España, unidad y Constitución. Ese es el resumen del discurso que ha pronunciado esta noche Felipe VI en su tradicional mensaje de navidad, con claras referencias a la amnistía –“fuera de la Constitución no hay ley, sino arbitrariedad”–, aunque sin nombrarla, y recados al Gobierno: “Cada institución, comenzando por el rey, debe situarse en el lugar que constitucionalmente le corresponde”. A diferencia de otras intervenciones en Nochebuena, el monarca no se ha detenido en ninguna otra cuestión, como en asuntos de índole económica, y no ha hecho ninguna mención a la masacre de Gaza.
Durante los casi 12 minutos que ha durado su intervención, el rey ha pronunciado más de una decena de veces las palabras Constitución y España. Al inicio, ha despachado “las dificultades económicas y sociales” en un único párrafo, donde se ha referido al empleo, la sanidad, la educación, la violencia contra la mujer o el acceso a la vivienda de los jóvenes.
Pero Felipe VI solo ha listado esos problemas que son “una preocupación para todos”, sin ahondar en ninguno de ellos. El monarca ha expresado su intención de centrar su mensaje de este año en España y en la Constitución desde el inicio, y a ello ha dedicado las cinco páginas de su discurso, con claras referencias a la amnistía.
La carta magna, que este año ha cumplido 45 años, como ha recordado el rey, es para el monarca “el mejor ejemplo de la unión y convivencia entre españoles”, y ha añadido que esa convivencia está basada en “sentimientos compartidos y en la búsqueda del bienestar común y la prosperidad de todos”.
Al inicio de su discurso ha recordado que “todos los ciudadanos tienen derecho a pensar, a expresarse y a defender sus ideas con libertad y respeto a los demás”, pero ha asegurado que “la democracia también requiere unos consensos básicos”, y se asienta sobre valores como “la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
Así, el rey ha dedicado una buena parte de su intervención a ensalzar la Constitución, “el mayor éxito político de nuestra historia reciente”, y que ha permitido a España “construir y consolidar una democracia plena, abierta e integradora, un Estado social y democrático de derecho”. “Gracias a la Constitución conseguimos superar la división, que ha sido la causa de muchos errores en nuestra historia; que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas. Superar esa división, por tanto, fue nuestro principal acierto hace ya casi cinco décadas”, ha añadido.
En su intervención, Felipe VI también ha destacado que la Constitución es la norma que permite “recibir una educación, tener un empleo o protegerse de una enfermedad”, así como “acceder a una vivienda, formar una familia, contar con una ayuda social o disponer de un retiro digno”.
El rey también ha aludido a que la Constitución ha ayudado a “superar diversas y graves crisis en los últimos años”. Esta última frase hace referencia al referéndum del 1-O, tras el que Felipe VI dio uno de sus discursos más duros, cuando dijo que Carles Puigdemont había cometido “una deslealtad inadmisible a los poderes del Estado”.
Ahora, con la amnistía al propio Puigdemont y al resto de encausados por el 1-O sobre la mesa, el rey hace una defensa de la Constitución y una dura crítica a la medida de gracia, aunque no la llega a nombrar explícitamente en ningún momento.
Fuera de la Constitución “no hay ley sino arbitrariedad”
“Fuera de la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades sino imposición; no hay ley sino arbitrariedad”, ha afirmado el rey en clara referencia a la amnistía, para proclamar que fuera de la Constitución no hay “una España en paz y libertad”.
“Junto a la Constitución, España”, ha dicho el monarca, que ha ensalzado la unidad de los españoles en torno a diversos aspectos, también cuando ha sido necesario, ha dicho, defender los valores constitucionales “cuando estos han estado en cuestión o se han puesto en riesgo”. “La razón última de nuestros éxitos y progreso en la historia reciente de España ha sido precisamente la unidad de nuestro país”, ha añadido.
Esa unidad, sostiene Felipe VI, será la “clave para que podamos afrontar con éxitos los serios y complejos retos de futuro a los que España se enfrenta hoy”. Y es en ese punto cuando el rey ha hecho mención a la separación de poderes y ha hecho una llamada a la responsabilidad “de las instituciones”.
“Cada institución, comenzando por el rey, debe situarse en el lugar que constitucionalmente le corresponde, ejercer las funciones que le estén atribuidas y cumplir con las obligaciones y deberes que la Constitución le señala”, sostiene el rey.
“Debemos también respetar a las demás instituciones en el ejercicio de sus propias competencias y contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio. Y finalmente debemos velar siempre por el buen nombre, la dignidad y el respeto a nuestro país”, ha añadido el monarca, en un momento en el que gran parte del poder judicial se encuentra enfrentado al Gobierno por la amnistía.
“Deberíamos tomar mayor conciencia del gran país que tenemos, para así sentirlo más y cuidarlo entre todos”, ha dicho el rey antes de proclamar que “España seguirá adelante”. “Los haremos juntos, conscientes de nuestra realidad histórica y actual, de nuestra verdad como nación. En ese camino estará siempre la Corona; no solo porque es mi deber como rey, sino también porque es mi convicción”, ha concluido Felipe VI, antes de desear feliz Navidad en las lenguas oficiales.
Sin mención a ningún otro asunto
El rey, en contra de lo que viene siendo habitual, no ha hecho mención a ningún otro asunto que no sea la Constitución y la unidad de España en su discurso. En el de hace justo un año, por ejemplo, hubo espacio para referirse a la inflación que provocaba “importantes sacrificios personales y familiares”, a la crisis energética o a diversos problemas económicos. También se refirió a la presidencia española de la UE: “Estoy seguro de que el compromiso de España [con Europa] quedará reforzado con la Presidencia rotatoria de la Unión que asumirá el año que viene”.
Además, su discurso de 2022 estuvo dedicado en buena parte a la invasión de Rusia a Ucrania. El rey se pronunció a favor de la unidad “de la comunidad internacional para apoyar a Ucrania” y enalteció los principios de “un orden internacional basado en reglas y que siempre debe buscar la paz”.
Este año no hay mención a la guerra en Ucrania, pero tampoco a la invasión israelí en Gaza. Cuando la cifra de muertos en la Franja ha alcanzado los 20.000 y con 577.000 personas en esa región sin reservas de alimentos, según la ONU, el rey no ha hecho alusión alguna a ese conflicto en todo su discurso. Solo ha pronunciado la palabra “paz” una vez y ha sido en referencia a España y a la Constitución.