El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha admitido este miércoles que le ha “dolido mucho” la decisión del Ayuntamiento de Pontevedra de declararle 'persona non grata'. “Es que ni a Hitler ni a Stalin les declararon persona non grata en Pontevedra, soy el único en la historia de la ciudad”, ha dicho.
En una entrevista en Antena 3, ha asegurado que la decisión municipal le ha dolido más que el puñetazo que le propinó un joven, también en Pontevedra, durante la campaña electoral, porque eso fue “una persona aislada” y esto una decisión de una corporación.
Rajoy ha explicado que fue una iniciativa del PSOE y de las Mareas, “los colegas de Podemos” y ha añadido que de ellos se lo esperaba, pero no del alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores, del BNG. Es más, ha dejado ver cierto respeto por el político nacionalista, que ganó las elecciones municipales en una ciudad donde el PP ganó después en generales. También ha revelado que Fernández Lores le envió una carta cuando fue agredido en la ciudad y que él le respondió agradeciéndolo.
Por eso le ha sorprendido su actitud en este asunto. “No debió hacerlo, no se lo reprocho porque probablemente desde el punto de vista político era muy complicado para él pero no debió hacerlo porque no gana nada con eso”, ha añadido Rajoy.
En cuanto a la actitud de los concejales socialistas, ha opinado que lo habrán hecho por iniciativa propia y sin consultar a la dirección federal del partido. “Si alguien llama al PP a decir que quieren declarar a (José Luis Rodríguez) Zapatero persona non grata en León les digo que están locos”, ha afirmado.
Al presidente del PP le ha “fastidiado realmente” la decisión y ha dicho que ha “fastidiado” también a su familia, porque Pontevedra es una ciudad donde ha vivido, donde se ha casado y donde tiene amigos. “A veces se cree que los que nos dedicamos a la política no tenemos sentimientos pero somos seres humanos”, ha remarcado.
El alcalde de Pontevedra ha justificado la decisión del consistorio en el hecho de que el Gobierno en funciones ha renovado por otros 60 años la concesión a “la celulosa”, la fábrica que ENCE tiene instalada en la ría, a pesar de que inicialmente estaba previsto que cambiase de ubicación en 2018.