El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha oficializado su decisión de acudir a una sesión de investidura en busca del apoyo del Congreso para ser reelegido como jefe del Ejecutivo. “Voy a solicitar la confianza del parlamento para conformar un gobierno progresista”, ha dicho el líder del PSOE, que ha reunido este miércoles a los grupos parlamentarios socialistas del Congreso y el Senado.
Durante su intervención, Sánchez ha lanzado varios guiños políticos a las fuerzas independentistas de las que depende para ser investido, especialmente en el caso de los catalanes de Junts. “Promoveré el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones comunitarias durante nuestra presidencia europea”, se ha comprometido.
Antes, el presidente había dedicado la mayor parte de su discurso a confrontar con un PP al que ha acusado de ser incapaz de asumir “la realidad política, social y territorial de España” y al que ha llegado a señalar por intentar presionar al rey: “Esta no es la hora de presiones al jefe del estado ni de cábalas mágicas, es la hora de la democracia parlamentaria”, ha afirmado en referencia a las declaraciones de dirigentes populares en los últimos días asegurando que la propuesta de Felipe VI para formar gobierno sería la de Alberto Núñez Feijóo.
“El PP tiene un largo camino para decidir qué derecha quiere ser. Y ese camino empieza ya, con algo tan básico que asumir como que en España gobierna quien tiene más apoyos, y les vamos a pedir que respeten el artículo 99 de la Constitución”, ha reclamado.
Sánchez también ha exigido a los populares que reconozcan la legitimidad del Gobierno que salga del proceso de investidura en el Congreso. “Esperamos que cuando haya un gobierno socialista no cuestionen la legitimidad”, ha pedido tras subrayar “la total incapacidad” de Feijóo para sumar apoyos parlamentarios “más allá de la ultraderecha.
Guiños a Catalunya
Sin referencias explícitas a ninguna formación política independentista ni tampoco a Carles Puigdemont, de quien en la práctica depende la viabilidad de la legislatura por el peso de los siete diputados de Junts, Pedro Sánchez sí ha lanzado gestos en clave plurinacional. En concreto, el secretario general del PSOE se ha comprometido a impulsar desde la presidencia española de la Unión Europea el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones comunitarias, algo que ya fue acordado en 2022 en la denominada mesa de diálogo con Catalunya y que, sin embargo, fue rechazado en su día por la Comisión Europea alegando la necesidad de reforma de varios tratados.
“Las lenguas cooficiales son un enorme activo de nuestra sociedad pero tenemos que hacer más, la promoción de esas lenguas debe ser tarea de todas las instituciones”, ha planteado Sánchez, que ha reivindicado a su partido como el garante “de la pluralidad y la diversidad” en España. “No hay propuesta más noble en política que construir convivencia, estar unidos en la diversidad. A ello nos vamos a dedicar estos cuatro años”, ha prometido.
Por el momento, nadie en el PSOE es capaz de trasladar certeza alguna sobre los planes de Puigdemont para la votación clave de este jueves en el Congreso, cuando elegirá la composición de la Mesa y la Presidencia y de la Cámara en la sesión de constitución de las Cortes. Junts no desvelará su postura hasta minutos antes de que comience esa sesión, después de haber convocado una reunión de su dirección para este mismo jueves a las 8 de mañana.
A expensas de lo que decidan finalmente los independentistas catalanes, y con planes alternativos para la elección de la Mesa que pasan por grupos como Coalición Canaria, todo el mundo coincide en una cosa: si el resultado de la votación de mañana acaba otorgando el control del Congreso a la derecha la legislatura habrá entrado en vía muerta y el bloqueo abocaría, con toda seguridad, a una repetición electoral.
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