Mariano Rajoy iba a inaugurar una línea de metro en Ankara y acabó en un mitin del partido Justicia y Desarrollo, donde ha ejercido de telonero del primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan. El objetivo del acto en la agenda de Rajoy era recorrer las estaciones de la línea construida por la empresa COMSA y una compañía turca. El resultado final fue su participación en un acto electoral en el que 5.000 personas jalearon a Erdogan y otros dirigentes del partido y miembros de su gobierno.
El presidente acabó compartiendo acto con los militantes y simpatizantes que agitaban banderas turcas y españolas además de enseñas con el logo del partido, ya que Turquía vive la campaña previa a las elecciones municipales. Rajoy acabó subiendo al escenario, desde donde saludó a los simpatizantes de Erdogan con el brazo en alto y hasta dirigió gestos de enviarles besos. Su único mensaje a los asistentes consistió en dejar claro que Turquía y España “son dos países amigos” y en asegurar que la situación no va a cambiar. Esas palabras bastaron para que los enardecidos asistentes le aplaudieran y vitorearan como si fuera un dirigente más del partido islamista.
Desde Moncloa no aclaran si Rajoy sabía a lo que iba o si acabó envuelto en un acto ajeno a sus intenciones porque le convenció el primer ministro turco. Su agenda oficial se limitaba a informar de que asistiría a una inauguración tras recorrer las estaciones de la línea del metro. No obstante, el presidente del Gobierno acabó contagiado del entusiasmo de los asistentes y declaró que era un “honor” estar allí, por lo que agradeció la “invitación” a participar en el acto.