“El tablero tiene todas las piezas por el suelo”. La metáfora es de un dirigente de uno de los partidos madrileños inmersos desde el pasado 17 de enero en una rueda interminable de declaraciones, reuniones y reproches. El anuncio de Íñigo Errejón de sumarse, como candidato de Podemos, a la plataforma Más Madrid que lidera la alcaldesa, Manuela Carmena, y el posterior rechazo de Podemos a un movimiento hecho a espaldas de la dirección recuerdan a muchos a lo ocurrido en 2014 y 2015 cuando un grupo de casi desconocidos profesores de universidad lanzaron un proyecto que llegó a España, dijeron, “a patear el tablero” político.
Cinco años después, el epicentro del espacio del cambio que se articuló alrededor de Podemos vive días convulsos. Y ha cerrado, más dividido que unido, la que se puede considerar primera ronda de negociaciones para lograr una candidatura unitaria tanto al Ayuntamiento de Madrid como a la Asamblea regional.
Podemos ha pedido tiempo. La dirección política del partido en Madrid decayó con la dimisión de su secretario general, Ramón Espinar. Además, con su inesperada salida, los cinco primeros candidatos que los inscritos eligieron en primarias para su lista electoral están fuera de la organización.
El equipo técnico que dirigirá temporalmente los designios de Podemos en Madrid ha abierto un proceso de reflexión y consulta con las bases del partido. La gestora ha sido designada por una dirección estatal que se dice al margen del sistema y que, tras las reiteradas peticiones de los líderes regionales del partido, intenta que la crisis no traspase las fronteras de la región. “Llevará su tiempo”, apuntó el pasado lunes la coportavoz del Consejo de Coordinación estatal, Noelia Vera.
El proceso debería concluir con la gestación de una nueva candidatura con el resto de aliados de Unidos Podemos: IU y Equo. A nivel nacional, los tres partidos suscribieron un acuerdo general de alianza para las elecciones europeas, autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. Un pacto cuyo aterrizaje en las distintas comunidades y localidades no está exento de dificultades y que tiene en Madrid su principal foco de atención mediático.
Con Podemos concurrirá IU. La dirección regional de la coalición ha intentado constituirse en el “pegamento” que pudiera recomponer los diferentes pedazos del espacio que saltó por los aires con el anuncio de Errejón. Una posición que ha enfrentado a la organización madrileña con la dirección federal que dirige Alberto Garzón.
La Operación Chamartín, a la que IU se ha opuesto históricamente y también como parte del Gobierno de Manuela Carmena mientras la alcaldesa saca pecho, ha sido finalmente el motivo esgrimido para una ruptura que no todos querían.
Izquierda Unida remitió este lunes un documento a todas las partes en el que insta a la “paralización” de la Operación Chamartín como requisito fundamental para cerrar la confluencia. “Nuestra postura es firme, no vamos a participar en ninguna candidatura que no exija la paralización ni la retirada de la Operación Chamartín”, manifestó el líder del Partido Comunista en Madrid, Álvaro Aguilera, tras la reunión que organizaba Izquierda Unida y a la que no asistió Podemos.
IU se ha posicionado desde el comienzo en contra de este proyecto urbanístico impulsado por el Gobierno de Carmena, sin que su oposición haya supuesto ninguna cesión por parte de la alcaldesa en todos estos meses. El proyecto se aprobó el 27 de septiembre en Junta de Gobierno y pese a que el concejal de IU Mauricio Valiente votó en contra, no se movió una coma del plan que el Ejecutivo municipal quiere ratificar en el Pleno antes de las elecciones.
Carmena continúa con el calendario previsto pese al “ultimátum”, dice Más Madrid, de Izquierda Unida y así lo ha manifestado la propia regidora este martes en una entrevista en la agencia EFE: “De ninguna manera vamos a aceptar esta especie de reto que no tiene ningún sentido”, ha declarado la primera edil, que añadía que “los que quieran un mundo en el que no haya empresas no pueden gobernar Madrid desde mi punto de vista”.
Más Madrid se comprometió este martes a hacer una contrapropuesta por escrito a las exigencias de IU Madrid. Hoy se remiten a las declaraciones de Carmena y aseguran que el partido de Alberto Garzón ha roto las conversaciones planteando esta cuestión como “ultimátum”. “La respuesta de Carmena ha sido cristalina, ahora falta saber si IU quiere seguir hablando”, aseguran desde el entorno de Errejón a este diario.
Ahora todos los actores hablan ya abiertamente de la posibilidad de dos candidaturas sin que este escenario deba suponer “ningún drama” y se emplazan a cesar la confrontación. Pero algunos no olvidan lo ocurrido a IU en 2015, cuando se quedó fuera de la Asamblea de Madrid por unas décimas y se rompió en dos candidaturas para el Ayuntamiento. Además, muchos de los acuerdos en localidades importantes de la región han entrado en un callejón sin salida con la quiebra de Podemos.
IU, una fuerza que ha pervivido 30 años con un fuerte anclaje en la política municipal, teme retroceder de las posiciones ganadas hace ahora cuatro años. No solo en Madrid, sino en el resto del país.
Más Madrid, con la mirada puesta en marzo
La tercera pata de Unidos Podemos, Equo, tiene dudas. “En seis meses esto ha cambiado completamente”, apuntan a eldiario.es fuentes del partido ecologista en Madrid. La situación es diferente, por tanto, a la que existía cuando sus bases apoyaron el acuerdo estatal. Y no tienen decidido qué hacer en caso de que se monten dos candidaturas.
Equo es la parte de Unidos Podemos más próxima a Más Madrid. Su concejala en el Gobierno municipal, Inés Sabanés, ha dirigido la política medioambiental y de restricción del tráfico privado, una de las medidas estrella del mandato de Manuela Carmena.
Además, sus militantes trabajan activamente desde hace meses en la plataforma de Carmena. Desde el partido ecologista no entienden que el espacio que tanto costó aunar en 2015, y que tan buenos éxitos deparó, se rompa ahora.
“Llegado el momento”, sostienen, “tendremos que decidir qué hacer”.
¿Y Más Madrid? La plataforma de Carmena e Íñigo Errejón contaba con atraer a Podemos, IU y Equo de forma casi inmediata. Pero no ha ocurrido. La reacción de rechazo de Pablo Iglesias y Alberto Garzón a un movimiento unilateral complica, de momento, la alianza.
La Operación Chamartín es el motivo que han dado las partes para romper unas conversaciones llamadas a fracasar. Los implicados están ahora en un proceso de acumulación de fuerzas. Febrero será un mes de reflexión, búsqueda de candidatos y trabajos internos. Todos coinciden en que en marzo se volverá a intentar la confluencia.