Rubiales se libra de la investigación política a su gestión del fútbol

El fútbol español ha vivido un año de éxitos, pero también de tumulto. Tras el inédito triunfo de la selección femenina en el mundial de 2023, la masculina consiguió la Eurocopa el pasado julio, a lo que sumó la medalla de oro en los juegos olímpicos de París recién clausurados. Pero todos esos triunfos se han visto continuamente ensombrecidos por las graves sospechas que se ciernen sobre la gestión de la Real Federación Española de Fútbol de su expresidente, Luis Rubiales, que, por el momento, será juzgado por agresión sexual y coacciones por el beso no consentido que le dio a Jenni Hermoso precisamente en la celebración del mundial en Australia.

Al margen de los futuros movimientos que se puedan dar en los tribunales, la próxima cúpula de la federación se decidirá en las urnas en septiembre y el Gobierno está decidido a tener un papel importante en la renovación. De lo que por el momento se han librado Rubiales y su equipo es de una investigación política a su gestión.

En diciembre, ERC, EH Bildu, Podemos y BNG pedían en el Congreso la puesta en marcha de una comisión de investigación para indagar sobre los presuntos “escándalos” que rodean a Rubiales. Pero una vez finalizado el periodo de sesiones y con la Cámara Baja con la persiana echada por las vacaciones de verano, tanto el PP como el PSOE no se habían decidido aún a aceptar la citada comisión. El voto de al menos uno de los dos grandes partidos es imprescindible para que salga adelante.

Según fuentes tanto del PP como del PSOE consultadas por este periódico cuando se propuso la iniciativa, ambas fuerzas tenían pensado “estudiar” el texto, pero no aclararon si contemplaban suscribirlo. Los populares afirmaban también que “cuando se llevara la petición a Junta de Portavoces, para intentar llevar a debate en Pleno creación o no emitirán una posición pública al respecto”. Sin embargo, su posición nunca llegó a aclararse y la comisión ha quedado este año en papel mojado.

Durante la presidencia de Luis Rubiales frente a la institución deportiva –desde 2018 hasta finales de 2023–, las irregularidades de la RFEF no se limitaban exclusivamente al “machismo” denunciado por los partidos políticos o el beso no consentido a Jenni Hermoso con el que el Comité Disciplinario de la FIFA inhabilitó a Rubiales durante tres años. La petición para llevar a cabo la comisión también tenía otros pilares que fundamentaban el objetivo de asegurar “el control y transparencia para evitar que en el futuro se repita cualquier irregularidad”.

Entre los asuntos oscuros están los salarios de los altos directivos de la RFEF, que pasaron de 1,8 millones de euros hasta los siete en tan solo tres años. También está por aclarar el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí gracias a Gerard Piqué. Los partidos que presentaron la comisión de investigación aseguran que “se deja una larga sombra de dudas y presuntos delitos de corrupción en negocios, administración desleal o cobro de comisiones”.

Encima de la mesa también está la denuncia que interpuso el propio tío de Rubiales acusándoles de utilizar dinero de la federación para “pagar varias orgías con amigos en la localidad granadina de Salobreña”. Y a todo ello se suman las informaciones desveladas por El Confidencial sobre presuntas acciones de espionaje, coacciones y presiones derivadas de las “conversaciones comprometedoras con diferentes ministros del Gobierno de Pedro Sánchez”.

Acabado el curso político, la comisión que pretendían llevar a cabo ERC, Podemos, Bildu y BNG ha caído en saco roto por la ausencia de posicionamiento de populares y socialistas que ha significado inevitablemente que Luis Rubiales se libre de la investigación que le acechó a principios de año. Además, cabe recordar que la Ley del Deporte aprobada por el Congreso de los Diputados en 2022 carece de mecanismos de control real de las personas que acceden a la dirección de federaciones, ligas profesionales y clubes, con lo que la posible acción política es muy limitada.

La cúpula de la RFEF y el futuro

El pasado julio, el Tribunal del Deporte inhabilitó a dos años de cualquier puesto federativo a Pedro Rocha, el que fuera el sucesor de Luis Rubiales y presidente de RFEF, por la denuncia de Miguel Ángel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol, por excederse en las funciones encomendadas como presidente de la comisión gestora que tomó las riendas de la Federación tras la dimisión de Rubiales por el beso a Jenni Hermoso. En caso de que la sanción fuese efectiva significaría la inmediata salida del mandatario de la institución futbolística, sin embargo, Rocha ya ha anunciado la presentación de un recurso en el Contencioso Administrativo a dicha medida lo que, según su abogados, dejaría en suspenso su inhabilitación.

Pese a ello y aunque sí asistió a la Eurocopa, el máximo representante de la RFEF no estuvo presente en la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, ni tampoco en la final que disputó España contra Francia en el estadio del Parque de los Príncipes y que significó el oro para la selección nacional.

A falta de conocerse la decisión del juez, el futuro de la cúpula de la RFEF se encuentra en el aire. Las próximas elecciones para dirigir la institución serán en este mes de septiembre y los posibles candidatos a la presidencia que han sonado en los últimos meses son varios, desde Iker Casillas, pasando por Vicente del Bosque, hasta el presentador radiofónico de la cadena Cope, Carlos Herrera. En caso de que la inhabilitación de Rocha no se concrete, este también sería uno de los candidatos que previsiblemente tendría más respaldo dentro del organigrama futbolístico.

En apenas un mes el futuro de la Federación se elegirá en las urnas mientras coexiste el éxito deportivo de este verano con las sombras que dejó la pasada directiva que, más allá de las inhabilitaciones de otros organismos a los miembros pertenecientes como la de la FIFA a Rubiales o el Tribunal Administrativo del Deporte a Pedro Rocha, nunca se han llegado a resolver.