Albert Rivera ha protagonizado este domingo un mitin en Rentería rodeado de lazos amarillos. El símbolo que reclama la libertad para los políticos catalanes presos presidía varias de las fachadas de la plaza de los Fueros y hasta adornaba el techo de la marquesina que ha cobijado a los representantes de Ciudadanos durante sus discursos.
Ante unas 200 personas de auditorio y bastantes más contenidos por la Ertzaintza para que no pudieran entrar en la plaza para boicotear el mitin, el líder de Ciudadanos ha intentado hacer oír su voz entre las caceroladas que intentaban ahogarla. El acto ha dado lugar a escenas curiosas como que los intervinientes se dirigieran tanto a las personas que veían el mitin desde los balcones adornados con lazos y esteladas como a los asistentes sentados en el centro.
Además del líder de Ciudadanos, Maite Pagazaurtundúa, Joan Mesquida y Fernando Savater han sido los oradores. “Vergüenza os debería dar, recibir a los asesinos con aurreskus y no dejarnos decir lo que nos da la gana”, les ha increpado la hermana del exjefe de la policía local de Andoain, asesinado por ETA. Tanto en castellano como en euskera, Pagaza ha negado que puedan considerarse “antifascistas” sino “matones” y ha quitado hierro al ambiente tras compararlo con el de la Universitat Autónoma de Bellaterra durante el acto de Cayetana Álvarez de Toledo la semana pasada. “Lo de la UAB fue peor, esto está siendo un paseo”, ha dicho.
“Podéis seguir con las cacerolas, que vengo de Catalunya y estoy acostumbrado, dan ambiente, un poquito más fuerte, que no se oye”, ha retado Rivera a los que protestaban. El candidato a la presidencia del Gobierno ha llamado “cobardes” a los que trataban de ahogar su voz y ha insistido en que el nacionalismo es “el cáncer de Europa y de España”.
Rivera ha recordado que entró en política para luchar contra el nacionalismo en Catalunya y “para defender la libertad”. Así, ha prometido que si llega al poder modificará la ley de víctimas del terrorismo para sancionar a los ayuntamientos y a las personas que homenajeen a terroristas y se ha comprometido a “llegar hasta el final” en los numerosos atentados que quedan por resolver. Además, ha insistido en la necesidad de que se modifique el sistema electoral para que puedan votar “los vascos en la diáspora”, que ha cifrado en 200.000.