El yihadista Salah Abdeslam, considerado el único superviviente del comando que perpetró los atentados de París del pasado 13 de noviembre, se escondió con unos estudiantes tras esos ataques justo antes de huir a Bélgica, informó hoy “Le Nouvel Observateur” en su edición digital.
Ese medió habló con uno de los jóvenes que estaba con sus amigos en las escaleras de un edificio en Châtillon, al suroeste de París, cuando Abdeslam se presentó hacia la una de la madrugada (23.00 GMT) en el lugar, conocido como sitio de tráfico de marihuana.
El chico, de 17 años, dijo que Abdeslam “tenía pinta de ser un tipo normal” y que le dejaron quedarse con ellos porque les resultó simpático.
Abdeslam, que no reveló su nombre, les contó que trabajaba en el mantenimiento de tranvías en Bélgica, que iba a ver a sus primos en el barrio parisino de Barbès cuando la policía inmovilizó su coche, y que necesitaba un sitio donde descansar.
En ese momento, según “Le Nouvel Observateur”, los teléfonos de los jóvenes ya estaban recibiendo alertas sobre los atentados de esa misma noche en París y Saint-Denis, pero el yihadista no se inmutó ni entonces ni cuando le enseñaron un vídeo aficionado sobre el asalto en la sala de conciertos Bataclan.
Hacia las 04.00 (02.00 GMT), según el relato de ese testigo, el grupo se fue y Abdeslam se quedó allí, a la espera de que dos cómplices le ayudaran a huir a Bélgica, donde fue detenido el pasado 18 de marzo.
Abdeslam, inculpado por su supuesta participación en los atentados del 13 de noviembre del pasado año en París, fue trasladado a Francia en abril por la Justicia belga, a la que señaló que renunció de forma voluntaria a inmolarse junto al Estadio de Francia, como en un principio estaba previsto.