Ciudadanos no logra la paz interna que tanto anhela la nueva dirección para intentar afrontar la doble cita electoral de mayo, con comicios municipales y autonómicos que serán decisivos para no desaparecer cuando se celebren a finales de año las generales, como auguran prácticamente todas las encuestas. Los cimientos de la formación que se proclama “liberal” vuelven a crujir ante la posibilidad de que alguno de los nueve diputados que le quedan al partido en el grupo parlamentario del Congreso decida dejar su acta por sus discrepancias con la nueva cúpula antes de que finalice la legislatura. O quizá una vez que se conozcan los resultados en las urnas de la cita de mayo.
Las heridas abiertas entre los dos sectores enfrentados en las primarias celebradas en enero por el liderazgo del partido, que se saldaron con la victoria del sector oficialista y la derrota de Edmundo Bal, no se han cerrado. Es más, el malestar interno aumenta pese al aparente gesto de buena voluntad que decidieron Guasp y Vázquez de mantener al abogado de Estado como adjunto del grupo, del que Inés Arrimadas sigue siendo la portavoz. Pero la designación posterior de Guillermo Díaz como coordinador entre el grupo y el Comité Permanente –una figura que no existe en los estatutos– cayó como un jarro de agua fría al propio Bal y entre sus partidarios, que consideraron que lo que pretendían con ello era ponerle un “supervisor” y mermar su campo de maniobra.
De hecho, desde entonces, en las ruedas de prensa habituales de los martes siempre comparecen o Arrimadas o el diputado malagueño, el único fiel a la exlíder, que es la cara que siguen viendo los ciudadanos todas las semanas debatiendo con Pedro Sánchez. Aunque Bal ha seguido defendiendo propuestas del partido en la tribuna del Congreso, su papel como portavoz adjunto ha quedado difuminado hasta tal punto de que el que acude ahora muchas veces a la Junta de Portavoces suele ser Guillermo Díaz, algo que el resto del grupo considera totalmente “irregular”. Todo ello ha ido alimentando el malestar de los afines a Bal, cuyas relaciones con su antigua compañera de filas, con la que antaño formaba un tándem inseparable, son cada día más tensas.
Este jueves, el diario ABC destapaba que algunos diputados “están sopesando dar un paso a un lado, renunciar al acta de diputado y regresar a su profesión”. Aunque en la información no se dan nombres, no ha sorprendido nada ya que es algo que se viene barruntando. Hace muy poco el único senador que tiene el partido, Miguel Sánchez, de designación autonómica por la Región de Murcia y que formó parte de la lista de Edmundo Bal en las primarias, recordó a la nueva dirección que dejará en breve su acta. Sánchez cargó aquel día en su cuenta de Twitter contra Inés Arrimadas y Begoña Villacís por haber decidido secundar la manifestación celebrada contra Pedro Sánchez. “Disfrutad de lo votado. De esto iba. Con todo respeto para todo el mundo, que nadie se me enfade. Pero yo no estaré ni el sábado en Cibeles, y me temo que ni en el futuro de Cs. Ya tengo el intermitente puesto. Que os vaya bonito en esta aventura. No es la mía”, les lanzaba.
Bal no tiene “en mente” irse
El pesimismo cunde en el grupo y puede llevar a que más pronto que tarde haya una desbandada. Los diputados consultados por esta redacción no descartan fugas. Sin embargo, Bal asegura que él no tiene “en mente” dar un portazo. “A pesar de que me están haciendo ya varias ofertas jugosas”, desvela a elDiario.es. Otros aseguran no ser conscientes de esos posibles abandonos y niegan también que estén pensando en marcharse. Pero también hay quien reconoce que es cierto. “Tampoco me extraña, y viendo nuestras carreras profesionales anteriores, podríamos ser cualquiera”, contesta otra de las personas consultadas del grupo. El resto ha preferido o guardar silencio o pedir “prudencia” para no enrarecer más el ambiente.
Hace algo más de una semana el secretario general, Adrián Vázquez, celebró en la Cámara baja una primera reunión semi telemática con Arrimadas y los diputados del grupo en la que cada uno se limitó a contar lo que querían o aspiraban a hacer en este nuevo periodo de sesiones. “No se habló de los puntos del orden del día ni de nada trascendente”, desvela uno de los asistentes que cuenta que Bal no abrió la boca y que “tampoco le preguntaron nada”.
Pero una cosa que les ha llamado mucho la atención ha sido el hecho de que Guasp adelantara en una rueda de prensa que Ciudadanos votaría “no” en la moción de censura de Vox cuando es un asunto que todavía ni se ha discutido dentro del grupo. Aunque los críticos han saludado con alegría ese cambio de postura, consideran que es la fijación del voto se tiene que consensuar antes entre todo, y una vez que se registre la iniciativa. Una opinión que comparte la propia Arrimadas, que ha defendido desde el principio la necesidad de presentar esa moción de censura pidiendo al PP que la abanderara, al igual que Santiago Abascal. La portavoz parlamentaria tampoco fue consultada previamente por Guasp, según reconocieron fuentes de su entorno. La exlíder de Ciudadanos, no obstante, había dejado caer hace tiempo a algunos de los diputados que su postura era la abstención.
Arrimadas, que ya no participa del día a día del partido, admitía este jueves que la formación atraviesa un “momento difícil”, quizá “el peor” que ha soportado hasta ahora el partido. De hecho, la nueva dirección ha visto como abandonaban la militancia algunos de los ediles que les quedan en algunos municipios, como el de Paracuellos, que ha decidido concurrir con otro partido. También se ha visto obligada a suspender temporalmente sus primarias para elegir al cabeza de cartel en Aragón por falta de aspirantes y tampoco hay candidato en Zaragoza, si bien ya han designado a más de 300 candidatos para otros municipios del resto del país y también han cerrado doce candidaturas autonómicas, que serán presentadas este sábado en un acto en Madrid. La exlíder restaba importancia a todos estos contratiempos recordando que “quedan meses” aún para los comicios y vaticinando que Ciudadanos tendrá candidatos “en toda España” que “están dispuestos” a “luchar” por el espacio de “centro y liberal” que ocupan en el tablero electoral.
Sin embargo, a ese gran acto en Madrid del sábado, el primero importante que celebra Ciudadanos en esta precampaña, no acudirá Arrimadas, que ha excusado su presencia por “cuestiones personales”. Bal aún no ha decidido si irá. Así, el partido pierde una buena oportunidad de intentar que se visualice que hay “unidad”, una unidad que los nuevos dirigentes ya han comprobado que es una tarea más que complicada.