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El rey alerta de la “erosión de las instituciones” pero evita mencionar al Constitucional en su discurso de Navidad

Iñigo Aduriz

24 de diciembre de 2022 21:12 h

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El rey Felipe VI ha utilizado este sábado su tradicional mensaje de Navidad para alertar de la “erosión de las instituciones” en España. El monarca ha pronunciado esas palabras en la misma semana en la que el sector conservador del Tribunal Constitucional con el mandato caducado adoptó una decisión sin precedentes, coartando la tramitación parlamentaria de la reforma legal que busca su renovación. En su discurso, el jefe del Estado ha evitado mencionar de forma directa ese ataque del Constitucional al Parlamento, pero indirectamente sí ha reclamado a las instituciones y, por tanto, también al tribunal de garantías, que sean “un ejemplo de integridad y rectitud”.

Durante los 11 minutos y 38 segundos de mensaje y, por tercer año consecutivo, Felipe VI tampoco ha mencionado a su padre, Juan Carlos I, que se marchó a los Emiratos Árabes Unidos en 2020 a raíz de los escándalos judiciales por su supuesto enriquecimiento ilícito y sus regularizaciones millonarias en Hacienda. El emérito vio archivadas todas sus causas en España porque la Fiscalía consideró que los delitos imputados habían prescrito o se cometieron mientras era rey y, por tanto, se beneficiaba de la inviolabilidad constitucional que consagra su inmunidad –recientemente, también se le reconoció esa inmunidad en la causa que tenía pendiente en el Reino Unido–. En los últimos dos años y medio Juan Carlos I tan solo ha regresado en una ocasión al país en el que reinó. Fue el pasado mayo, para participar en una regata de lujo en Sanxenxo (Pontevedra). También se vio con su hijo en el Palacio de la Zarzuela, pero Felipe VI ha obviado esa visita y no ha hecho ninguna referencia a su predecesor en el cargo.

Para el actual rey, “las democracias en el mundo están expuestas a muchos riesgos que no son nuevos”, pero que “los sufren” también “hoy en día” y “adquieren una particular intensidad”. “Y España no es una excepción”, ha advertido. El jefe del Estado ha querido remarcar tres riesgos: la “división”, el “deterioro de la convivencia” y la “erosión de las instituciones”.

Tras la utilización partidista del sector conservador del Constitucional, pero también del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuya renovación lleva cuatro años bloqueada por el PP –que incumple así el mandato de la Carta Magna–, el rey ha realizado un llamamiento a “fortalecer” las instituciones y a cumplir con la Constitución. “Unas Instituciones sólidas que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos, y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos”. “Instituciones”, ha añadido, “que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud”.

“Todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones”, agregaba, en alusión a la “división”, el “deterioro de la convivencia” y la “erosión de las instituciones” mencionados con anterioridad, pero en lo que puede interpretarse también como una exigencia a quienes, como el PP, bloquean la renovación de instituciones como el CGPJ desde 2018.

Frente a la crispación y la polarización

Al final de un año marcado por la crispación política, Felipe VI ha considerado este sábado que “un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas”, además de “no generar confianza”. “La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece. En España lo sabemos por experiencia propia. Nuestra Constitución, fruto del diálogo y del entendimiento, representa la unión lograda entre los españoles, como apuesta de futuro, de diversidad y de concordia, para una joven democracia”, ha señalado.

Para el monarca, actualmente los “valores constitucionales están enraizados” en la sociedad y “son por ello la referencia” donde los españoles deben, en su opinión, “seguir encontrando la unión” que “asegura estabilidad, cohesión y progreso”. “Y que nos garantiza una convivencia que, como he destacado a menudo, es nuestro mayor patrimonio. Una convivencia que requiere en nuestra vida colectiva el reconocimiento en plenitud de nuestras libertades, junto al respeto y la consideración a las personas, a sus convicciones, y a su dignidad. Que necesita guiarse por la razón; que demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir. En esa tarea, necesitamos fortalecer nuestras Instituciones”, ha remachado.

El inicio del discurso de este sábado ha estado marcado por la invasión rusa de Ucrania, lo que ha convertido el 2022 en un año “complicado y difícil”, a juicio del jefe del Estado. “Cuando creíamos haber superado lo peor de la pandemia —sin duda, la mejor noticia— en el mes de febrero Rusia invadió Ucrania y, desde entonces, hemos sido testigos de diez meses de una guerra que ya ha causado un nivel de destrucción y ruina difíciles de imaginar en nuestra realidad cotidiana”, ha lamentado.

“Hemos vivido el sufrimiento del pueblo ucraniano y seguimos sintiendo, con una profunda tristeza, la pérdida de miles de vidas humanas. A los ucranianos refugiados en nuestro país y a todos sus compatriotas les enviamos, especialmente hoy, nuestro recuerdo y afecto. Estamos así, ante una nueva guerra en Europa, en las fronteras de algunos de nuestros socios europeos y aliados, y, por tanto, cerca de nosotros; y que no solo afecta a Ucrania, sino que tiene una trascendencia global”, ha añadido.

La inflación y la incertidumbre

Pese a su deber de neutralidad política, el rey sí se ha posicionado en su discurso a favor de la OTAN y de su estrategia frente a Rusia. “España, además de reforzar con nuestros aliados la capacidad de defensa colectiva, se ha unido a la inmensa mayoría de la comunidad internacional para apoyar a Ucrania; y para reafirmar su compromiso de que la soberanía, la integridad territorial y la independencia de los Estados son principios irrenunciables de un Orden Internacional basado en reglas y que siempre debe buscar la paz. En ese sentido, la cumbre de la OTAN que se celebró en España, en Madrid, sirvió para reforzar la unidad de todos los miembros de la Alianza, y también de la Unión Europea”, ha destacado.

A continuación, Felipe VI se ha centrado en las consecuencias económicas de la guerra y ha destacado que “a los efectos de la pandemia”, se ha sumado “una crisis energética con consecuencias graves en la industria, el comercio, el transporte y particularmente en las economías familiares”. “La subida de los precios, especialmente de los alimentos, provoca inseguridad en los hogares”, ha dicho, en alusión a la inflación que, según ha indicado, ha hecho a los españoles “tener que hacer frente a gestos cotidianos, como encender la calefacción o la luz o llenar el depósito de gasolina”.

Todo ello, ha señalado, “acaba siendo una fuente de preocupación e implica –en muchos casos– importantes sacrificios personales y familiares”. “Porque, en efecto, hay familias que no pueden afrontar esta situación de una manera prolongada y necesitan el apoyo continuo de los poderes públicos para paliar sus efectos económicos y sociales”, ha incidido. “Todo el nuevo escenario que vivimos –la guerra, la situación económica y social, la inestabilidad y las tensiones en las relaciones internacionales– está causando en nuestra sociedad, lógicamente, una gran preocupación e incertidumbre. No podemos ignorar la seriedad de estos problemas, pero tampoco podemos renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar”, ha concluido.

Tratando de lanzar un mensaje optimista, Felipe VI ha pedido tener “confianza” en la ciudadanía española “como Nación”, un aspecto avalado, según él, por “la transformación y modernización de España de las últimas cuatro décadas, gracias al éxito” de la “transición a la democracia” y la aprobación de la Constitución. “Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder –no sin dificultades ni sacrificios– a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos años. Además de creer en nosotros mismos, en nuestra capacidad, necesitamos –siempre, pero más aún en tiempos difíciles– el mayor compromiso de todos con nuestra democracia y con Europa, con la Unión Europea, que son las dos columnas vertebrales sobre las que se asientan nuestro presente y nuestro futuro”, ha recalcado.

Como cada año, en el mensaje de este 2022 el rey ha vuelto a apelar al “espíritu” de la Constitución, a “sus principios y sus fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse ni deben caer en el olvido”. “Son un valor único en nuestra historia constitucional y política que debemos proteger, porque son el lugar donde los españoles nos reconocemos y donde nos aceptamos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias; el lugar donde hemos convivido y donde convivimos en libertad”, ha afirmado.

La presidencia española de la UE

A renglón seguido, el monarca ha querido lanzar un mensaje europeísta porque, a su juicio, “Europa representó y representa para España también la libertad”. “Contribuyó a consolidar nuestra democracia, a potenciar nuestro crecimiento económico y nuestro desarrollo social. Hoy, compartimos muchos de sus problemas y contribuimos a sus decisiones con nuestra propia personalidad y nuestros intereses. Los desafíos comunes a los que nos enfrentamos, desde los sanitarios a los financieros o los relacionados con nuestro modelo energético o medioambiental reciben soluciones integradas en el marco común de la Unión Europea”, ha zanjado.

“Lo que se decide cada día en la Unión afecta –y mucho– a la vida cotidiana de todos los españoles. Esa es la realidad. Somos Europa, pero también necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad. Estoy seguro de que el compromiso de España quedará reforzado con la Presidencia rotatoria de la Unión que asumirá el año que viene”, ha recordado.

Frente al contexto de incertidumbre política, social y económica, el rey ha considerado que “si el éxito de una nación depende del carácter de sus ciudadanos, y de la personalidad y el espíritu que mueve a su sociedad”, los españoles deben “mirar al futuro con esperanza”. “Somos una de las grandes naciones del mundo, con muchos siglos de historia, y los españoles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino, nuestro futuro. Cuidando nuestra democracia; protegiendo la convivencia; fortaleciendo nuestras instituciones”, ha recalcado.

“Debemos seguir compartiendo objetivos con un permanente espíritu de renovación y adaptación a los tiempos. Con confianza en nuestro país, en una España que conozco bien, valiente y abierta al mundo: la España que busca la serenidad, la paz, la tranquilidad; la España responsable, creativa, vital y solidaria. Esa España es la que veo, la que escucho, la que siento en muchos de vosotros; y la que, una vez más, saldrá adelante. En manos de todos nosotros está”, ha concluido.

Felicitación en las lenguas cooficiales y motivos religiosos

El mensaje, como cada, año, ha concluido con la felicitación de las fiestas en los cuatro idiomas cooficiales del estado, castellano, euskara, català y galego: “En esta noche tan especial, os agradezco mucho vuestra atención y junto a la Reina y nuestras hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, os deseo que tengáis una muy feliz Navidad y Año Nuevo. Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas”.

El mensaje ha sido grabado en el Salón de Audiencias del Palacio de La Zarzuela y durante su lectura se ha podido ver al rey vestido con traje azul marino, camisa celeste y corbata granate con rayas cruzadas. Los objetos elegidos han sido las banderas de España y de la Unión Europea en el eje central, una fotografía enmarcada de la cena de la 32ª Cumbre de la OTAN que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid, un árbol de Navidad y un cuadro de la colección privada del monarca llamado 'Misterio con el nacimiento del Niño Jesús, la Virgen María y San José'.