Rajoy convoca la sesión constitutiva del Parlament el 17 de enero

Mariano Rajoy ha convocado para el próximo 17 de enero la sesión constitutiva del Parlament de Catalunya. El presidente del Gobierno, como presidente de la Generalitat en funciones, tenía 20 días para convocar esta sesión, en la que además de estrenarse una nueva Cámara legislativa, se elegirá al presidente o presidenta y a su Mesa.

Con este acto se da por iniciada la legislatura y, por tanto, comienza a correr el contador para que se celebre la primera sesión de investidura. Desde el 17 de enero, hay 10 días hábiles para convocarla, según la ley de presidencia. Con estos tiempos, el plazo máximo para esa primera votación acabaría el 31 de enero. Si no hubiera mayoría absoluta, dos días se celebraría una segunda, a la que el candidato le valdría una mayoría simple para ser investido.  

Preguntado por si estará dispuesto a hablar con el próximo presidente de la Generalitat, sea quien sea, Rajoy ha respondido que por el momento no se sabe qué va a pasar ni quiénes serán “los candidatos que decidirán los partidos que tienen posibilidades”. El presidente del Gobierno ha apuntado, además que sería “absurdo” que Puigdemont fuera investido presidente. Y “mucho más absurdo”, ha dicho, intentar ejercer la presidencia. “Imagínese que yo estuviera en Lisboa”, ha ironizado, apelando a “actuar con sensatez y sentido común”.

Si esta primera sesión de investidura fracasa, el presidente del Parlament tiene dos meses para proponer a un nuevo candidato. Y si para esa fecha Catalunya no tiene president, el Parlament queda disuelto automáticamente y la pelota volvería al tejado de Rajoy.

El presidente del Gobierno tendría entonces la obligación de volver a convocar elecciones, que deberían producirse entre 40 y 60 días después de la disolución de la Cámara. Contando con que se hubieran agotado todos los plazos anteriores, la repetición electoral podría celebrarse entre el 15 de mayo y el 4 de junio. En Catalunya nunca ha ocurrido una repetición electoral, pero en la última legislatura se extinguieron todos los plazos para la investidura y se invistió a Puigdemont a pocas horas de que el Parlament quedase disuelto automáticamente.