El reparto de sedes para descentralizar el Estado enfrenta a los alcaldes con el Gobierno a medio año de las municipales
El lunes de la semana pasada una familia de Granada se intercambiaba el móvil con una noticia en la pantalla. La elección de A Coruña como sede de la Agencia de Inteligencia Artificial robaba unos minutos al fútbol durante la sobremesa de una comida de cumpleaños: “Es para cabrearse, Granada estaba muy preparada y son muchos puestos de trabajo”. La sorpresa popular es coherente con la institucional en una ciudad que partía como la gran favorita para llevarse ese trofeo y que ha encabezado un murmullo de indignación entre las damnificadas por esta incipiente política de descentralización estatal a escasos meses de las elecciones municipales.
En el Consejo de Ministros del pasado 5 de diciembre, el Gobierno dio a conocer los resultados: Sevilla albergará la futura Agencia Espacial Española (AEE) y A Coruña, la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA). La primera, redundará en 360 millones de euros y 5.860 puestos de trabajo, directos, indirectos e inducidos, según las estimaciones de la propia candidatura. La segunda forma parte de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial que ha impulsado el Ejecutivo y que cuenta con una inversión de 5 millones de euros.
La entrega de estos centros de nueva creación a ciudades de diferentes puntos de España, en detrimento de la capital y sus alrededores, forma parte de una estrategia del Ministerio de Política Territorial, que dirige Isabel Rodríguez, para descentralizar el Estado. Sin embargo, la designación final y el momento para hacerlo han provocado una suerte de terremoto municipal para el Gobierno en el que ciudades como Granada, con un alcalde del PSOE, pero también Teruel, Gran Canaria o León, han rechazado el proceso. Algunas han amagado incluso con recurrir la decisión final.
El alcalde de Granada, el socialista Francisco Cuenca, dijo tras conocer la decisión que estaba “entre destrozado y mosqueado”. “Estamos decepcionados. Vamos a levantarnos y vamos a seguir convencidos de lo mucho que hemos avanzado”, advirtió, antes de anunciar que pedirían detalles de los criterios técnicos que llevaron al Gobierno a optar por A Coruña y no por la ciudad andaluza para ubicar la AESIA.
Según la información proporcionada por Política Territorial, las sedes candidatas debían contar “con un fuerte ecosistema empresarial y de investigación sobre inteligencia artificial”, además de estar “preparadas para generar y recibir talento técnico multidisciplinar, con conocimientos tanto en las nuevas tecnologías, los diferentes sistemas de IA [inteligencia artificial] y sus modelos de supervisión”.
Rodríguez destacó los ecosistemas relacionados con la inteligencia artificial en la universidad coruñesa, tanto en formación como en investigación, y en la empresa y la economía, con “dos hubs de innovación digital que generan un 10% del empleo gallego”. A favor de la candidatura jugó el “amplio número” de empresas del sector que la han apoyado, añadió, y también el respaldo de la comunidad autónoma.
El BOE se extiende en detalles técnicos sobre la elección de A Coruña y hace una revisión individualizada de las mejores candidaturas: además de revisar las características técnicas sobre el ecosistema empresarial y de investigación sobre inteligencia artificial, evalúa variables como el nivel de despoblación de la zona o su situación económica.
Granada se plantea recurrir
Sin embargo, al alcalde de Granada las explicaciones le parecen insuficientes: “En el momento en el que se decide descentralizar las instituciones hay que atender criterios técnicos y de justicia y, por tanto, no nos vamos a callar”. Si encuentran algún aspecto que no les convenza, sostienen desde el Consistorio, valoran impugnar la decisión. Una de las razones que engordaban la candidatura de Granada era su universidad, la UGR, que lleva más de tres décadas desarrollando cátedras y cursos relacionados con la inteligencia artificial y que cuenta con varios egresados que son referentes científicos en este ámbito.
El enfado del alcalde tiene seguramente algo que ver con el orgullo granadino pero sobre todo con que ha perdido dos de los grandes apoyos para la campaña electoral con la que espera reeditar su mandato. En septiembre, la Unión Europea dejó a Granada fuera de las ayudas comunitarias para renaturalizar el río Genil a su paso por la ciudad. Consciente del tradicional carácter conservador de la ciudad, Cuenca tenía en la AESIA un argumento para fortalecerse de cara a sus votantes al que ahora no podrá recurrir.
La candidatura de Granada era objetivamente buena. Así lo reconoce el informe del Ministerio, que consideró que tanto esa como la de A Coruña y la de Alicante eran de “excelencia”, frente a otras como Barcelona, Gijón, Guadalajara, Jerez de la Frontera, Leganés, Onda (Castellón), Ourense, Palma, Salamanca, Sant Cugat del Vallès, Tenerife, Segovia, y Zaragoza. Tiene sentido que, dado que la agencia espacial se construirá en Sevilla, siguiendo esos mismos criterios de descentralización el Gobierno haya optado por trasladarla a la ciudad norteña, que también obtuvo una óptima puntuación en los baremos.
“Decisión política”
Algunos alcaldes han orientado su enfado a que las dos ciudades elegidas como sedes están gobernadas por el PSOE. El alcalde de Orense, Gonzalo Pérez Jácome, ha acusado al Gobierno de imponer este sesgo, a pesar de que el análisis de criterios observaba defectos de forma en su candidatura, así como deméritos en cuanto a infraestructuras como la existencia de un aeropuerto a menos de una hora de distancia.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, del PP, ha tenido dificultades para sortear las críticas que desde su propio partido ha generado en Madrid o Murcia la decisión del Ejecutivo, que al fin y al cabo beneficia a su región. “Las maneras de expresar el disgusto o desacuerdo sobre una resolución es ya cosa de cada uno”, ha opinado.
Uno de los más airados ha sido el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que ha considerado que la designación de Sevilla como sede de la futura AEE es una “decisión política”. “Es cuanto menos curioso que hayan decidido albergar tanto la sede de la Agencia Espacial como la sede de la Agencia de Inteligencia Artificial en dos comunidades que no se enfrentan a unas elecciones en mayo y en las dos ciudades más pobladas de esas autonomías, precisamente gobernadas por el PSOE”, dijo López Miras, quien optará a revalidar su mandato en las autonómicas del próximo mayo.
Su región había postulado a la ciudad costera de San Javier para albergar la agencia espacial. Allí es alcalde el secretario general del PP en esta comunidad autónoma, José Miguel Luengo. “Va a ser difícil justificar que no se lo den a San Javier. Confío en que venga la AEE aquí. Cumplimos de sobra con los requisitos”, señalaba antes de conocer el resultado. La portavoz del Gobierno regional, Valle Miguélez, había estimado que una decisión así crearía más de 260 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y un impacto económico de más de 9 millones de euros anuales.
El análisis de Política Territorial sobre las 21 candidaturas para la agencia espacial colocaba a dos por encima del resto: Sevilla y Elche. De Sevilla destacaba una “excelente sede”, una buena “red de conexiones internacionales áreas” y terrestres, un “importante entorno de investigación y empresarial en el área aeroespacial”, así como el “necesario entorno socioeconómico y educativo”. Además, exponía, tenía el apoyo de la Junta de Andalucía. Elche también contaba con una excelente sede, buenas comunicaciones y aunque existía “presencia del sector espacial”, contaba con un “número limitado de empresas”.
El documento exponía que la candidatura de San Javier, por ejemplo, tenía “viabilidad técnica”, pero señalaba algunos defectos: necesita obras de adecuación importantes, las conexiones internacionales del aeropuerto de Murcia no son adecuadas y la presencia de actividad espacial es escasa. Las quejas de López Miras han contrastado además con las palabras de otro barón andaluz, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que calificó la elección de Sevilla como una “estupenda noticia”. El presidente del partido de ambos, Alberto Núñez Feijóo, consiguió cuadrar el círculo felicitándose por el éxito gallego al tiempo que exigió al Gobierno que explicara qué criterios marcaron una decisión que también califica como política.
Descentralización o despoblación
El traslado o creación de sedes en territorios alejados de la capital forma parte del compromiso del Gobierno de descentralizar el Estado, aunque parte de las críticas de los diferentes alcaldes o dirigentes institucionales ha venido precisamente por ese lado. El Gobierno de Aragón, un tripartito formado por PSOE, Podemos, Chunta Aragonesista y el Partido Aragónes y presidido por el socialista Javier Lambán, ha anunciado que va a recurrir la decisión del Consejo de Ministros. El Ejecutivo regional ya había recurrido la orden ministerial que regulaba los criterios para elegir la sede para la agencia espacial, al entender que discriminaba de facto a Teruel, pero el resultado de la designación y las razones expuestas por el ministerio han soliviantado a los dirigentes aragoneses.
“En vez de solucionar el endémico problema de infraestructuras de Teruel, común a muchas otras zonas de la 'España vaciada', el Gobierno central ha hecho de él una barrera para evitar que lleguen nuevas oportunidades”, lamentó el director general de Investigación del Gobierno de Aragón, Ramón Guirado tras conocer la decisión. Uno de los puntos que más enfadó en la región es el hecho de que en la candidatura de Sevilla se haya valorado la despoblación, toda vez que Teruel ha perdido la mitad de su población en un siglo, tan solo cuenta con 35.000 habitantes y su provincia no llega a los 150.000.
En Huelva también hay un profundo malestar en este sentido –no solo contra el Gobierno central, también hacia la Junta que se decantó por Sevilla–, porque consideran que el territorio necesita un impulso mayor que Sevilla, una capital autonómica con multitud de conexiones con la capital.
Huelva, de hecho, es la única capital de provincia de toda Andalucía que no es sede de ningún organismo oficial, penalizada además, reclaman, por una falta de infraestructuras y conexiones que es una denuncia histórica allí. El alcalde, Gabriel Cruz, del PSOE, ha puesto voz a esta decepción, aunque ha aprovechado para cargar las tintas también contra el Gobierno andaluz, ya que considera que en la derrota de la candidatura ha pesado mucho que no contó con el apoyo de la Junta de Andalucía.
El problema es que en este caso, el de la Agencia Espacial, el Gobierno no solo buscaba descentralizar sino también una sede con capacidades ya dadas para albergar la institución, como el mencionado edificio y, por ejemplo, conexiones internacionales mínimas en sus aeropuertos particularmente importantes al tratarse de un sector en contacto permanente con responsables, investigadores y empresarios de otros países.
La evaluación de idoneidad también buscaba que en la zona hubiese cierta experiencia en el sector, tanto a nivel de investigación como de empresa. Es una de las razones que sacaron a León de la carrera, una ciudad que a pesar de contar con “un excelente estudio de impacto económico y el apoyo prioritario de su comunidad autónoma” carecía de esta “presencia relevante del sector espacial”. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, consideró que Pedro Sánchez los estaba castigando: “El Gobierno de España convocó, marcó los criterios y finalmente ha decidido en contra de los intereses de nuestra Comunidad. Éste es el compromiso del Gobierno Sánchez contra la despoblación”.
Ocurre exactamente al revés con la ciudad madrileña de Tres Cantos, que aspiraba a albergar la AEE. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha denunciado también una “traición” de Sánchez a Madrid al no haber elegido a la región que concentra “el 95% del sector espacial de toda España”. De ese porcentaje, especificó el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo regional, Enrique Ossorio, “el 70% se sitúa en Tres Cantos”.
A su juicio, en la elección de A Coruña y Sevilla no ha habido “equidad” ni “transparencia”, y se ha dado así “un paso más” para “descapitalizar Madrid, sin el más mínimo respeto ni decoro institucional”. En el caso de la AEE, la candidatura tricantina esgrimía además la cercanía de organismos como el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, en Torrejón de Ardoz, y la Estación de Seguimiento Espacial de la NASA en Robledo de Chavela, así como una intensa conectividad de área y terrestre al estar ubicada a escasos kilómetros de Madrid.
Todos esos argumentos están recogidos en la evaluación del Gobierno, que destacaba una “gran presencia del sector espacial tanto desde el punto de vista empresarial como de investigación”. Sin embargo, a pesar de que la candidatura ofrecía suelo para la construcción de la sede –Sevilla y Elche ofrecían la sede ya construida–, y mientras tanto espacios para albergarla temporalmente, no aportaban el dinero para costear esos alquileres ni la construcción del edificio que albergaría la institución de forma permanente.
El Gobierno central contaba con rentabilizar la buena imagen fuera de Madrid de una medida como esta en un país con una extraordinaria concentración de sus administraciones nacionales alrededor de la capital, pero se ha topado en el camino con la resistencia de un grupo de alcaldes –algunos con más razones que otros– que esperaban poder espolear sus campañas electorales con la lluvia de dinero y empleo que traerán estas instituciones a Sevilla y A Coruña.
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