La victoria de Pedro Sánchez en las primarias va a tener muchas consecuencias en el PSOE. Quiere un cambio en el modelo de partido, un giro a la izquierda y una enmienda al pasado. Pero ha tenido otros efectos inmediatos: la relegación de algunos de los rostros más visibles del 'susanismo'.
El primero en caer fue Antonio Hernando, que minutos después del triunfo de Sánchez anunció su dimisión como portavoz. Se reunió con el secretario general electo, quien ya había dicho que su amigo le había “decepcionado”, y llegaron a un acuerdo: se quedará en la dirección parlamentaria hasta que haya una renovación total previsiblemente este verano.
El segundo fue el presidente de la gestora, Javier Fernández, que ha adelantado el anuncio de su renuncia a seguir al frente de la federación asturiana. El presidente del Principado no puede disimular su desencanto por la victoria de Sánchez. Los socialistas asturianos tendrán que elegir, por tanto, un nuevo líder en septiembre. Los 'sanchistas', encabezados por Adriana Lastra, buscan opciones “en torno al alcalde de Laviana, Adrián Barbón”, según fuentes socialistas. El sector oficial también piensa en un sucesor.
Casi al mismo tiempo que el asturiano daba un paso atrás, lo dieron –o se vieron forzados a hacerlo– Eduardo Madina y José Carlos Díez, los coordinadores de la ponencia del PSOE, elaborada como texto base para lo que pretendía ser el futuro proyecto del partido. Los representantes del equipo de Sánchez manifestaron en una reunión con Mario Jiménez su intención de nombrar a tres ponentes de las áreas política, económica-social y orgánica.
Madina y José Carlos Díez, fuera del proyecto
En Ferraz estaba previsto que los ponentes fueran quienes se habían encargado de coordinar la ponencia, pero en el equipo de Sánchez aseguraron que no era así: “La gestora, con buen criterio, no había realizado ninguna propuesta de ponentes para el congreso federal”, aseguró Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que agregó que “será el secretario general el que tenga la última palabra” sobre esos nombres.
Fuentes de la gestora han precisado este martes que fue entonces cuando Madina y José Carlos Díez dieron un paso atrás. “Entiendo que han ganado y que quieren controlar la ponencia”, explica el economista en una conversación con eldiario.es en la que afirma que el viernes por la mañana la gestora le comunicó la intención del secretario general de designar otros ponentes. “Me he enterado por la prensa que Pedro Sánchez tiene un documento de 70 páginas con enmiendas a la ponencia (...) y es muy probable que se aprueben, ya que cuenta con mayoría de delegados en el Congreso. Por eso lo más lógico es que Pedro Sánchez elija a la persona que quiere que defienda su ponencia”, expresa en un post publicado en su blog.
Madina le comunicó a la gestora la semana pasada que era mejor que defendiera el proyecto otro equipo. El diputado vasco también ha renunciado a ser el representante del PSOE en la tertulia de los lunes de Hora 25. “Quiero evitar que se produzca una situación como la de Íñigo Errejón”, explica Madina a eldiario.es en referencia a la orden de la dirección de Podemos de apartar a Errejón tras su derrota en Vistalegre 2. No obstante, el diputado vasco acudirá al congreso –sin derecho a voto– invitado por ser miembro del Comité Federal.
El nuevo portavoz del PSOE y hombre fuerte del equipo de Sánchez, José Luis Ábalos, ha lanzado un mensaje claro sobre la renuncia: “Respeto las decisiones personales, entiendo que no se sientan legitimados, desde el punto de vista político también”, ha dicho el valenciano, antes de criticar el “proceso que se siguió” en la elaboración de la ponencia. Un dardo que ha zanjado con el argumento de que la “consulta” a los militantes también implicaba el proyecto político que elaboraron Madina y Díez: “Todo estaba implícito”.
Repliegue de los barones
En esos cónclaves provinciales, también ha habido notables pasos atrás. Los presidentes Ximo Puig y Emiliano García-Page han renunciado a asistir al congreso como delegados. Irán en calidad de secretarios generales regionales. Las motivaciones de sus renuncias son diversas. El presidente valenciano ha quedado en una situación complicada tras las primarias en las que Sánchez se impuso en su comunidad por un 63% frente al 28% de Susana Díaz, a quien apoyaba Puig. De ahí su paso atrás para “no entorpecer” el proceso. El temor a una derrota en la pugna por encabezar la lista está detrás de la decisión. Sus afines en Castellón, no obstante, se impusieron.
Otra de las razones es no tener que posicionarse sobre asuntos polémicos que Sánchez quiere introducir en el proyecto, como la plurinacionalidad del Estado o las críticas a la gestión de Zapatero. Aunque asistirá al cónclave, solo los delegados tienen derecho a voto.
Esa misma razón está en la renuncia del presidente de Castilla-La Mancha. Emiliano García-Page ha lanzado mensajes de que no seguirá adelante si el proyecto que sale del congreso no le convence. “Marca distancias”, explica un diputado que asegura que el barón castellanomanchego no tenía problemas para encabezar la delegación. De hecho, las listas se pactaron en las cinco provincias de la federación que dirige.
Pero entre los 1.035 delegados que se congregarán en el Palacio de Congresos de Madrid el fin de semana del 17 y 18 de junio tampoco estarán otros de los rostros más reconocibles del 'susanismo'. Ignacio Urquizu, que fue uno de los defensores de la andaluza en numerosos medios de comunicación, no será delegado. Tampoco la vallisoletana Soraya Rodríguez, que podrá asistir, no obstante, en su calidad de miembro nato por pertenecer al Comité Federal. La razón que argumentan es “no ser un estorbo, salir del foco como mejor forma de ayudar y unir al partido”.
Tampoco estarán los gallegos José Blanco y Abel Caballero, que defendieron a la andaluza. Los 'congresillos' de Galicia fueron de los más movidos –en la mayoría de España se consiguieron acuerdos para listas unitarias–. Los partidarios del alcalde de Vigo abandonaron la votación ante su rechazo a que la encabezara su rival y sobrino, Gonzalo Caballero.
En la primera reunión de grupo tras las primarias, ha habido un par de intervenciones reclamando integración a la futura dirección. Una de ellas ha sido la del extremeño César Ramos, que apoyó a Díaz tras haber formado parte del equipo de Sánchez en las primarias de hace tres años: “Hay que cuidar los gestos. Cualquier gesto que vaya en contra de la unidad tras la elección del secretario general va en contra del objetivo de todos”, resume.
También Ciprià Císcar ha recordado que el “empoderamiento” de los militantes no solo da fuerza a unos cuantos sino que todos los diputados están legitimados. El valenciano ha dicho que no tiene nada que objetar al nombramiento de José Luis Ábalos como portavoz del grupo pero lo ha calificado de “decisión personal” del secretario general, por lo que ha avisado de que los cambios que se realicen en el grupo han de buscar consenso.
Los barones 'susanistas' no son los únicos que han dado un paso atrás. El riojano César Luena, que fue número dos de Pedro Sánchez y luego apoyó a Patxi López, y el líder en Castilla y León, Luis Tudanca, han renunciado también a ser delegados. La razón que esgrimen es dejar hueco a quienes vienen detrás. Otro destacado dirigente en la etapa de Sánchez, pero tornado a la candidatura del vasco, Óscar López, se ha quedado fuera del congreso.