A tres semanas de que empiece la campaña electoral, los debates electorales en televisión siguen siendo una incógnita. Mariano Rajoy ha dejado en manos de su jefe de gabinete, Jorge Moragas, la decisión sin precisar si asistirá a más de uno. Por el momento, lo único claro es que el presidente en funciones rehúye un nuevo cara a cara con Pedro Sánchez en vista del resultado del que protagonizó con el socialista durante los días previos al 20 de diciembre. En el PP consideran que esta vez el formato múltiple es mucho más adecuado. Lo que reclaman es que se organice en un escenario “neutral” y que la señal se facilite a las cadenas interesadas.
Según Ferraz, Moragas no ha hablado aún con Óscar López para sentarse a discutir las ofertas recibidas por ambos partidos. Por el momento, el PP ha jugado al despiste sobre los contactos. La conversación entre ambos responsables no se ha producido a pesar de que los conservadores difundieron que sí se había hecho para negociar una posición conjunta.
La discusión entre Rajoy y Sánchez que Manuel Campo Vidal moderó el 14 de diciembre cosechó un gran resultado de audiencia, pero no dejó satisfecho ni al candidato del PP ni a su equipo. De hecho, llegaron a admitir que el papel de su candidato fue muy mejorable y que se percibió de forma clara una falta de preparación. Tampoco dejó buen sabor de boca el papel de Campo Vidal, al que desde Génova acusaron de permitir los ataques de Sánchez a Rajoy y que saltaran por los aires los bloques temáticos acordados. Aunque lo vieron 9.687.000 espectadores y obtuvo una cuota de pantalla del 48,6%, es difícil que se repita. En el PP y en Moncloa se opta ahora por un debate a cuatro o incluso uno a siete.
La exigencia de que se celebre en territorio que el PP define como neutral indica que es muy probable que se acabe haciendo en TVE, que invitó formalmente a los candidatos a acogerlo y que ha ofrecido realizarlo con los profesionales de sus servicios informativos. La cadena pública también está dispuesta a emitir otro entre los siete candidatos de los partidos con representación parlamentaria. Éste es el único que, por el momento, tiene fecha: el 13 de junio.
No sólo TVE ha ofrecido realizarlo. Los candidatos también cuentan con el ofrecimiento de Atresmedia y Mediaset, así como de los diarios El País y ABC. Las cadenas de Atresmedia han planteado como fecha el 14 de junio para acoger de nuevo la discusión a cuatro como el que organizó en la anterior campaña y al que no se presentó Rajoy. También con el de la asociación Demos, que organizó el que tuvo lugar en la Universidad Carlos III entre Pablo Iglesias y Albert Rivera y en la que el papel de moderador recayó en el periodista Carlos Alsina, de Onda Cero. En esta ocasión, Pedro Sánchez ha aceptado la invitación, aunque está condicionada a que participe también Rajoy.
Los responsables de la asociación han recogido 60.000 firmas para pedir a Rajoy que acuda esta vez. El hashtag que resume el lema de la petición es #EsperandoaRajoy. Los miles de solicitudes se entregaron el pasado miércoles en la sede del PP al máximo responsable de campaña. Todo lo que consiguieron de Moragas fue la promesa de “estudiar con cariño la petición” y el compromiso de responder en firme en una semana. Según Jorge Rubio, secretario de relaciones exteriores de Demos, el encuentro con el jefe de gabinete del presidente fue “amistoso”, pero arrancar la promesa de recibir una respuesta en pocos días sólo se produjo “después de un tira y afloja”.
El presidente en funciones no se presentó al debate a cuatro en Atresmedia y envió como sustituta a Soraya Sáenz de Santamaría, lo que le acarreó críticas del resto de candidatos por esconderse tras su número dos. Esta vez no se repetirá ya que en el PP consideran que el argumento de debatir sólo con los partidos con representación parlamentaria ya no es válido después del 20D. Además, desde la dirección del PP se ha señalado que el PSOE se presenta como “segundón” al 26J ya que puede verse superado en número de votos por la suma de Podemos, Izquierda Unida y Equo.
El entusiasmo del candidato a revalidar su puesto al frente de La Moncloa ante este tipo de citas es muy poco, según reconoció él mismo durante una entrevista en la SER. Rajoy reconoció que este tipo de discusiones no le atraen especialmente porque, recordó, conllevan una preparación. “Los debates electorales a nadie le apetecen y no son algo cómodos”, admitió hace dos semanas a Pepa Bueno.