El Gobierno del Reino Unido anunció hoy que prohibirá las terapias de reorientación sexual como parte de un nuevo plan de acción para una sociedad más incluyente con el colectivo LGTB.
El Ejecutivo de la conservadora Theresa May ha puesto en marcha una iniciativa en defensa de los derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales que cuenta con un presupuesto de 4,5 millones de libras (5 millones de euros/5,8 millones de dólares).
Más de 108.000 personas LGTB participaron en una encuesta gubernamental para elaborar el programa, de los que un 2 % reconoció haber asistido a terapias de conversión sexual y un 5 % afirmó que se las habían ofrecido.
“Consideraremos todas las opciones legislativas y no legislativas para prohibir promover u ofrecer terapias de conversión”, reza el plan de acción divulgado por el Gobierno.
Además, dos de cada tres encuestados indicaron que evitan dar la mano en público a su pareja del mismo sexo por miedo a una mala reacción, mientras que un 23 % señaló que sus compañeros de trabajo habían respondido de forma negativa al conocer su homosexualidad.
La jefa del Ejecutivo británico declaró que el Reino Unido “puede sentirse orgulloso de ser un líder mundial” en lo que a derechos LGTB se refiere, aunque subrayó que el resultado del sondeo le ha permitido ver cuáles son las áreas en las que puede mejorar la vida de este colectivo.
“Me quedé impactada por la cantidad de respuestas que decían que no podían ser abiertos con su orientación sexual”, aseguró.
“Nadie nunca debería tener que esconder quién es o a quién ama”, afirmó May, antes de recalcar que el plan del Gobierno supone “pasos concretos” para conseguir un cambio “real y duradero” en la sociedad.