Los vetos, las líneas rojas y las preferencias de cada partido hacen complicado, por el momento, la formación de un gobierno un mes después de las elecciones del 28A. También los números. El PSOE quiere gobernar en solitario, con el apoyo de Unidas Podemos, pero evitando a los independentistas catalanes. La suma no alcanza para una mayoría absoluta, pero, además, la formación que lidera Pablo Iglesias reclama formar parte del ejecutivo. Ciudadanos, que en 2016 apoyó la investidura fallida de Pedro Sánchez, veta al socialista ahora que sus diputados superan los 176 necesarios para la presidencia, pero también evita a toda costa la foto con Vox. En la práctica, imposibilitaría también una hipotética suma de derechas. Con este panorama, ¿despejaría el tablero político una repetición electoral como la de la pasada legislatura?
Siete politólogos y expertos de diferentes universidades y asociaciones españolas valoran para eldiario.es qué ocurriría en el escenario vacío de una hipotética repetición electoral. Hay tendencias comunes, como el desplome de Podemos y Ciudadanos y el aumento del PP; algunas discrepancias, como el beneficio para el PSOE; y la duda común sobre un cambio en el equilibrio de fuerzas derecha-izquierda.
La clave estaría, en todo caso, en la causa de esas nuevas elecciones. “Si se convocan porque todo el mundo vota contra Sánchez en la investidura, el PSOE saldría claramente reforzado. Cuando se imposibilita la formación de un gobierno, la gente lo castiga”, explica la profesora de Ciencia Política de la UNED Carmen Lumbierres. En 2016, el PP salió reforzado de la repetición electoral, subiendo de 123 a 137 escaños, pese a que Mariano Rajoy ni siquiera se había presentado a la investidura siendo el candidato del partido más votado en 2015.
En cualquier caso, esta visión tiene una doble lectura. “Es el PSOE quien tiene el peso de la negociación y la responsabilidad de formar gobierno”, señala el director del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político (CIGMAP) y decano de la facultad de comunicación de la Universidad Camilo José Cela, Jorge Santiago Barnés. Una idea en la que incide el director del departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Complutense, Jaime Ferri: “Habría que ver cómo se posicionan otros partidos, pero (una repetición electoral) sería un fracaso para Sánchez, que es quien ahora mismo tiene mayores posibilidades y tiene que pactar”. “Perdería Sánchez y, en función de eso, ganarían otros”, sentencia, aunque ve “improbable” este escenario de repetición electoral.
“La tendencia es concentrar el voto en los dos principales partidos”, explica el politólogo y profesor de la UC3M Pablo Simón. En este caso, unas nuevas elecciones beneficiarían al PSOE, que ya va por delante y podría verse favorecido por el sistema electoral, que premia al primero, y al PP, que recuperaría parte de los 3,5 millones de votos que perdió de 2016 a 2019. En la misma línea, Lumbierres indica que los 'populares' podrían obtener un resultado más cercano al de las municipales de mayo (con el 23,86% de los votos) que al de las generales de abril (16,83%). En cualquier escenario, un cambio en los resultados del PP afectaría también a Ciudadanos y Vox, y viceversa. “Los bloques ideológicos en este país están claros y se mueven en torno al 48-51%”, desarrolla la experta.
La izquierda no movilizaría como el 28A
La doctora en comunicación política y miembro del consejo directivo de la Asociación de Comunicación Política Miljana Micovic apuesta también por el crecimiento del grupo popular. El PP podría utilizar el escrutinio del 28A para escenificar que la división de la derecha facilitó el triunfo de Sánchez y apelar con ese argumento al voto útil para crecer, sobre todo, a costa de Ciudadanos. Para esta experta, el partido que lidera Albert Rivera sufriría por ambos costados. “Como son un partido de centro, habrá votantes más progresistas que volverían a votar a los socialistas y otra parte, que viene de la derecha, que volvería a votar al PP al ver que están hablando de posibles pactos con el PSOE en algunos municipios y comunidades”, explica. Para ella, Vox podría mantener a su electorado: “No está teniendo un papel marginal, está reclamando pactar y tener su sitio en las negociaciones. Eso a su votante no le decepciona”, razona.
El PSOE mejoraría resultados, pero la gran beneficiada sería la suma de la derecha, según la hipótesis de Micovic. ¿El motivo? La abstención. “El gran problema de una repetición electoral sería la desmovilización. La gente no saldría tanto a votar, porque estarían decepcionados con la incapacidad de sus líderes para llegar a acuerdos”, desarrolla. En este nuevo escenario, considera que la izquierda no sería capaz de movilizar como lo hizo hace un mes. “Si tú haces elecciones y no se traducen en un resultado tangible, hay un electorado medio que dice: ya me avisaréis. La participación aumenta cuando el votante considera que la elección puede ser decisiva”, añade el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona Pere Vilanova. El dato de abstención del 28A, un 24,25%, es el más bajo de este siglo. De 2015 a 2016, la participación cayó más de tres puntos, del 73,2 al 69,84%.
“Sería (una repetición electoral) el peor escenario de todos, cuando existen diferentes opciones”, añade Santiago. PSOE, Unidas Podemos y los nacionalistas o PSOE y Ciudadanos. “El mensaje sería que la clase política es incapaz de hablar” cuando “España ha dicho que no quiere un gobierno mayoritario, sino uno con contrapesos y un control por parte de otros partidos”, desarrolla.
“La situación va a ser inamovible”
¿Supondría una repetición electoral un cambio en el equilibrio de fuerzas izquierda-derecha? “Es irrelevante porque si funcionase ese cálculo ya se habría aplicado (antes de llegar a una repetición electoral)”, explica Vilanova. Para él, el PSOE saldría “premiado electoralmente”, pero no se atreve a vaticinar “en qué se traduciría eso”. Porque las opciones son una situación similar a la actual o que la derecha sume más. “A estas alturas, pensar que se va a seducir a un electorado, como si no se hubiera hecho ya... la gente no es totalmente idiota. Este país ya ha pedido un gobierno en el centro, con matices, donde se pueda sentir cómodo un votante de centro-izquierda y de centro-derecha”, destaca. De hecho, la suma de PSOE y Ciudadanos si lograría la mayoría absoluta. Y la alianza no sería nueva: ya se dio en 2016, cuando solo sumaban 130 escaños. Rivera ha insistido en una entrevista en Antena 3 en que el PSOE “ya tiene socios para gobernar”, en relación a Unidas Podemos y los nacionalistas, por lo que ha descartado una repetición electoral.
“Saber si sumarían es difícil (la izquierda o la derecha), son solo conjeturas”, señala Simón. “Yo creo que no ha pasado nada para que ese cambio que han marcado los españoles vuelva a cambiar”, indica Santiago. Para Lumbierres, la visualización es que la izquierda no sumaría: “O se consigue una fuerza transversal capaz de moverse con unos y con otros o la situación va a ser inamovible”. La fuerza transversal, a su juicio, serían apuestas como las de Íñigo Errejón y Más Madrid, o Manuel Valls, que ha ignorado el camino marcado por Ciudadanos ofreciendo su apoyo a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. “Distendería mucho más las posiciones tan dogmáticas, pero siguen siendo minoritarios y, de hecho, están fuera de sus partidos”, lamenta la experta.
El descalabro de Unidas Podemos en una repetición electoral es algo en lo que coinciden todos los expertos consultados. “Ni a Unidas Podemos ni a Vox les interesan nuevas elecciones” y plantearlas es, explica Simón, “un farol desde una perspectiva de estrategia electoral”. En 2016 la coalición de Podemos e Izquierda Unida liderada por Pablo Iglesias mantuvo los 71 diputados de 2015, pero por el camino se dejó más de un millón de votos. En 2015, Podemos había conseguido 5,2 millones de apoyos e IU, 900.000 votos. En 2016 superaban por poco los cinco millones. En estos comicios solo han revalidado 42 diputados. El batacazo en las autonómicas ha sido notable y ha forzado a la dirección del partido a realizar cambios en la cúpula. Unas nuevas elecciones generales, indica Lumbierres, dejarían un resultado más próximo al de las municipales y autonómicas que al de las generales. En el caso de Vox, en apenas un mes ha perdido la mitad de apoyos.
“En términos absolutos, un adelanto electoral es mejor para Sánchez, pero en términos relativos este país no puede seguir así. Ir a unas nuevas elecciones en un plazo de dos o tres meses sería un fracaso y quemaría mucho al sistema y a los ciudadanos. Puede que también tenga un coste para los partidos”, defiende la directora de la Escuela de Gobierno de la UCM, Paloma Román, para quien España está “en una situación de elecciones críticas que suponen el fin o el inicio de algo”. “Vamos a una situación desconocida”.