Rajoy ha conseguido volver de las vacaciones sin mover ficha pero tiene sobre su mesa el diseño de la agenda de cambios que quiere adoptar en el partido de cara a la segunda mitad de legislatura. Según fuentes del PP, Rajoy ha comunicado a Cospedal su intención de realizar los cambios en febrero de 2014. El líder del PP apartará a Arenas y González Pons del partido y baraja sacar a Arias Cañete del Ejecutivo para encargarle la responsabilidad de encabezar al PP en Andalucía.
La salida de Arenas se daba por segura este verano pero Rajoy ha querido mantenerle unos meses más para evitar que su cese sea considerado una declaración de culpabilidad relacionada con los sobresueldos denunciados por Luis Bárcenas.
Según fuentes cercanas a María Dolores de Cospedal, también caería Esteban González Pons. Su perfil, cada vez más desdibujado, nunca se ha adaptado al de un Rajoy con el que mantiene una relación aparentemente buena pero que nunca ha redundado en una auténtica confianza.
La novedad en Génova 13 será la llegada de Jaime Pérez Renovales. Licenciado en Derecho y Empresariales, este vallisoletano de de 45 años es hombre de confianza de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y mantiene buenas relaciones con la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Su labor será mejorar la criticada falta de coordinación entre el Ejecutivo y el partido, y suplir como coordinador general del PP los huecos que deja Cospedal para atender sus responsabilidades en la presidencia de Castilla La Mancha.
Uno de las planes más sorprendentes de Rajoy tiene relación directa con Miguel Arias Cañete. Todos daban por seguro que se le encargaría la candidatura a las elecciones europeas pero, según las fuentes consultadas, ahora Rajoy valora la posibilidad de encargarle el control del partido en Andalucía y encabezar una candidatura electoral ante un eventual adelanto de los comicios por la nueva presdienta de la Junta, Susana Díaz.
Cañete se ha resistido en los últimos meses a su candidatura europea, reclamando para sí el puesto de comisario que debería dejar libre el socialista Joaquín Almunia. Su salida del Gobierno podría ser para Rajoy la excusa perfecta para remodelar el Ejecutivo sin que se interprete que esos cambios guardan relación con lo que Bárcenas dice en sus papeles y lo que las encuestas señalan en sus gráficos.