El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, encara hoy su primer debate sobre el estado de la nación al frente del Ejecutivo, una cita ensombrecida por los casos de corrupción política aunque todos los partidos expresen su voluntad de abordar, antes que nada, la necesaria salida de la crisis.
El Congreso de los Diputados acoge desde el mediodía este debate, que se abre con la intervención de Rajoy y continuará por la tarde con el esperado “cara a cara” entre el presidente y el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Rajoy tiene tiempo ilimitado para su discurso, en el que, según adelantó ayer el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, demostrará su iniciativa política con medidas encaminadas a retomar el crecimiento y la creación de empleo, tras un primer año de ajustes “dolorosos” pero “necesarios”.
Consciente de que la corrupción política puede copar buena parte del debate, Rajoy se presentará, según fuentes del Gobierno, como el máximo interesado en ponerle coto y por eso anunciará medidas concretas para acabar con este problema.
Y entre las medidas económicas se espera que Rajoy anuncie un paquete destinado a las pymes, por considerarlas el motor que necesita el país para salir de la crisis.
Alfredo Pérez Rubalcaba también se estrena en el debate, en su caso como jefe de la oposición, y tratará de demostrar que Rajoy se ha quedado sin autonomía política y sin capacidad de gestión para hacer frente a las graves crisis que atraviesa España: la económica, la política, la social y la territorial.
La idea de Rubalcaba es analizar cada una de ellas y dar sus correspondientes respuestas para crear empleo, para perfeccionar la democracia, para luchar contra la corrupción y para mejorar la convivencia política, social y territorial en España, según fuentes socialistas.
La portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, aseguró ayer que su partido no quiere que el debate sea un monográfico “sobre la corrupción del PP”, y esperan que sirva también para demostrar que, tras catorce meses de Gobierno del PP, todo está peor.
En la primera sesión del debate se espera que intervengan, además de Rubalcaba, los portavoces de CiU, la Izquierda Plural y UPyD, mientras que habrá que esperar a la segunda jornada para completar el debate con el PNV y los partidos del Grupo Mixto.
El presidente del Congreso, Jesús Posada, dijo ayer que espera que el de hoy sea un “debate de categoría, a nivel de las expectativas que existen”, y que “transcurra con cortesía” por parte de todos.
Hay en cualquier caso máxima expectación para esta cita en la que se ha colado otro debate: la comparecencia obligatoria de Rajoy para informar de la última cumbre europea; de ahí que haya aumentado el tiempo de intervención de los portavoces parlamentarios, de 30 a 35 minutos, más diez de réplica.
Tras estos dos días de debate los grupos parlamentarios tendrán de plazo hasta el viernes para presentar sus propuestas de resolución, quince por grupo. El plazo de presentación de enmiendas a esas iniciativas acaba el lunes 25 por la tarde.
El pleno del Congreso debatirá las propuestas de resolución derivadas de este debate el martes 26.
Con motivo de esta cita, efectivos de la Policía Nacional comenzaron ya ayer a reforzar la seguridad en las inmediaciones del Congreso y es previsible que se corte la Carrera de San Jerónimo mientras dure el debate, al igual que se ha hecho en otras ocasiones.
Tal y como ocurre desde hace meses, continúan custodiando las calles adyacentes varios vehículos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos antidisturbios, mientras decenas de vallas están almacenadas por si es necesario cortar el tráfico para proteger el Congreso o reforzar la seguridad.
Entretanto, el debate más importante del curso parlamentario quedará algo deslucido por las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.