No había asunto de la Consejería de Economía de la Junta de Castilla y León que no pasase por la mesa de Rafael Delgado Núñez. 'Rafa' como le llamaban entonces los que más confianza tenían con él, o el señor Delgado, para los funcionarios, “estaba en todo”. El ascenso de Delgado fue el de un cohete, pero acabó estrellándose. La Fiscalía Anticorrupción lo sitúa en el centro de su querella por la Trama Eólica, que repartió 80 millones de euros entre ex cargos de la Junta y empresarios afines. También está imputado en el caso Perla Negra, que investiga los sobrecostes del edificio que la Consejería de Economía construyó en Arroyo de la Encomienda (Valladolid). Ahora 'Rafa' o 'el señor Delgado', es “esa persona”. Así se han referido a él en público la que fue portavoz de la Junta, Rosa Valdeón, la consejera de Economía, Pilar del Olmo, o el propio presidente Juan Vicente Herrera.
Delgado entró a formar parte del Gobierno regional de la mano de Tomás Villanueva cuando este fue consejero de Industria (1995-1999), Educación (1999-2003) y Economía (2003-2015). Los cargos más importantes que desempeñó fue el de viceconsejero y secretario general de Economía y Empleo. Fue durante su paso por Economía cuando presidió casi todas las empresas públicas y participadas: Parques Tecnológicos, Gesturcal, Excal y Sodical. Fue responsable además de la Agencia de Inversiones. En esa etapa, concretamente en 2004, fichó a su amigo Alberto Esgueva como consejero delegado de la oficina de internacionalización, conocida como Excal.
Los dos viajaron en muchas ocasiones a Miami, donde la Junta, a través de una subvención a la Cámara de Comercio, abrió un centro de negocios de la mano de José Luis Esteve, amigo de José María Aznar.
“Cuando iban a Miami se desplazaban en un Ferrari junto a Esteve. También hacían fiestas con muchas señoritas en un yate. No reparaban en gastos”, recuerdan fuentes consultadas por este diario. Tanto es así, que en un viaje oficial de la Junta, Delgado no regresó con el resto de la delegación, sino que se quedó unos días más.
En 2006, Esgueva, propietario con su hermano de Cartonajes San Cayetano, decidió dejar la Junta para ocuparse de la empresa familiar, o eso dijo. En realidad, Esgueva había entrado en la trama. Fue en ese mismo año cuando Delgado, mediante la figura administrativa de la avocación, se encargó de autorizar parques eólicos. Sólo con uno de ellos Esgueva, con una inversión de 24.400 euros, consiguió 47 millones.
Hermana colocada en Collosa
Quienes coincidieron con Rafael Delgado, licenciado en Derecho y funcionario del Cuerpo Superior Escala Económica Financiera de la Junta, lo definen como un hombre “muy inteligente” y “cínico” aunque “muy trabajador”. “Echaba horas en el despacho”. Entre sus amistades estaban también los hermanos Llorente, propietarios de la constructora Collosa, implicados en pagos a Martínez Pujalte por “asesorías verbales” e imputados también en la Trama Eólica. Los Llorente consiguieron también importantes ingresos tras asociarse con eléctricas y vender después su parte de la sociedad. Delgado jugaba frecuentemente al pádel con Patricio Llorente. La hermana de Delgado, administrativo, acabó colocada como recepcionista en Collosa durante la etapa 'eólica'. El Ere de la constructora en diciembre de 2015, tras estallar el escándalo de la trama, la dejó en la calle. Delgado, que dejó la Junta en 2011, ya no tenía poder.
La mujer del testaferro de Delgado, en Excal
Según la Fiscalía Anticorrupción, Delgado tenía un testaferro: Jesús Rodríguez Recio, un abogado de Medina del Campo especializado en comunidades de bienes, o lo que es lo mismo, administraba comunidades de vecinos. Rodríguez Recio y Delgado eran amigos al menos desde que estudiaron Derecho en la Universidad de Valladolid, aparecen juntos en la orla. También está en esa foto el abogado que representa actualmente a Delgado en el caso 'Perla Negra'.
La investigación de Hacienda sobre Delgado reveló la creación de varias sociedades en 2011, cuando dejó la Junta de Castilla y León. Pero antes había puesto la lupa sobre Rodríguez Recio. Un inspector de Hacienda revisó las cuentas de una de sus sociedades 'Tough Trade' (comercio arriesgado), especializada en energías renovables. Cuando el funcionario de Hacienda que destapó la trama se reunió con Rodríguez para ampliar su informe, se encontró en el despacho con Delgado, que fue quien le explicó algunas operaciones de la sociedad. Rodríguez Recio, a través de su sociedad llegó a pagar a Delgado desde hipotecas, como la de un chalé en Comillas (Cantabria) que perteneció a Esgueva a gastos corrientes. Y todo “por amistad”. Pero también había extraños movimientos desde Suiza y en concreto desde una mercantil denominada Nehmo Holding, de la que Justicia aún espera el resultado de una comisión rogatoria. Se creó en 2009, y es Rodríguez Recio quien tiene poderes e ingresa y recibe pagos. Pero Hacienda también ha detectado movimientos de Nehmo en las cuentas de Esgueva y pagos de éste a Delgado.
Tras dar el pelotazo con las eólicas, Esgueva creó “Desarrollos Naturales S.XXI”, una empresa que pretendía crear un complejo turístico de lujo en Montealegre de Campos, una pequeña localidad de Valladolid. La Junta, sin desvelar nunca que detrás del ambicioso proyecto estaba Esgueva, lo apoyó sin fisuras. En 2011, la Consejería de Economía, dirigida por Tomás Villanueva y a cuyas órdenes había trabajado Esgueva cinco años antes, concedió a Desarrollos Naturales Siglo XXI una subvención de 1,6 millones de euros, con un 70% de fondos FEDER y a pagar en 2012. El proyecto había conseguido la calificación de “proyecto de interés regional” y la subvención era a través de la Agencia de Desarrollo Económico.
La persona que calificaba este tipo de proyectos era la mujer de Rodríguez Recio. En enero de este año fue una de las agraciadas con la 'asimilación', una figura franquista con la que la dictadura premiaba a personas cercanas (entre ellas instructores de la Falange y monitoras de la sección femenina de la Falange) con un puesto de titulado universitario en la Administración sin tener dicha titulación y sin haber aprobado una oposición para ello.
El proyecto nunca salió adelante, pero en la Consejería de Economía aún recuerdan a Delgado atendiendo la visita de un grupo de árabes ataviados con la vestimenta tradicional, el kafiyyeh que les cubría la cabeza y el thawb, la túnica hasta los pies. Esgueva estaba intentando vender su proyecto fallido en Montealegre a inversionistas de Dubai. Qué hacían visitando al viceconsejero no se sabe muy bien, pero no pasaron inadvertidos. Tampoco en Montealegre.
Esgueva acabó en Polonia, con uno de sus socios en las eólicas que a la vez está imputado en el caso Perla Negra por ser socio de la constructora que supuestamente cobró sobrecostes, Germán Martín Giraldo. Ambos han creado una sociedad que construye edificios de lujo en Polonia, aunque las dos investigaciones judiciales que los acorralan les han hecho viajar con frecuencia a Madrid y a Valladolid.
Delgado, imputado en el caso Perla Negra, fue el que firmó las facturas de 4,4 millones de euros a Unifica, el estudio de arquitectos que reformó la sede de Génova con dinero negro, y que en Valladolid obtuvo la adjudicación a dedo para la división interior del edificio. Cuando el caso por los presuntos sobrecostes estalló (se firmó un contrato de compra de 52 millones y se han pagado más de 70), Delgado pasó a convertirse en “esa persona”. La Junta de Castilla y León, que se había mantenido al margen del procedimiento, decidió personarse en el caso. Pretendía que se abriese una pieza separada para actuar contra él, pero el juez no atendió a esa petición. A lo largo de toda la instrucción Delgado ha mantenido la misma versión: todo lo que hizo lo hizo siguiendo órdenes del responsable de la Consejería, Tomás Villanueva, el nombre que suena también en la Trama Eólica pero que no aparece citado ni como testigo en ninguno de los dos casos.