El racismo de Vox paraliza la política en Ceuta

Gonzalo Testa

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El presidente del Gobierno y de la Asamblea de Ceuta, Juan Vivas (PP), decidió este lunes cortar por lo sano con los insultos, calumnias y provocaciones de Vox y suspender 'sine die' la actividad parlamentaria de la Cámara regional para evitar que la extrema derecha siga convirtiendo a la institución en una caja de resonancia de “las tesis marroquíes”. Es decir, de la supuesta existencia de media ciudad “española” y otra mitad “quintacolumnista” del anexionismo del país vecino, como los de Santiago Abascal no dejan de predicar desde la crisis fronteriza de mediados de mayo.

El portavoz de Vox, Carlos Verdejo, no esperó este lunes, en la Sesión Plenaria propositiva de junio, ni al debate sobre la declaración como persona non grata de su presidente nacional, cuando se intuía que estallaría el debate. En el segundo punto del orden del día, mientras defendía la necesidad del pin parental, volvió a tachar sin venir a cuento de “promarroquíes” a parte de la Corporación, como ya había hecho a finales de mayo en sede parlamentaria.

Para la extrema derecha, las dos formaciones localistas con representación institucional, el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) y Caballas, con electorado eminentemente musulmán, son “quintacolumnistas” del país vecino, pero también “algunos miembros del PP”, según afirmó Verdejo. El presidente de la Asamblea decidió esta vez pararle los pies en primera persona y evitar que la discusión derivase hacia el insulto grueso o el enfrentamiento físico, como ha estado a punto de suceder varias veces durante el último año y medio por las repetidas invectivas de Vox contra todos los demás Grupos.

“¡Que se oiga en toda España y en Rabat: todos los miembros de esta Asamblea somos y nos sentimos españoles, que quede claro!”, alzó la voz Vivas. “Cuando dice que en esta Asamblea hay partidos promarroquíes hace un daño letal a Ceuta porque da pábulo a las tesis de Marruecos, que dice que esta es una ciudad ocupada en la que hay una población española y otra marroquí que asocia con la musulmana”, censuró.

“Lo que usted dice es mentira, todos los que estamos aquí hemos jurado fidelidad y lealtad a España. La españolidad de Ceuta se defenderá mejor entre todos, no sólo Vox. La patria no es de Vox; España y Ceuta, tampoco. La patria es integradora, abierta, inclusiva, abierta y multicultural”, hilvanó Vivas, que pidió a Vox “pruebas” de sus acusaciones “falsas”. La única que fue capaz de esbozar Verdejo es que “algunos” partidos como Caballas no están convencidos de incluir a la ciudad sin excepciones en el 'territorio Schengen', el mismo tratado que los de Abascal han propuesto suspender.

Después de reunir de forma extraordinaria a la junta de portavoces, Vivas insistió: “Si se cuestiona algo tan básico como que todos los ceutíes defendemos nuestra españolidad le estamos haciendo un favor a quien pretende dividir a la sociedad ceutí, cuya españolidad no depende de la cultura, de la religión o la ideología”, insistió Vivas después de reunir de forma extraordinaria a la junta de portavoces. Y abogó por “establecer líneas rojas como no utilizar el ejercicio democrático de la libertad de expresión para insultar a otros y no debilitar nuestra unidad en la defensa de nuestra soberanía o la convivencia”.

El pleno sólo volverá a reunirse esta semana para aprobar las cuentas de las sociedades municipales y el primer expediente de modificación del presupuesto del ejercicio corriente, “clave” para poder atender las consecuencias derivadas de la entrada irregular a mediados de mayo de unos 12.000 marroquíes, un cuarto de los cuales, entre ellos alrededor de mil menores, siguen deambulando por las calles o acogidos por la administración local.

La Asamblea no recuperará su funcionamiento ordinario hasta que finalice el “periodo de reflexión” abierto sobre cómo corregir la deriva de cada pleno o qué “herramientas políticas” usar frente a Vox, pausa en la que Vivas decidirá sobre su propia continuidad. “Si se trata de que yo dé un paso a un lado para que aquí se defienda y proteja la unidad en la defensa de la españolidad, estoy dispuesto”, ofreció su cabeza tras veinte años como presidente y cuando acaba de superar el ecuador de su primera legislatura en minoría apoyado de nuevo en el PSOE como garante de la estabilidad de su Ejecutivo.

El líder socialista, Manuel Hernández, apoyó este lunes su decisión. “Vox utiliza unos argumentos que son contraproducentes para la ciudad y para los intereses de España: llamando promarroquíes a varios compañeros de la Corporación, algo que no podemos consentir ni permitir, nos hace un flaco favor a todos y hay que cortarlo de raíz”, afirmó. 

Fatima Hamed (MDyC), que era partidaria de seguir celebrando el Pleno, y Mohamed Ali (Caballas), señalados por Vox como “quintacolumnistas” del reino alauita merecedores de la deportación si no tuvieran DNI, repudiaron los “insultos” y las “provocaciones” de los diputados de la extrema derecha, a quienes acusaron de intentar “incendiar” una ciudad en la que ningún político da cobertura desde hace más de veinte años a posiciones que cuestionan su soberanía española.

Con parte de sus líderes investigados por un presunto delito de odio tras conocerse los mensajes que se cruzaban en grupos de WhatsApp lamentando tener que “tragar moros por cojones”, augurando que la III Guerra Mundial “será contra el Islam” y censurando la “mierda de Ceuta de cuatro culturas”; los dirigentes de Vox intentan ahora desmontar parte de su andamiaje islamófobo y difuminar su acusación: “Hay promarroquíes que no son musulmanes y musulmanes que no son españoles”, han empezado a enmendarse durante los últimos días, aunque también han asegurado que no renunciarán a su discurso porque, dicen, creen en él y en que “es la única solución y la alternativa que necesitan todos los ceutíes”.

Vox se hace la víctima

Los líderes de Vox en Ceuta, su presidente, Juan Sergio Redondo, y su portavoz, Carlos Verdejo, comparecieron este lunes por segunda vez en cuatro días en rueda de prensa tras no hacerlo durante más de dos años para alegar que si los Plenos terminan un mes sí y otro en escándalo no es por culpa suya, porque tachen a parte de la Corporación y de la sociedad ceutí de “promarroquí” o “quintacolumnista” del país vecino, sino porque los increpados no saben encajar sus golpes.

“Si algún elemento del PSOE, el PP, el MDyC o Caballas se ve incapaz de contemporizar y tener el temperamento necesario para guardar las formas debería reflexionar si debe dar un paso a un lado y dejar su sitio a algún compañero político”, animó Verdejo a dejar sus escaños a quienes responden a sus invectivas.

Ambos coincidieron en tachar de “cacicada” la suspensión de los plenos y denunciaron que “el problema no está en Vox, sino en el PP, el PSOE y los promarroquíes que apoyan a Vivas”, cuya investidura intentaron frustrar en 2019 coqueteando con algunos diputados del PP para después apoyarle a lo largo de todo 2020 y finalmente culparle de traición a la patria desde enero, cuando se negó a ceder a sus exigencias de no dar más subvenciones a entidades musulmanas.

“Hemos intentado exponer con normalidad nuestros planteamientos y continuamente hemos sido interrumpidos por el presidente de la ciudad haciendo un uso desmedido de su posición como presidente de la Asamblea”, argumentó Redondo a pesar de que Vivas no hizo uso de la potestad reglamentaria de llamar al orden o a la cuestión a su compañero, pasos previos a su posible expulsión.

Según Verdejo, lo que hizo el presidente fue interrumpirle para “corregir un discurso legítimo amparado por la Constitución” y suspender la sesión porque no le gusta su discurso, que calificó de “respetuoso ante ataques e insultos”. “Si es cierto que no se ve capaz de controlar a los miembros de su Gobierno, que dimita y que se marche”, amplió. “Aquí está Vox para gobernar la ciudad en cuanto él dé un paso al lado”, ofreció pese a tener sólo cuatro de 25 escaños y a carecer de posibilidad alguna de llegar a acuerdos con nadie salvo que el PP regional que salga del congreso de otoño se escore hacia sus posiciones.