una disputa por el subsidio de desempleo similar a la que se produjo con las negociaciones por la subida del salario mínimo o durante la tramitación de la reforma laboral.
Cuerpo fue secretario de Estado durante la etapa de Calviño al frente de Economía y ahora que ha asumido las riendas del ministerio los choques se vuelven a repetir a pesar del cambio de nombres. De fondo está la disputa sobre la forma de entender la gestión económica de dos fuerzas con visiones diferentes.
“Ni Calviño se atrevió a tanto”, dijo este viernes la líder de Sumar en el Gobierno, que reprochaba al ministro querer saltarse un acuerdo con los sindicatos, que consideró “sagrado”. “Vuelvo a ser la única a la que se le invaden las competencias”, se quejaba también la vicepresidenta después de que el ministro se expresara esta semana sobre el salario mínimo. Pese a los palos en la rueda, argumentó Díaz en esa entrevista, el PSOE presumirá más tarde de esa medida.
“Me iba a cargar España con los ERTE, con la reforma laboral… y hoy presumen del salario mínimo. Con la reducción de la jornada va a pasar lo mismo”, defendió.
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