Pocas cosas importantes pasan en el PSOE que no intriguen a Rubalcaba. Procura estar al tanto de todo. Da consejos, envía mensajes directos e indirectos, con llamadas, con reuniones, con intermediarios… Así que cuando se da por hecho que Rajoy va a renunciar a presentarse a la investidura, Freddy se reúne con Pedro Sánchez. Los contactos de Pérez Rubalcaba con el líder socialista se han ido reduciendo, pero en el partido consideran que es un momento trascendental y se suceden las llamadas y reuniones que buscan saber qué hará el secretario general. Eso sí, ninguno de los pesos pesados se atreve a decir lisa y llanamente, en público, que el partido debe abstenerse en estos momentos para facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy.
Rubalcaba ha hablado por teléfono con Pedro y quedan justo el día después de la rueda de prensa “de los ministerios” de Pablo Iglesias. Es sábado, 23 de enero. Alfredo y Sánchez comentan la situación, el exministro está molesto con la actitud de Iglesias, inquieto por lo que vaya a hacer Pedro y le dice que, si Mariano da la espantada ante el rey y anuncia que no va a intentar conseguir apoyos para ser investido, él debe hacer lo mismo. “Si Rajoy no da el paso, no des el paso tú”. Aduce la peligrosa compañía de Podemos y de los nacionalistas, “que llevan una hoja de ruta hacia el independentismo”. Le advierte de la situación de tener que salir a explicar que sus socios de gobierno o quienes le mantiene en él sean los que dan cualquier paso hacia la independencia: “¿Cómo les explicas a los españoles que dependes de estos?”.
Rubalcaba se despide de Sánchez y espera a ver cómo se suceden los acontecimientos. Inmediatamente después, se filtra al diario El País que Pedro Sánchez “aceptará recabar apoyos para ser investido presidente del Gobierno si el rey Felipe VI se lo encarga”. Un revés para Freddy, que se siente despreciado. Pilla un cabreo de mil demonios. El periódico avanza que Sánchez “iniciará el diálogo con diversos partidos”, tal y como reconoce la dirección socialista con un comunicado de prensa que anuncia que “el PSOE mantiene y mantendrá contactos y diálogo con todas las fuerzas políticas, y lo va a seguir haciendo, con el fin de evaluar la situación y acercar posiciones”.
Ya no habrá más contactos de Pedro Sánchez con Rubalcaba. Pedro suma a otro enemigo en casa. Uno más. En el fondo, hay gran incertidumbre en el partido por lo que pueda hacer Sánchez si emprende negociaciones. Si el rey le encarga formar Gobierno, una vez que entre en esa etapa el Comité Federal podría intentar controlarle, pero ya sería mucho más difícil. Sería con el riesgo de abortar bruscamente la misión de quien está intentando alcanzar un Gobierno que desaloje al PP. Para el PSOE, zancadillear o matar entonces a Pedro supondría otro sucio borrón en su imagen. Para aspirantes como Susana Díaz, incluso es la peor ocasión, porque tampoco ha decidido aún dar el paso, ni está dispuesta a emprender ahora semejante “crimen político” arriesgando la presidencia de Andalucía. Digamos que son varios los hombres y mujeres fuertes que quieren apartar a Sánchez, pero no saben cómo. Aunque les horrorice que pueda llegar a ser presidente del Gobierno y el poder que puede alcanzar para tomar represalias contra algunos de ellos.
Claro que el rey también está preocupado. Teme estar metiéndose en un callejón sin salida. Así se lo traslada a varios dirigentes políticos con los que despacha. No ve a Rajoy con ganas de presentarse a la investidura y tampoco tiene claro que el PSOE vaya a tomar la iniciativa. Por eso, el monarca confiesa a uno de sus interlocutores que su padre, Juan Carlos de Borbón, “lo tenía mucho más fácil” cuando las opciones eran bipartidistas. O uno u otro.
Felipe VI no habla mucho. Sobre todo, pregunta. Evita decir directamente que el presidente del Gobierno en funciones le está poniendo en un compromiso, pero sus gestos le delatan. Tiene la sensación de que Rajoy no está haciendo mucho por buscar apoyos y ser el primero en intentar ser investido, cumpliendo con que representa al partido más votado.
Los dirigentes que van a las consultas con el rey ven a un monarca que pregunta y vuelve a preguntar, que hace gala de que se ha preparado un montón de datos. Una sorpresa para los que han despachado años atrás con su padre y recuerdan, incluso, cómo en alguna ocasión hasta confundía sus nombres y las propuestas de los partidos minoritarios.
Felipe VI se mueve ahora entre la estrategia de agotar al rival iniciada por Rajoy y la incertidumbre de un Gobierno donde pudiera estar Podemos. Aunque a Pedro Sánchez incluso empieza a verlo como posible presidente. Al menos, el que le puede quitar de encima el peso de no tener a quién proponerle una investidura.
Así los tiene a todos Mariano. En un mar de inquietudes. Él, a lo suyo. O apoyo del PSOE o nada. Por si había alguna duda sobre su estrategia acomodada, un programa de radio le pilla con las manos en la masa. El imitador de una emisora llama a la Moncloa y pregunta por el presidente. Se trata del programa de Radio Flaixbac, “El matí i la mare que el va parir”. Es un magacín matinal de esta emisora musical donde un locutor se está haciendo pasar por el president de la Generalitat, que quiere hablar con Rajoy…
Son días de gran incertidumbre y desconcierto político. No hay Gobierno. Está en funciones. ¿Qué hace estos días el dirigente gallego para tratar de conseguir apoyos?, ¿con quién habla para convencerles?, ¿qué gestiones está haciendo? Si en la noche electoral ha dicho que le corresponde formar un Gobierno por la estabilidad de España, ¿qué esfuerzos hace?
Para gran sorpresa del equipo de radio que ha llamado al Palacio de La Moncloa, finalmente se pone al otro lado del teléfono el presidente… El locutor, que se hace pasar por Carles Puigdemont, invita a Rajoy a verse y Mariano, que improvisa despreocupado, responde: “Tengo la agenda muy libre”.
(….)
Mariano almacena ya suficiente información para saber que a Sánchez se lo van a poner casi imposible. En privado, hay profundo malestar entre los “socialistas históricos”. Más aún cuando Pedro Sánchez ha anunciado que hará una consulta a los militantes para preguntar por los posibles acuerdos para formar Gobierno.
La Casa del Rey convoca al presidente del Congreso, Patxi López, para comunicarle que va para allá Sánchez con el estandarte. Corriendo entre ambos frentes de batalla.
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Se habla de un Pedro presidente y de operaciones alternativas para reemplazar a Rajoy. Vuelven los nervios a un sector del PP y se retoman las informaciones sobre la “Operación Menina”. Mientras, encuestas como la de Metroscopia señalan los deseos de un Gobierno de cambio. Un pacto PSOE-Podemos es la opción favorita de la mayoría de votantes socialistas (57%) y de Podemos (72%). Algo debe ocurrir todavía para que se trunque.